Esta decisión ha recibido las críticas de unos, mientras ha vuelto a avivar la esperanza de otros.

Iñigo Errejón ha llegado a un acuerdo con Manuela Carmena, actual alcaldesa de Madrid, para presentarse por la plataforma electoral Más Madrid que  ella ha lanzado hace unos meses. Mientras que la alcaldesa buscará ser reelegida para gobernar el Ayuntamiento, Errejón lo hará para intentar llegar a gobernar la región de Madrid y desbancar al gobierno conservador del Partido Popular.

En una carta conjunta publicada en la web de la plataforma electoral, del 17 de enero, ambos explican que amplían «la iniciativa de Más Madrid también al ámbito de la Comunidad» y hacen un «llamamiento a juntarse a las fuerzas progresistas y a toda la ciudadanía con o sin adscripción de partido» con el objetivo de presentar un «proyecto integral y de futuro».

Esta decisión parece que era desconocida por la dirección de Podemos, lo que ha generado críticas abiertas hacia Errejón y la invitación de algunos dirigentes a que deje la formación morada, aunque hasta el momento no se han atrevido a echarlo formalmente. Mientras, Iñigo ha explicado que no ve contradicción con su afiliación y que lo ha hecho con el objetivo que le fue encomendado de desbancar a la derecha del gobierno regional y construir otro Madrid, y después de haber tomado nota del fracaso electoral en Andalucía donde la derecha -con el apoyo de la ultra derecha- se ha hecho con el gobierno regional.

Ya Manuela Carmena, sin afiliación política, decidió que no se presentaría por partido alguno (recordamos que fue la candidata independiente que llegó a la alcaldía madrileña en las últimas elecciones con el apoyo de Ganemos y Podemos Madrid) e ideó una nueva fórmula, la plataforma Más Madrid, a la que ahora se ha sumado Errejón.

Entre los afiliados y seguidores de Podemos, la reacción también ha sido encontrada. Mientras que los seguidores del líder, Pablo Iglesias, ven en Errejón a un traidor que busca protagonismo, los errejonistas y muchos de los que apoyaron activamente o simplemente votaron a Podemos en los comienzos, pero que se abstuvieron o cambiaron su voto por desencanto en los últimos comicios, han celebrado la decisión y confían en que se vuelva a hacer una «política transversal e inclusiva», que represente el espíritu que movió los primeros tiempos de la formación.