En la edición 2018, la Academia Sueca otorgó el reconocimiento a distintas personalidades en las áreas de Medicina, Física, Química y Paz, dejando desierto el reconocimiento en literatura.

Cambiar el mundo; todos en algún momento nos hemos propuesto ese desafío. Haciendo cosas a pequeña o gran escala, transformar nuestro entorno para mejorarlo es un fin que, en algunas ocasiones, justifica los medios.

Es ese el principal propósito de los prestigiosos Premios Nobel: reconocer a las personas y organizaciones que, durante años, han tenido la voluntad y el ingenio de resolver problemas que han aquejado a la humanidad.En la edición 2018, la Academia Sueca otorgó el reconocimiento a distintas personalidades en las áreas de medicina, física, química y paz, dejando desierto el reconocimiento en literatura, debido a la polémica que involucra al académico Jean-Claude Arnault.

Avances en el tratamiento del cáncer, la genética, la implementación de física láser y la lucha contra la violencia sexual, fueron las iniciativas premiadas este año.

Revolucionarios en el tratamiento del cáncer
El primer reconocimiento que se entregó fue el de Medicina, el mismo que recayó en los investigadores James P. Allison (Estados Unidos) y Tasuku Honjo (Japón), por sus aportes en «la terapia del cáncer por inhibición de la regulación inmune negativa», reseñó la Academia Sueca en un comunicado.

«Allison y Honjo mostraron cómo diferentes estrategias para inhibir los frenos en el sistema inmunológico pueden usarse en el tratamiento del cáncer. Los descubrimientos seminales de los dos laureados constituyen un hito en nuestra lucha contra el cáncer», puntualiza el documento antes mencionado.

De hecho, este tipo de tratamiento fue aplicado exitosamente en el expresidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, quien padeció cáncer en su hígado y en el cerebro en el año 2015.

La contribución de Allison y Honjo es clave para luchar contra una enfermedad que, según cifras de la Organización Mundial de la Salud, es una de las primeras causas de muerte en el mundo.

Innovación en la física láser y una mujer que hace historia

El Premio Nobel de Física, el segundo en ser anunciado, reconoció a un trío de científicos cuya línea de investigación se basa en las herramientas de luz y la física láser.

Arthur Ashkin (Estados Unidos), Donna Strickland (Canadá) y Gérard Mourou (Francia), fueron premiados por el desarrollo de «objetos extremadamente pequeños y procesos increíblemente rápidos [que] ahora se ven bajo una nueva luz. Los instrumentos de precisión avanzados están abriendo áreas de investigación inexploradas y una multitud de aplicaciones industriales y médicas», expresó la Academia Sueca, a través de un comunicado.

El investigador estadounidense desarrolló un mecanismo conocido como “pinza óptica”, instrumento que permite capturar microorganismos vivos (como las bacterias) sin causar daños en ellos, permitiendo así su estudio en áreas como la biología.

Por su parte, Strickland y Mourou trabajaron en un proceso que crea pulsos láser ultracortos de alta intensidad, técnica que actualmente se utiliza en diversas cirugías oculares y de corrección óptica.

«Las innumerables áreas de aplicación aún no han sido completamente exploradas. Sin embargo, incluso ahora, estos inventos célebres nos permiten revolver en el micromundo con el mejor espíritu de Alfred Nobel, para el mayor beneficio para la humanidad», añade la Organización Nobel.

El caso de la canadiense es particular, ya que se convierte en, apenas, la tercera mujer en obtener dicho galardón en el campo de la física y la primera en 55 años, tras Marie Curie (1903) y Maria Goeppert-Mayer (1943).

Química para la evolución y beneficio de la humanidad
Frances H. Arnold (Estados Unidos), George P. Smith (Estados Unidos) y Gregory P. Winter (Reino Unido), fueron los reconocidos por la Academia Sueca en el área de la Química.

Las investigaciones de esta terna de científicos, se basaron en los principios de la evolución humana para desarrollar, por medio del cambio genético y la selección, diversos procesos que puedan solucionar los problemas químicos de la humanidad.

«Los Premios Nobel de Química de 2018 han tomado el control de la evolución y lo han utilizado con fines que brindan el mayor beneficio a la humanidad. Las enzimas producidas a través de la evolución dirigida se utilizan para fabricar todo, desde biocombustibles hasta productos farmacéuticos», recalca el comunicado de prensa de la organización Nobel.

La investigación de Arnold se fundamenta en el uso de las enzimas para la fabricación de biocombustibles y fármacos que causen un menor impacto negativo sobre medio ambiente.

Smith y Winter, por su parte, crearon un innovador proceso denominado “visualización de fagos”, el que permite el desarrollo de proteínas para la producción de medicamentos que sirven para tratar padecimientos como «la artritis reumatoide, la psoriasis y las enfermedades inflamatorias del intestino», recalca el documento citado previamente.

