1. Consideramos necesario abandonar el juego hipócrita que se está haciendo respecto de los “derechos
humanos” en Venezuela, al instrumentalizar mecanismos internacionales para organizar y justificar una
intervención. Se trata de la misma derecha regional e internacional que obedece a estrategias y tácticas
del gobierno de EEUU, cuyo único interés es el apoderamiento geopolítico de los recursos naturales de
ese país hermano, en especial de su petróleo.

2. Denunciamos el manejo mediático, debidamente financiado, cuya única función es la de manipular la
subjetividad de grandes conjuntos humanos, al tiempo de omitir impúdicamente la larga historia de
intrigas, guerras de invasión, incitación a golpes y protección a dictadores que ha caracterizado la
política exterior de la nación del Norte.

3. La democracia venezolana ha venido siendo asediada y vulnerada sistemáticamente desde el año 2002
con el intento de golpe de estado contra el entonces presidente Hugo Chávez (golpe apoyado en su
momento por Ricardo Lagos E.). Se trata de poderes fácticos perfectamente identificables que operan a
la sombra de los grandes capitales mundiales.

4. No es posible hacerse eco, ni justificar esta agresión y claro intento de intervención que se produce en
nuestra región. Los humanistas denunciamos que detrás de toda esta farsa está el estrangulamiento
económico que ha impulsado la crisis en ese país. Es evidente que tras estas acciones está el cálculo de
poderes transnacionales y nacionales, que no han dudado en producir mucho dolor y sufrimiento al
pueblo de Venezuela.

5. Esta forma de accionar es la misma de la aplicada en su momento en Chile, en que mediante la
intervención de EE.UU. apoyando las fuerzas antidemocráticas internas, se favoreció el derrocamiento
del gobierno demócráticamente elegido de Salvador Allende.

6. Mas allá de los errores que puedan haber cometido o no los gobiernos bolivarianos de Venezuela, es
fundamental que la salida a está situación se la den los propios venezolanos, siguiendo los otros países y
el nuestro, el ejemplo dado por México, Uruguay y los países de la Comunidad del Caribe (CARICOM),
de ayudar al diálogo interno para la negociación, desde una perspectiva de respeto al derecho
internacional y a los derechos humanos.

7. Denunciamos la posición injerencista y proclive a EE.UU. que ha adoptado el gobierno de Sebastián
Piñera, posición que se manifestó vergonzosamente al mostrar y empequeñecer nuestra bandera como
parte de la de EE.UU. en su vista a ese país.

8. Del mismo modo, rechazamos su irresponsable decisión de viajar a Cúcuta, Colombia, a entregar
personalmente en territorio Colombiano una pretendida «ayuda humanitaria», que no reconocen como tal
la Cruz Roja Internacional ni Agencias de la Organización de las Naciones Unidas.

9. Toda la política desarrollada por él y su gobierno respecto a esta situación es una política de
confrontación que promueve la agresión militar en contra del pueblo y el gobierno de la República de
Venezuela, la que puede tener insospechadas y dramáticas consecuencias no sólo para ese país, sino que
para toda América Latina.

Equipo de Coordinación Nacional