En medio del vacío de autoridad y conducción en la USACH a raíz de declararse nula la elección de rector, unido a la reciente y preocupante auditoría de Contraloría General de la República sobre el descontrolado endeudamiento que la afecta, constituye un imperativo categórico para todos los integrantes de la comunidad asumir posiciones.

En el contexto anterior, nos referimos al rol que, -a nuestro juicio-, le ha correspondido a la Rectoría en esta honda crisis.

1 Incoherencias valóricas del Rector Zolezzi.
Por más que el Rector intente figurar en fotos desfilando con estudiantes o alardear de un pensamiento vanguardista, la cruda realidad es que ha administrado su cargo acomodándose al DFL 149 del año 1981, esto es, en una norma no democrática, de naturaleza neoliberal, imponiendo así una gestión autoritaria, a veces déspota y discriminatoria, no participativa y excluyente, -que explica la exclusión de más de 1800 académicos por horas de clases en la última elección-, en un agudo clima de individualismo y displicencia hacia las reales necesidades del país. No bastan las meras palabras, las retóricas discursivas ni tampoco justificarse en infraestructuras, acreditaciones, convenios u otras realizaciones materiales para avalar una rectoría si, simultáneamente, se ha usufructuado con complicidad de normas que han mantenido en la interdicción a la USACH, convirtiéndola en una “Torre de Marfil”, a espaldas de la sociedad, con una fracción de académicos individualistas, indiferentes, amedrentados o temerosos de expresar en público lo que piensan en privado, y académicos por horas de clases, estudiantes y personal cuyas opiniones son menospreciadas. Todo lo anterior a costa de inhibir a la USACH de un rol histórico: “ser conciencia crítica de la nación”.

Sólo a vía de ejemplos, ¿acaso no ha gozado el Rector de 12 años en el cargo para haber liderado una campaña auténtica y creíble en contra de aquellas restricciones académicas aún vigentes de la dictadura civil-militar, de carácter neoliberal, que han cercenado la autonomía y libertad, anestesiando a la USACH ante los requerimientos del país?, ¿ha cuestionado el Rector Zolezzi alguna vez -por escrito- la existencia de las Juntas Directivas, organismos creados para controlar a las universidades y que, bajo pretexto de servir al Estado, han terminado sirviendo a grupos de intereses y a gobernantes de turno?

¿Por qué, a diferencia de otras universidades, como la Universidad de Chile, no se ha sido riguroso en plantear la revisión de ese tipo de organismos? En fin, ¿no se ha coludido el Rector Zolezzi con dicho ente para validar sus decisiones, como la exclusión de más de 1800 académicos en la última elección, o apelar de un fallo categórico que ordenaba incluirlos?

2 Entronización no ética en el cargo.
Recogiendo un sentimiento nacional contrario a la entronización en los cargos, con la secuela de corrupciones que se han suscitado en el país, -en los más diferentes ámbitos-, la nueva Ley 21.094 del 5 de junio del 2018, señala que ningún rector puede permanecer en su cargo por más de dos períodos continuados. El espíritu de la ley obedece a un principio ético de probidad, con el objeto, como se señaló, de evitar corrupciones, clientelismo, abusos y conductas antidemocráticas en la universidad.  Por ello, y aunque la misma ley indicaba que dicha exigencia regía del año 2018 hacia adelante, era evidente que cualquier autoridad que actuara con grandeza, de manera ética, sustentada en los principios referidos, y que ya llevara más de dos períodos en su cargo, se habría abstenido de participar en una nueva elección. Lamentablemente, no fue esa la disposición ni la conducta del Rector Zolezzi, asilándose en la letra muerta de la ley pero abandonando su espíritu, para presentarse por cuarta vez consecutiva a una elección, en una actitud de clara incoherencia valórica.

3 El caso de los Profesores por Horas de Clases.
La referida incoherencia valórica ha tenido una expresión palmaria al excluir el Rector Zolezzi a más de 1800 académicos por horas de clases en la elección del año 2018, no obstante, ante los medios culpa a la Junta Directiva de dicha exclusión (CNN 30 de mayo 2019).  El doble estándar y falta de valentía del Rector para reconocer públicamente que está por la exclusión de sus colegas académicos ha quedado patente en esa y otras entrevistas (TV 24 Horas, 31 mayo 2019), donde ha declarado que ha sido “partidario de la inclusión de esos académicos”, sin embargo, cuando la justicia en un fallo categórico lo ha sentenciado a que los incluya, ha optado por apelar a fin de mantenerlos excluidos, asilándose nuevamente en normas provenientes de la dictadura civil-militar, en una constatación irrefutable de la mencionada debilidad valórica del Rector.

