El miércoles 24 de octubre, en el Centro Cívico La Sedeta de Barcelona, se proyectó el documental «In the same boat» (En el mismo barco), del director italiano Rudi Gnutti. Posteriormente, se desarrolló un debate con el mismo Gnutti y Daniel Raventós, uno de los principales impulsores de la Renta Básica Universal en España y Europa.

El documental parte de la mirada de que, a estas alturas de la historia, todos los seres humanos estamos en el mismo barco, y por tanto los principales problemas a abordar son los mundiales, por encima de las particularidades nacionales. En concreto, se centra en las oportunidades y los problemas que ofrece la robotización del trabajo. Según predijo J.M. Keynes en 1930, cien años después (o sea en el 2030 aproximadamente) las personas estaríamos trabajando 15 horas semanales; esta predicción acertó en todo lo referido a los avances tecnológicos, pero falló en que la organización social, hasta el momento, no hace que tengamos que trabajar menos, sino incluso más que antes, con un gran desempleo. Actualmente se da la paradoja de que la economía crece a la par del desempleo. En el siglo XVIII, la máquina de vapor representó una tecnología que permitía superar los límites de la fuerza física del ser humano; análogamente, la tecnología digital actual permite superar los límites mentales de la especie. Esto, puesto al servicio del ser humano, serviría para liberarlo de la necesidad de tener un trabajo remunerado para poder sobrevivir. Sin embargo, en la época actual se reduce la clase media, mientras el porcentaje de la riqueza que queda en manos del 1% más rico de la humanidad es cada vez mayor. Ese 1% se beneficia de avances tecnológicos que son a su vez herederos de avances anteriores, todos ellos fruto del esfuerzo social, y no de unos pocos.

La única solución para estos problemas, es una redistribución de la riqueza. En este sentido, la propuesta de una Renta Básica Universal Incondicionada (RBUI) podría ser una gran herramienta. Esta propuesta pone el acento en la libertad que representaría para el ser humano, ya que sin tiempo no hay libertad, y si la mayor parte de nuestras vidas las dedicamos a trabajar, o a malvivir, no tenemos tiempo ni libertad. Como ejemplo histórico, en la Atenas de Pericles, los ciudadanos atenienses podían dedicarse a labores intelectuales y artísticas mientras los esclavos se ocupaban de la mayoría de los trabajos, y esto no produjo una decadencia sino, por el contrario, la época dorada de la civilización griega (a costa del alto precio de la esclavitud, claro). En la época actual, ya no es tolerable la esclavitud, pero si se utilizan robots, el efecto podría ser el mismo. Finalmente, el documental nos recuerda que las utopías tienen tendencia a hacerse realidad.

Luego de la proyección, se celebró un debate en el cual se plantearon algunas de las dudas más habituales sobre la RBUI, las cuales fueron respondidas tanto por Raventós como por Gnutti. Entre otras cosas, se coincidió en que la RBUI no es por sí sola la solución a todos los problemas, pero sí sería un gran avance social, ya que garantizaría la existencia material de todo el mundo, ampliando así la libertad del ser humano para elegir qué rumbo quiere dar a su vida. Sin embargo, también serían de gran necesidad otras medidas, como la limitación a la riqueza, o la gestión de la vivienda para todos. Desde el enfoque de la libertad, se resaltó que las grandes riquezas son quienes atentan contra la libertad de los demás, y que la verdadera utopía irrealizable es pensar que podemos seguir tal como estamos ahora.