En Eslovaquia, los votantes eligieron a su primera presidenta mujer. La candidata anticorrupción y ecologista Zuzana Caputova prometió contrarrestar la retórica nacionalista. En 2016, Caputova fue galardonada con el prestigioso Premio Medioambiental Goldman por lograr el cierre de un vertedero de desechos tóxicos en su ciudad natal, lo que le ganó el apodo de “Erin Brockovich de Eslovaquia”. El presidente tiene un papel principalmente ceremonial en Eslovaquia; no obstante, está encargado de nombrar al primer ministro, entre otras funciones.

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