Catedrática, arquitecta y urbanista, Raquel Rolnik fue directora de Planeamiento del Departamento de Sao Paulo y secretaria nacional de Programas Urbanos del ministerio brasileño de las Ciudades. Relatora de las Naciones Unidas sobre vivienda adecuada del 2008 al 2014. Autora de varios libros ha presentado en Barcelona “La guerra de los lugares”. En esta obra, la autora analiza la situación del derecho a la vivienda en diferentes países y describe los actores mundiales que actúan sobre la financiarización de la vivienda.
En el debate también intervinieron Josep Maria Montaner (regidor de Vivienda y Rehabilitación del Ayuntamiento de Barcelona), Jaime Palomera (miembro del “Sindicat de Llogaters”), Iru Moner (miembro de la asociación vecinal de Vallcarca “SomBarri”)

Sobre la situación actual de la vivienda
En este momento existe un enorme capital internacional que circula en el mercado financiero mundial. Se trata de fondos provenientes de plutócratas rusos, ganancias derivadas de la venta del petróleo, fondos de pensiones, aseguradoras y bancos etc. En las últimas décadas los estados han abierto campos en sus países para que esos capitales fueran invertidos en sus fronteras.

La vivienda y la ciudad ha sido uno de los terrenos en los que más capital financiero se ha invertido, eso ha sido así por su capacidad de ser garantía de la inversión. La revolución tecnológica y la creación de instrumentos financieros como las SOCIMI han permitido que los bienes raíces como los edificios tengan movilidad, se conviertan en un producto financiero que permite que la gente tenga un fondo en algún edificio y pueda entrar y salir de ese fondo de inversión.

Los estados facilitan estos negocios, bien cambiando leyes, bien eliminando las políticas de vivienda, bien vendiendo parque de vivienda pública o privada a bajo coste a fondos de inversión etc. Hubo un momento muy importante de la toma del sector de la vivienda por el sector financiero, fue el momento de la anulación de las políticas de vivienda y la compra de créditos hipotecarios por parte de fondos buitre. Esta fase ya empezó en Gran Bretaña con Thatcher y el desmantelamiento de la política de vivienda, pero tenemos ejemplos en todos los países. En Chile, Pinochet creó una política de construcción masiva de casas de obreros en las periferias, con ello consiguió que los trabajadores fuesen a vivir allí y así desmontó los grupos obreros de disidencia contra él y liberó espacios centrales de la ciudad de gran valor económico, que fueron ocupados por “shoppings”, hoteles de bandera internacional y grandes proyectos. En Brasil con el programa “mi casa mi vida” que también oferta casa para los obreros en la periferia, se consigue liberar espacio en el centro de las ciudades para la especulación. En España el sector financiero compró grandes stocks de viviendas de los bancos e iniciaron un acoso y expulsión de la gente del lugar con los desahucios y la subida de las rentas. El turismo también es un uso que ocupa este espacio financiarizado y expulsa a los vecinos y los negocios y comercios de barrio. Si un lugar tiene tanto valor ya no es posible que la señora jubilada siga viviendo allí, tiene que ser expulsada y el espacio es ocupado por inversionistas.

Sobre la resistencia
Es importante construir una nueva narrativa diferente a la que nos han hecho creer el Banco Mundial u otros actores. Existe resistencia a la financiarización de la vivienda en muchos países, desde los ciudadanos que ocupan edificios y tierra bacante, a la construcción de nuevas formas de organización como cooperativas de viviendas. Es la afirmación de la gente de que la ciudad y el territorio nos pertenecen. Cada espacio ocupado por los ciudadanos es un espacio donde la financiarización no va a llegar y un lugar de experimentación para otro modelo de relación entre la gente. Hablamos de que existe un proceso global de resistencia de los ciudadanos.

Iru Moner comenta que la dificultad de acceso a la vivienda no es un problema de jóvenes sino un plan del poder. El problema es el capitalismo y es un momento de arriesgarse o nos echarán de la ciudad.

Jaime Palomera recalca los logros que “Sindicat de Llogaters” está consiguiendo frente a los grandes especuladores. Uno de los grandes retos es el empoderamiento vecinal, el sindicato hoy es la alternativa a la inseguridad y la financiarización de la vivienda. Necesitamos contarlo porque hay una hegemonía cultural muy grande. En este país se construyó el doble de vivienda de la que se podía absorber, a pesar de la gran oferta los precios no bajaron, en cambio cuando el número de inquilinos aumenta y la oferta de alquiler es baja, los precios también suben, los precios de la vivienda suben en todas las situaciones. Todo esto sucede porque los gobiernos cambian las leyes y las adaptan para que el capital pueda hacer negocio en lugar de asegurar el derecho a la vivienda de la ciudadanía. El problema es que una parte de la riqueza mundial se invierte en el mercado de suelo y vivienda y los estados son una correa de transmisión para asegurar este negocio.

Josep Maria Montaner nos habla del pluralismo jurídico; muchas leyes interactúan y solo se acepta la interpretación legal que favorece a los fondos de inversión. Desde el año 2013 en que aparecieron las SOCIMI se han realizado diversos cambios legislativos para favorecerlas, como la modificación de la Ley de arrendamientos Urbanos. Estas sociedades han hecho grandes beneficios con la compraventa del stock de vivienda vacío que adquirieron a precio de ganga, situación facilitada por el gobierno.