Por la Dra. Marina Caparini, Investigadora Senior y Directora del Programa Gobernanza y Sociedad del SIPRI. Su investigación se centra en la construcción de la paz y el nexo entre seguridad y desarrollo.

ESTOCOLMO, 10 de mayo de 2019 (IPS) – Seamos francos: el mundo está en crisis. La paz, los derechos humanos, nuestro ecosistema planetario, nuestros sistemas de gestión de conflictos y gobernanza mundial se encuentran bajo una enorme presión.

Los gastos militares alrededor del mundo alcanzaron los 1,8 billones en 2018, su nivel más alto en términos reales desde la Guerra Fría, impulsados por la competencia de grandes potencias entre Estados Unidos y China. El «reloj del Juicio Final» está ahora fijado en 2 minutos para la medianoche, ya que el mundo se ha acercado más que nunca a la autodestrucción nuclear como resultado de la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán (el Plan de Acción Común Conjunto (JPOA, por sus siglas en inglés)), y la retirada  del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés), así como de las incertidumbres sobre los planes nucleares de Corea del Norte.

Y, respaldado por informes periódicos sobre los crecientes efectos del calentamiento global, la rápida disminución de la biodiversidad y la extinción de miles de especies, el cambio climático es ahora ampliamente reconocido por los ciudadanos  y expertos de muchos países como la mayor amenaza del mundo.

En el último decenio se ha convertido en tendencia a largo plazo la disminución de las guerras civiles. Según la publicación de la ONU y el Banco Mundial Pathways to Peace, el mundo ha visto un fuerte aumento en el número de conflictos armados internos durante la última década, la mayoría de los cuales involucran a numerosos grupos armados no estatales, y tales conflictos son cada vez más internacionalizados y prolongados.

En la actualidad, unos 68,5 millones de personas se encuentran desplazadas debido principalmente a los conflictos, y la inmensa mayoría de los refugiados residen en países pobres o de ingresos medianos. Si bien las causas de los conflictos suelen ser múltiples y complejas, los factores estructurales clave incluyen la debilidad de las instituciones en combinación con la exclusión política y económica.

Tanto en los Estados en desarrollo como en los postindustriales, factores como el aumento de las desigualdades de ingresos y la incapacidad de la mayoría de los países para controlar de manera significativa la corrupción están socavando la gobernanza y la fe en la capacidad de los Estados y de la clase política para defender el bien público. En todo el mundo estamos asistiendo a un aumento del populismo arraigado en el antipluralismo y la política nacionalista excluyente, los ataques a los principios democráticos básicos y una crisis de la democracia.

Con el retroceso mundial de los derechos humanos, hay una reducción del espacio cívico y una disminución dramática en los países considerados seguros para los periodistas y para los defensores de los derechos humanos y los defensores de los derechos de las mujeres.

Y dentro de los principales órganos de gobernanza mundial, como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, las divisiones entre las principales potencias y la falta de liderazgo para abordar de manera constructiva las crisis actuales en Libia, Sudán, Yemen y Venezuela están poniendo en tela de juicio la credibilidad continua de tales acuerdos.

En este contexto tenso, la semana próxima se reunirán en Estocolmo destacados personajes de los ámbitos humanitario, de desarrollo y de seguridad*. El Foro de Estocolmo sobre la Paz y el Desarrollo, organizado conjuntamente por el SIPRI y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Suecia, examinará la forma en que el mundo puede responder mejor a las emergencias y las crisis, y cómo puede estabilizar y fortalecer las perspectivas de paz y desarrollo a largo plazo.

Al reunir a especialistas temáticos y regionales, trabajadores humanitarios, defensores de los derechos humanos, investigadores de la paz, representantes de la policía y el ejército, dirigentes políticos y encargados de formular políticas, el foro trata de estimular conversaciones esenciales, a veces difíciles, entre quienes trabajan apoyando la paz, el estado de derecho y el desarrollo consagrado en el Programa de desarrollo sostenible para 2030.

La diversidad internacional y profesional de los asistentes refleja el reconocimiento de la necesidad de una comprensión interdisciplinaria de los factores que impulsan los conflictos, la coordinación entre sectores y los enfoques integrales para responder a la violencia, el hambre y la injusticia.

La participación sustancial de representantes del Sur Global refleja la necesidad de desarrollar enfoques verdaderamente centrados en las personas que sean específicos para cada contexto, políticamente informados y de propiedad local. Encarna la comprensión de que los enfoques tecnocráticos y modelo para prevenir los conflictos y ayudar a los Estados y sociedades destrozados no son aceptables y no funcionan.

Con su compromiso de promover la paz mediante datos, investigaciones y análisis basados en datos empíricos, el SIPRI se enorgullece de copatrocinar el Foro y de contribuir a los esfuerzos mundiales para encontrar soluciones a los graves problemas a los que nos enfrentamos.

*Siga la retransmisión en directo de la sesión plenaria del Foro los días 14 y 16 de mayo: Sesión inaugural y Grupo de Alto Nivel sobre Mediación: https://youtu.be/yaGj1RQOVKY  Cierre del Grupo de Alto Nivel sobre la Paz Inclusiva: https://youtu.be/ks28SC5MWhM

Leer más: https://www.sipri.org/events/2019/2019-stockholm-forum-peace-and-development


Traducción del inglés por Sofía Guevara

El artículo original se puede leer aquí