por Alejandra Paiz

Entre los días 13, 14 y 15 de Octubre, se realizo el XXXIII Encuentro Nacional de Mujeres, en la Ciudad de Trelew, provincia de Chubut. Estos encuentros se vienen realizando desde 1985, luego de que en la clausura de la Década de la Mujer, en Kenia, África, las participantes decidieran comenzar a reunirse y organizarse en torno a la problemática específica de las mujeres. Allí se plantea una forma diferente de hacer política, apostando a la horizontalidad, la pluralidad, la autogestión, la autonomía, el federalismo y al consenso democrático.

El XXXIII Encuentro comenzó el sábado a media mañana. En el acto de apertura, que se realizó en el autódromo de la Ciudad,  las mujeres de la comisión organizadora dieron la bienvenida a las más de 60.000 mujeres procedentes de toda Argentina y países limítrofes. Fueron varios los motivos por los que se eligió Trelew, la ciudad  más austral de la historia de los Encuentros. Entre ellos se destacan la lucha por la recuperación de territorios ancestrales para las comunidades mapuche-tehuelche, para visibilizar la persecución y represión hacia las mujeres originarias y luchadoras sociales, así como para seguir exigiendo justicia ante la desaparición seguida de muerte de Santiago Maldonado y el homicidio de Rafael Nahuel, por la erradicación de las redes de trata y explotación sexual.

A partir de las 15.30 hs comenzaron los trabajos en los talleres. El intercambio continúo el domingo a partir de las 9 de la mañana y hasta las 18 hs, horario en el que comenzó la concentración para la marcha Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, recorriendo más de 4 km de la ciudad. El lunes a las 10 hs. tuvo lugar el acto de cierre. Entre otras cosas, se decidió entre las presentes la sede 2019, resultando elegida la Ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires.

La modalidad del intercambio se dio a través de 73 talleres. En ellos se abordan temáticas vinculadas a la mujer desde la óptica de lo social, lo político, lo religioso, lo sindical, lo sexual, la salud, la maternidad, la organización barrial, la diversidad étnica, la trata de personas, entre otros.

Uno de los temas más resonantes de este Encuentro fue la búsqueda por visibilizar a las distintas naciones que integran nuestro país, mujeres de las comunidades mapuches y tehuelches de la región fueron protagonistas este año y plantearon que a partir del próximo año los encuentros estén convocados como plurinacionales, como una forma más de visibilizar e incluir las problemáticas de todas las mujeres.

Desde mi perspectiva e intereses como mujer humanista y fundamentalmente como activista en temas relacionados a la mujer,  los Encuentros son uno de los hitos más importantes del año, porque es la posibilidad del intercambio con otras mujeres en la búsqueda de estrategias y formas que persiguen cambiar un paradigma y posibilitar la caída del patriarcado para que surja un nuevo paradigma, en el que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades, un ordenamiento jurídico desde la perspectiva de la equidad de género y fundamentalmente,  la erradicación de la violencia como forma de relación social entre los géneros.

El Encuentro es una experiencia única, en la que se genera un espacio de diversidad tanto de edades como también de formas y miradas; es un ámbito que se fortalece año a año con el aporte de cada participante. Allí, mujeres de 13 a más de 80 años de edad expresan sus ideas, sus experiencias, buscando salidas conjuntas a problemáticas individuales; con una diversidad y pluralidad que enriquece cada instante de esos tres días. Intercambiando en los talleres, sentadas al sol en la plaza central, en un bar o simplemente paradas en algún rincón de la ciudad, las mujeres una vez más evidencian que luego de tantos años de silencio y temor nos hemos puesto de pie y estamos organizadas y principalmente, unidas por un lazo que trasciende culturas, creencias religiosas, ideas políticas y visiones personales, un lazo que viene desde hace mas de 10.000 años enlazando nuestra historia.

Uno de los reclamos más destacados de estas jornadas fue la denuncia al Estado que no destina recursos ni da respuestas integrales e inmediatas frente a la violencia contra las mujeres y a la justicia patriarcal que avala la impunidad de violentos y femicidas. Por primera vez la comisión organizadora incorporó en la grilla de actividades la Marcha contra los Travesticidios y Transfemicidios para visibilizar estas luchas y reclamos.

Las exigencias planteadas por las participantes fueron variadas, desde el repudio a las políticas de ajuste y endeudamiento del gobierno de Macri, como también que en nuestro país se realice la cumbre del G20 que viene a profundizar el sometimiento de nuestros pueblos. Factores que traen como consecuencia el aumento de la pobreza, mayor marginalidad y la profundización de la desigualdad social. Se denunció al ajuste neoliberal, que va cobrándose vidas cuando recorta en salud pública y se desentiende de ella como un derecho humano fundamental. Expresándolo en el pasaje del Ministerio de salud al rango de Secretaria, la falta de insumos, medicaciones y anticonceptivos, así como el despido de trabajadoras y profesionales de la salud.

Como síntesis de este Encuentro podemos afirmar que el movimiento de mujeres somos el sector social y político más organizado y con mayor potencia transformadora en América Latina. Es por eso que entre los desafíos del próximo año redoblaremos las estrategias y la lucha para la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, la Ley de Emergencia en Violencia de Género a nivel nacional, así como la defensa de un estado laico. Hoy, el movimiento organizado de mujeres  y los feminismos, conformamos el factor social y político con más potencia transformadora en toda América Latina.

El Encuentro Nacional de Mujeres logró, una vez más, evidenciar que las mujeres estamos organizadas, politizadas, rebeladas, entusiasmadas, autopercibidas, liberadas y empoderadas. Y que el Encuentro es la síntesis de una lucha ancestral y presente que nos lanza y nos enciende a continuar la lucha cada próximo día.