Reconocimiento a la lucha contra la violencia sexual
Fuera de las áreas de investigación y las ciencias duras, uno de los galardones más significativos correspondientes a la Academia Sueca es, sin duda, el Nobel de la Paz, premio que este año reconoció la labor del médico congoleño Denis Mukwege y la activista iraquí Nadia Murad, por su lucha contra la violencia sexual y su utilización como arma de guerra.

Desde 1999, Mukwege empezó a atender a cientos de víctimas del conflicto bélico que sufrió el Congo, con especial interés en aquellas que habían vivido algún tipo de vulneración sexual.

«Denis Mukwege es el símbolo más importante y más unificador, tanto a nivel nacional como internacional, de la lucha para poner fin a la violencia sexual en la guerra y los conflictos armados. Su principio básico es que ‘la justicia es asunto de todos’ […] Él ha condenado repetidamente la impunidad por la violación masiva y ha criticado al gobierno congoleño y a otros países por no hacer lo suficiente para detener el uso de la violencia sexual contra las mujeres como estrategia y arma de guerra», refleja el boletín publicado por la Organización Nobel.

Murad, por su parte, representa en primera persona a las víctimas que durante años padecieron la violencia sexual, ya que por tres meses fue esclavizada y sometida por el Estado Islámico (EI), luego de un ataque sufrido en su aldea en el que masacraron a gran parte de sus habitantes.

Tras su huida de las garras del EI, la iraquí empezó a contar su historia en diversos foros y plataformas, ganando en 2016 la distinción como Embajadora de Buena Voluntad de las Naciones Unidas para la Dignidad de los Sobrevivientes de la Trata de Personas.

«Denis Mukwege y Nadia Murad pusieron en riesgo su seguridad personal al combatir valientemente los crímenes de guerra y buscar justicia para las víctimas. De este modo, han promovido la fraternidad de las naciones a través de la aplicación de los principios del derecho internacional», puntualiza el texto publicado por la Academia Sueca.

Teorías económicas sostenibles en pro del planeta

El último reconocimiento en ser entregado por la Organización Nobel durante la premiación correspondiente al 2018, pertenece al campo de las Ciencias Económicas, galardonando a los estadounidenses William D. Nordhaus y Paul M. Romer, por sus investigaciones sobre crecimiento económico sostenible.

Con respecto al trabajo de Nordhaus, la Academia Sueca resalta en su comunicado de prensa, cómo se convirtió en pionero al crear «un modelo cuantitativo que describe la interacción global entre la economía y el clima».

«El modelo de Nordhaus ahora está ampliamente difundido y se utiliza para simular cómo la economía y el clima coevolucionan. Se utiliza para examinar las consecuencias de las intervenciones de política climática, por ejemplo, los impuestos al carbono».

Por su parte, la investigación de Romer, basada en la teoría del crecimiento endógeno, complementó los enfoques macroeconómicos al demostrar «cómo las fuerzas económicas gobiernan la disposición de las empresas para producir nuevas ideas e innovaciones».

«La teoría de Romer ha generado grandes cantidades de nuevas investigaciones sobre las regulaciones y políticas que fomentan nuevas ideas y prosperidad a largo plazo», puntualiza la Organización Nobel.

¿Y el Nobel de Literatura?

Este año, debido al escándalo que involucró al académico francés Jean-Claude Arnault, la Academia Sueca decidió no entregar el reconocimiento en el área de Literatura, algo que no ocurría desde el año 1943.

El crítico literario es integrante de la Academia y esposo de la escritora Katarina Frostenson, quien también forma parte del exclusivo grupo que año tras año selecciona al ganador del apartado de letras del Nobel.

Ambos mantienen una relación muy estrecha con la Organización Nobel, pues recibieron financiamiento para fundar el club literario Forum.

Arnault fue declarado culpable por un delito de violación acontecido en el 2011 y deberá pasar dos años en prisión, lo que generó cierta crispación dentro del círculo de académicos que integraba.

«Al anunciar su decisión el 4 de mayo, los miembros de la Academia están demostrando que comprenden la gravedad de la situación […] El objetivo es tomar una decisión sobre el Premio Nobel de Literatura de 2018 y anunciarlo junto con el premio de 2019. Esperamos que este sea el caso, pero depende de que la Academia Sueca restablezca su confianza», reza el texto publicado en el sitio oficial de la Organización Nobel, a propósito de este episodio.

Por encima del prestigioso reconocimiento, la labor de estas personalidades no solo debe ser admirada, sino replicada por cada una de las personas que desean un cambio positivo para su entorno. Muchos de ellos iniciaron sus proyectos sin imaginar las dimensiones de lo que lograrían y el haber aportando un granito de arena, les permite hoy ser acreedores de esta distinción.

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