Convocó a miles de estudiantes y profesores. Una adolescente decía a sus amigas – mi mamá no quería que viniera – pero allí estaban con sus jumpers azules y su pancartas. ¿Porqué marchan?, pregunté. -Contra el lucro contestaron y por una educación no sexista, agregaron.

Yo también vestí jumper azul y mi mamá tampoco me dejó asistir a las marchas pero mi educación fue gratuita desde el kínder hasta la universidad, gratuidad universal desde Arica a Tierra del Fuego (creo que la única escuela pública que sobrevive como tal es la de la Antártica). A esa edad no nos preocupábamos por futuras deudas y salvo el terror que teníamos a los profesores, todos ellos eran universitarios (del pedagógico) así es que la calidad tampoco era tema. Además nuestros padres adherían fervorosamente a la superación que daba la educación, había que esforzarse. Todas las escuelas y liceos dependían del Ministerio de Educación y una asistía al liceo que le quedaba más cerca de la casa y daba lo mismo, el programa era el mismo para todos. El machismo estaba tan naturalizado que era normal que las niñas fueran a liceos de niñas y los chicos a liceos de hombres, eso ha cambiado mucho y también se ha avanzado en la cobertura.

Están apareciendo nuevos temas, pero todos esos chicos marchando por la vereda sur de la Alameda exigiendo un presente con condiciones mínimas (no al lucro en la educación, fin a las deudas del CAE y educación no sexista) no es sino exigir un futuro básico para todos.