4 El caso CCHEN. Una conducta contraria al interés nacional y universitario.
Otro caso irrefutable de incoherencia ha sido la actuación del Rector en la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN), que integra en representación del Consejo de Rectores.

Por poseer el litio cualidades nucleares, era la CCHEN la entidad con facultades legales para autorizar o rechazar el acuerdo por el cual CORFO extendía y ampliaba la explotación de este estratégico recurso hasta el año 2030 a la cuestionada empresa SQM. Se advirtió pública y privadamente a CCHEN, interpelando a sus integrantes, -entre ellos el Rector Zolezzi-, a fin de que rechazaran dicho acuerdo, en razón de que SQM estaba denunciada por corrupción y sometida a proceso, a que el acuerdo  causaba un irreparable perjuicio al privarse a la nación de disponer del 100% de su litio y de la posibilidad de fabricar dentro de su territorio las miles de baterías que el mundo necesita y, en lo que respecta a la USACH, por ser la principal universidad del país en cuyo seno podrían haberse llevado a cabo las investigaciones dirigidas a agregar valor a esta relevante riqueza nacional. El Rector no sólo no respondió los requerimientos que se le hacían, sino que, en sesión de la CCHEN, de 8 de marzo del 2018, y, sin siquiera solicitar antecedentes o abrir una discusión sobre el despojo de este estratégico recurso, no se opuso a la extensión del litio en favor de la controvertida empresa SQM.

En nuestra opinión, una conducta de esta índole, -más aún de un Rector de una Universidad Estatal-, tipifica una especie de agravio a su país y a su propia universidad.

5 Informe Financiero de Contraloría General de la República.
Recientemente, con fecha 30 de mayo 2019, Contraloría General de la República ha notificado al Rector de la USACH el Informe Final de Auditoría relativo al endeudamiento de esta casa de estudios. Constata, entre otros reparos, que la suma de $3.373.725.084 por concepto de becas -no fueron utilizadas en becas-, y mandata al Rector a restituir de inmediato esos fondos al Ministerio de Educación. Se exige al Rector que dentro de 60 días informe a la Contraloría General de la República, detallada y fundadamente, cual fue el destino de esos fondos. Verifica, asimismo, una falta general de control contable, con infracción a la ley, que habría provocado un enriquecimiento sin causa, y ordena la instrucción de un procedimiento sumarial a iniciarse dentro de 15 días a fin de determinar las responsabilidades en los hechos irregulares que describe. En resumen, se desprende de esta Auditoría un endeudamiento exorbitante que pone en serio riesgo el presente y futuro financiero de la USACH, pudiendo desprenderse de las investigaciones que se efectúen eventuales responsabilidades no sólo administrativas sino que también delictuales.

En suma, será tremendamente complejo restituir a la USACH su esencia comunitaria como, asimismo, sanearla administrativa y financieramente. No obstante, sabemos, que las crisis ofrecen oportunidades. Confiemos entonces que las autoridades que reemplacen al Rector Zolezzi, con el apoyo de gran parte de la comunidad, puedan renovar los perdidos valores en nuestra Casa de Estudios, confiriendo a la USACH un real sentido de comunidad: humanista, participativa, pluralista, libre, ética, dialogante, democrática, transparente y, como lo mandata expresamente la nueva Ley 21.094 en su art. 4 para las Universidades del Estado, asumiendo: “con vocación de excelencia la formación de personas con espíritu crítico y reflexivo, que promuevan el diálogo racional y la tolerancia y que contribuyan a forjar una ciudadanía inspirada en valores éticos, democráticos, cívicos y de solidaridad social, respetuosa de los pueblos originarios y del medio ambiente”.

Firman: Gladys Bobadilla Abarca, Académica Jornada Completa. Facultad de Ciencia.

Bruno Jerardino Wiesenborn, Académico por Horas de Clases. Facultad de Ingeniería.

Roberto Mayorga Lorca, Académico por un Cuarto de Jornada. Facultad de Derecho.

Carlos Gómez Díaz, Académico  Jornada Completa. Facultad de Administración y Economía.