Y LUEGO UNO SE PREGUNTA, PERO ASÍ… …justo porque se despierta cuando todavía no amanece y no puede volver a dormirse, porque soñaba con niños llorando.

No en Siria, ni siquiera en Yemen, pues ellos, los pobres, ni siquiera tienen la fuerza para llorar. Allá, aquellos que no terminan siendo blanco de las bombas sauditas, que Italia también envía, lloran en voz baja, por lo general, y si sobreviven a las bombas, mueren de hambre.

No, soñaba con niños «más afortunados». Algunos lloraban, otros se mostraban apagados o aterrorizados, otros parecían serios y con extrema dignidad, llevando con ellos un montón de libros…

Los estaban echando de sus casas.

Ocurrió aquí, en Italia, Roma. No pude volver a dormir y tenía una idea que me daba vueltas en la cabeza. Me pregunté si había leído en algún lugar o si había soñado que la concejala Laura Baldassarres, mientras sacaba de su vivienda a 340 almas, había dicho que el objetivo era «CONTEMPLAR LA PROTECCIÓN DE LA LEGALIDAD Y EL RESPETO POR LOS DERECHOS HUMANOS».

¡Estaba resonando en mi cerebro esta medida! Así, solo porque me había despertado de un extraño sueño…

Para ustedes que no son de Roma, tal vez, hay una diferencia entre lo que se siente y lo que se sueña, parecerá trivial, pero quien está en Roma, y ​​conoce la situación de la ciudad, se pregunta a sí mismo «¿pero, por qué 340 personas, incluidas 84 criaturas, deben ser desalojadas EN DEFENSA DE LA LEGALIDAD, si bien no han molestado a nadie, allí en las afueras, en una escuela abandonada, allí por casi veinte años y… y, en cambio, para los fasci o fascistas de CasaPound que han ocupado un edificio en un área más bien central esta defensa de la legalidad no se aplica?»

Es decir, no, también se ha aplicado, tanto que el inefable Di Maio habría declarado solemnemente que «CADA ESPACIO OCUPADO DEL EDIFICIO es SACROSANTO» solo que no dijo «de repente» y así, «de repente» es suficiente para dejar a 340 sin hogar, pero en cuanto a los fascistas, lo hablaremos en 2030… ¡han visto alguna vez que yendo a este paso quizás en 2029 les llegará otro, marchando marchando, y una filial en Esquilino podría serles útil!

Así, los fasci no tocan a nadie y los «stracci», en cambio, vuelan.

En general, parece que la ocupación «gratuita» del edificio estatal de Esquilino corresponde a una pérdida total por la falta de pago del alquiler de 4,6 millones de euros. Una nimiedad, o una pequeña fortuna como hubiera dicho alguien, ofrecido a CasaPound.

Pero, de todos modos, los fascistas están ahí y la escuela abandonada, por su parte, está desalojada y tal vez demolida.

¿Tienen alguna idea de qué terraza y qué vista tiene el edificio ocupado por CasaPound? ¿Tienen alguna idea de que aquel edificio podría ser retomado y volver a ser usado «civilmente» por el propietario legítimo que es el estado?

Pero no, pueden quedarse hasta el 2030, entonces ya veremos. Siempre que para 2029…

Ayer no estuve en Roma, estuve en el norte y seguí la situación solo por teléfono, a través de internet y TG, pero Dios mío, ¿habían visto algo así? Solo faltaban las flechas de tres colores y ya parecía el mismísimo 2 de junio.

¡Qué desfile militar!

Entonces también con igualdad de oportunidades a simple vista, ¡eh! ¡Había mujeres formando parte de la policía antidisturbios y del Arma de Carabineros, hombro a hombro con sus homólogos masculinos! ¡Ah, la fuerza de la emancipación! Somos un país moderno y democrático, ¡que quede claro!

«¡Libérense mujeres!» no se les puede decir, vieron alguna vez que se lleven a un representante de la autoridad pública ambisex por resistirse… luego también van a la cárcel, y finalmente, si no vayan a la cárcel, ¡quién sabe si los entienden! Dejémoslo así.

Sin embargo, es instructivo ver 18 vehículos blindados de la policía, 6 VEHÍCULOS ESPECIALES de carabineros, 50 AGENTES de las Fuerzas de Orden de la capital, 6 DEFENDER, 2 CAMIONES LANZA-AGUA, bomberos, ambulancias, varios CIENTOS DE UNIFORMADOS, un HELICÓPTERO… todo para «defender la legalidad con los derechos humanos», dijo el concejal.

