El gobierno de Suecia ha restablecido el servicio militar obligatorio y enviado un panfleto sobre propaganda bélica a todos los suecos promoviendo así el miedo, la “rusofobia” y el pensamiento bélico.

Si bien mi apellido proviene de Suecia, estoy escribiendo esto en los Estados Unidos y sin duda estaré obligado a reconocer que la amenaza militarista de la pequeña Suecia apenas se compara con la del Pentágono. Mientras que Suecia ocupa el quinto lugar en el suministro de armamento a los países pobres y el noveno a otros países, todos sabemos quién es el primero. Suecia es, de hecho, un cliente de las ventas de armas de Estados Unidos. Sin embargo, su gasto militar no se aproxima al de Estados Unidos incluso cuando este es considerado per cápita. Mientras que Suecia tiene 29 tropas en Afganistán, es difícil imaginar que están haciendo la mayor parte del daño. A pesar de que Suecia participa activamente en las guerras, entrenamientos y propaganda de la OTAN, todavía no es técnicamente un miembro.

Pero Estados Unidos, a pesar de su rol principal en la creación de la nueva Guerra Fría y su liderazgo en el militarismo en todo el mundo, ahora puede tomar en cuenta a Suecia para algunas de las medidas más desastrosas posibles. Estados Unidos no tiene un reclutamiento militar, y si bien tiene noticias por cable, tweets presidenciales y resoluciones del Congreso, todavía no tiene un panfleto impecable que instruya a todos sobre conducta adecuada ante una guerra. Esa Suecia progresiva y pacífica tiene lo que puede proporcionar una especie de consuelo y un camino esperanzador para los especuladores de la guerra en todas partes, mientras ven cómo las reservas de armas caen en como resultado de la cumbre de Singapur.

Hay un movimiento entre los demócratas en Washington, incluidos muchos de los mismos miembros del Congreso que ahora denuncian cualquier movimiento que lleve a la paz en Corea, para exigir que las mujeres de 18 años se unan a los hombres para registrarse para un posible reclutamiento. Contrariamente a la creencia liberal, esta no es una reforma progresiva. Incluso, contrario a las creencias de los activistas por la paz en Estados Unidos, un reclutamiento es un paso más cerca de la guerra, no lejos de ella.

Como todos tenemos interés en Japón manteniendo el Artículo 9, y en la posición hacia la paz y la guerra de todos los gobiernos en la tierra, todos debemos estar atentos a los peligros que se encuentran en el panfleto de Suecia, «Si viene la Guerra o la Crisis«. Por supuesto, la guerra no acaba de llegar. La guerra no ha llegado a países ricos y bien armados desde la Segunda Guerra Mundial. La han llevado a los países pobres del mundo, a menudo generando apoyo en su país a través de la promoción del temor de que la guerra «llegue» o mediante la equiparación de crímenes de menor escala con la guerra.

Trágicamente, las guerras reales han generado el terrorismo a menor escala utilizado para justificar los preparativos para más guerras. El terrorismo se ha incrementado como era de esperar durante la guerra contra el terrorismo (medida por el Índice Global de Terrorismo). El 99.5% de los ataques terroristas ocurren en países involucrados en guerras y / o involucrados en abusos tales como encarcelamiento sin juicio, tortura o asesinato sin ley. Las tasas más altas de terrorismo se encuentran en los «liberados» y «democratizados» países de Irak y Afganistán. Los grupos terroristas responsables de la mayor parte del terrorismo (es decir, la violencia no estatal y motivada por razones políticas) en todo el mundo han surgido de las guerras lideradas por los Estados Unidos contra el terrorismo. Esas guerras han dejado a numerosos altos funcionarios del gobierno recién retirados e incluso a algunos informes del gobierno de Estados Unidos que describen la violencia militar como contraproducente, como la creación de más enemigos que los asesinados. Según Peace Science Digest: «El despliegue de tropas a otro país aumenta las posibilidades de ataques de organizaciones terroristas de ese país. Las exportaciones de armas a otro país aumentan las posibilidades de ataques de organizaciones terroristas de ese país. El 95% de todos los ataques terroristas suicidas se llevan a cabo para alentar a los ocupantes extranjeros a abandonar el país de origen del terrorista «.

¿La guía práctica sueca recomienda organizar a muchos suecos para presionar al gobierno para que deje de comerciar con armas, saque sus tropas de Afganistán, evite la OTAN, se una al nuevo tratado que prohíbe las armas nucleares o brinde más ayuda al exterior? Estos son, de hecho, pasos que la gente común puede tomar para lidiar con la guerra. No se los puede ver en «Si llega la crisis o la guerra«. Por el contrario, este útil panfleto advierte a las personas que eviten grupos grandes, precisamente lo que deberían formar para insistir sin violencia en políticas pacíficas. De hecho, este anuncio de guerra de vanguardia se suma a la guerra como algo que se «resiste» (aparentemente de la misma manera militarizada en general) no solo ataques terroristas, y no solo ciberataques (de modo que la guerra se justifica por el reclamo de que alguien pirateó una computadora), pero también «intenta influir en quienes toman decisiones o en los habitantes de Suecia» (de modo que este ensayo es en sí mismo motivo de guerra). El mismo panflleto también anuncia el poder de borrar los derechos civiles al declarar la ley marcial.

«Si llega la crisis o la guerra» habla de acción militar como «defensa» a pesar de su historia contraproducente en la defensa de la gente, y representa «defensa civil» como la responsabilidad de «apoyar a las Fuerzas Armadas». En ningún lado hay una palabra sobre defensa civil desarmada, sobre la falta de cooperación, y las herramientas y habilidades de la resistencia no violenta a la tiranía, o sobre el mejor historial de éxito que las campañas no violentas tienen sobre las violentas. En cambio, sin nombrar a Rusia, el panfleto sueco enmarca la «resistencia» como una lucha violenta pero heroica y a la muerte contra el mal extranjero dirigido por el nefasto Vladimir Putin.

El resultado principal de esto es sin duda la promoción del miedo, que daña la capacidad de pensar con claridad. Otro resultado es que los promotores de la guerra afines en los Estados Unidos pueden apuntar a la charla sueca de la «Resistencia» como la gloria de la Segunda Guerra Mundial. El portavoz del Departamento de Estado de los Estados Unidos esta semana, después de todo, describió el Día D como un momento de gran unidad entre los Estados Unidos y Alemania. La cantidad de personas en los Estados Unidos que saben que la Unión Soviética era su aliada en ese momento probablemente encajaría en una pequeña isla frente a Estocolmo. «Si llega la crisis o la guerra» debe prestar atención a su propia advertencia de Trumpian con respecto a las noticias falsas. Se basa en la creencia de una avalancha de mentiras y distorsiones sobre Rusia que no reciben sustancia por su tamaño y frecuencia. «¿Es esta información u opinión real?», nos pide que consideremos el gobierno sueco. Ese es un buen consejo.

Traducido del inglés por Valeria Paredes