Y bueno, entonces tal vez es por eso que no se toca a los de CasaPound, porque no tienen nada que ver ni con la legalidad ni con el respeto por los derechos humanos y por lo tanto se los ignora y se los deja estar tranquilos y «gratuitamente» en el edificio estatal.

Pero, ¿ahora qué pasará con todas estas personas de Primavalle, que en vez de dejar que aquella vieja escuela perezca debido al abandono y al desuso, hicieron huertos comunes en el patio y convirtieron las aulas en mini-apartamentos, o en otras palabras, demostraron que se puede vivir en comunidad al usar y compartir lo que, de lo contrario, sería res nullius (cosa de nadie)?

Cuando parece que algunos se han establecido, otros están en la calle.

Y mientras tanto, el edificio de CasaPound está allí y los fasci juegan a las cartas y organizan sus actividades, generalmente inconstitucionales, y se alegran de ver sus carteles apoyando la marcha en Roma y cosas similares.

Y mientras tanto, el ministro de asuntos internos se está regocijando, a su vez, al saber que entre los residentes de Torrevecchia también había muchos inmigrantes, aquellos que ahora son el tema de esa otra cantinela que dice «¿por qué no se los llevan a su casa?»

Bueno, ten cuidado a quién se lo dices, porque ya los he traído a mi casa, pero era una casa pequeña, ¡no podría haber traído 340!

Y pues, no es con la generosidad individual que se resuelve la crisis de la vivienda, tal vez esto no lo entienden todos de una, pero con un poco de esfuerzo, ¡uno podría llegar a entenderlo!

¡Pobre Roma, cómo te han reducido! Un antiguo dicho decía que donde los bárbaros no arrasaban, llegaban los Barberini, una bella familia con un escudo de armas que se robó hasta los mármoles del Coliseo para embellecer sus palacios. Pero adonde todavía no habían llegado los Barberini, llegaron los monstruos del siglo XXI, aquellos que se ocultaban en las alcantarillas, y nosotros sin darnos cuenta de ello, hasta que algún genio indicó la manera de abrirlas y así sucesivamente, step by step…lo digo en inglés que es más moderno que decir que avanzaron paso a paso, justo a donde hemos llegado.

Pero ahora, cuando pienso en dónde se alojarán todas esas personas esta noche y en cuánta ira crecerá en ellas ante la mortificación del desahucio, me hago otra imagen en la mente. Una que asocio a la del niño con un montón de libros, vigilado por nuestros policías, hombres y mujeres, mientras lo llevan a salvo, quién sabe dónde.

Será porque son las 4 de la mañana y se trata de un destello onírico nada más, o será debido a los libros guardados, que veo ante mis ojos de la memoria un vestido verde, el de una niña que, después de una de las operaciones israelíes más infames y masivas en la Franja de Gaza, entre los escombros que causaron cerca de 2000 muertes, de las cuales alrededor de 500 de los pequeños Mohammad, Fátima, Nabil, Safaa, Fadwa, Aneen, Nedal… de tres, cuatro, cinco o diez años, ella, quizás doce años, quizás ya se encuentre huérfana, tal vez a la que privaron de su casa, fue a buscar los libros que se habían salvado de las bombas.

Hay formas más y menos atroces de afirmar como DERECHO el NO DERECHO de los más fuertes. Israel se lo enseñó al mundo, y solo aquellos que son ciegos o que pretenden serlo no ven el crimen en todo su esplendor. Pero hay siempre un solo camino para que el no-derecho de los más fuertes tenga éxito: la aceptación, por parte de la llamada opinión pública, de esa violencia contra aquellos que son más débiles. Una aceptación que no necesita coartada si nace del racismo o del fascismo, en cuyo caso es parte integrante del mismo y que, en cambio, está cubierta por la coartada narrativa ad hoc (para esto) si los que la apoyan están en ese concepto que Primo Levi denominó la zona gris.

Mientras se dé espacio a esas coartadas, la injusticia y los opresores ganarán. Es por eso que dos imágenes de niños que salvan libros me parecen tan poderosas: tienen la capacidad de ayudarnos a comprender quién no ha caído en la anestesia de la narrativa impuesta. Verlos ayuda a alzar la voz contra cualquier injusticia disfrazada por la ley.

Daje boys, yalla shebab, puede que aún no lo sepan, pero estás ayudando a salvarse a ustedes mismos y al mundo de la barbarie que acontece y avanza…


Traducción del italiano por Melina Miketta