Conversamos en la emisión de Pressenza Internacional En la Oreja con Amado boudou, quien  fue vicepresidente del segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, antes había sido ministro de Economía y había sido Director General del Sistema Previsional. Nos parece muy importante conversar con él ahora que recuperó la libertad luego de haber estado 70 días detenido en la cárcel y queremos que nos cuente un poquito todo esto que se está viviendo en la argentina y ya no habla de un estado de derechos sino de un estado de derecha.

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Nos parece muy importante poderle contar al pueblo ecuatoriano qué es lo que está viviendo la argentina con esas detenciones arbitrarias, con estos presos políticos empezando por Milagro Sala, llegando hasta otros funcionarios de máximo nivel del gobierno de Cristina, cuéntanos.

Sí, lo que estamos viviendo lamentablemente es la ruptura total del estado de derecho, es la utilización de parte del sistema judicial junto con el poder económico, el poder mediático concentrado para cazar voces que se imaginan un mundo más justo, un mundo más igualitario y que además lo pudimos llevar adelante con la gestión de Cristina Kirchner. Entonces, en este momento realmente hay muchas y muchos presos detenidos sin condena por el régimen y esto realmente socaba la democracia argentina. La democracia argentina no se merece que hayan presos sin condena en nuestro país.

Hay como una condena mediática que es previa para poder llevar adelante estos ajustes de cuentas, si se quiere, judiciales. Los jueces cuentan con el aval de haber logrado que la opinión pública argentina vea, quizás, hasta con buenos ojos que se persiga algunos dirigentes políticos, porque se da esta condena previa.

Sin duda. Ese es un nuevo formato que lamentablemente no solo ocurre en Argentina, sino en casi todos nuestros países. Fijate que es una avanzada que está sucediendo al mismo tiempo en toda Sudamérica, el caso de Lula, casi el más rimbombante de todos, pero como bien decís, tiene un mecanismo que condena en los medios, primero hay una condena, segundo prisión sin codena judicial y el escarnio público. En nuestra Argentina parece la edad media, te ponen un chaleco anti balas y un casco, hacen recorrer las imágenes por los canales de televisión y por los diarios porque hoy son los atributos del condenado cuando todavía no hay condena.

Entonces hay un mecanismo realmente muy perverso, yo creo, sin lugar a dudas, que lo que fue el plan cóndor en los años 70 donde los poderosos usaban a los ejércitos para destruir a los pueblos, para derribar gobiernos y para empobrecer a la población; hoy tiene un nuevo formato que es sin los ejércitos, pero es con algunos medios y con parte del Poder Judicial.

Recién hablabas de los ejércitos y está la idea de que el neoliberalismo no puede funcionar sin represión, en el día de ayer Mauricio Macri recibió a un policía que mató a un supuesto delincuente por la espalda y lo felicitó y le dijo que tenía todo su acompañamiento, esto va unido a otras escaladas represivas en el país, que muestran una intencionalidad del gobierno hacia avalar estas prácticas.

Sí, acá en Argentina hace mucho tiempo hubo una discusión por el gatillo fácil, aquellos componentes de las fuerzas de seguridad que disparaban sin preguntar y yo creo que atrás del discurso represivo, atrás del discurso que tiene que ver con la criminalización de toda la protesta social. Bueno, lamentablemente hoy el presidente esta avalando eso y realmente muy grave para el estado de derecho, es otra vulneración del estado de derecho, también.

Apelo a tu lado más de economista, que es tu carrera, tu experiencia en la academia, para que me cuentes un poquito como estás viendo desde el lado económico todo lo que está llevando adelante este plan, ya son dos años pasados de gobierno de Macri y hay un endeudamiento feroz, hay una ola de despidos que parece no tener fin, ¿cómo ves la economía?

La verdad es que la economía está pasando por un periodo de cada vez mayor vulnerabilidad en el sentido macro económico. El Banco Central tiene una deuda que es tan grande como la masa monetaria de la República Argentina con una tasa de interés que oscila entre el 27 y 29%. Entonces, muchas veces se dice en nuestro país, desde la derecha, que el sistema jubilatorio hay que achicarlo porque está quebrado; en realidad ellos han quebrado el Banco Central y por eso paga esa tasa de interés. Pero como hilo conductor me parece que el problema es la desigualdad, la destrucción del mercado interno, la baja del consumo popular, la no sustentabilidad de la industria local con una apertura feroz (de importaciones). Yo estaba preso y las manzanas que recibíamos los presos eran chilenas, ni siquiera eran argentinas, eso te marca a las claras que la producción argentina no está siendo protegida ni cuidada y esto impacta en la vida de todas las ciudadanas y ciudadanos, porque realmente está cayendo la capacidad de consumo de la población en nuestro país.

O sea, hay un sector muy pequeño que recibe muchos ingresos y las grandes mayorías cada vez tienen menos posibilidades de consumo y es la contracara de lo que intentamos nosotros durante 12 años que era que haya mayor igualdad en nuestro país. Que esa igualad no solo es importante desde el punto de vista ético o desde el punto de vista humanitario o humanista, sino que también es una gran herramienta para el funcionamiento de la economía porque hace que se dinamice el mercado interno, se dinamice el consumo, por lo tanto haya  producción local y esto también sirva para que el Estado pueda cumplir su rol igualador en una sociedad.

Pero lo que estamos viendo en nuestro país y me parece que, al mismo tiempo, en todo nuestro amadísimo continente, es que hay un deterioro de las economías locales. Hay muchos países que presentan grandes números macro económicos, que se los aplaude y al mismo tiempo sus poblaciones están empobrecidas y por eso es el marco de persecución a los líderes populares, de persecución e intentar bloquear la actuación política de aquellas personas que, realmente, se ponen del lado de los más vulnerables y tiene la valentía de poner un parate a los poderes económicos y a los poderes mediáticos concentrados.

Yo me estoy haciendo una pregunta que nos saca un poquito de Argentina y un poquito también de la coyuntura y te la voy a plantear así: Cuando Macri ganó y el pueblo argentino empezó a salir a las calles y se siguió movilizando, nosotros desde acá y muchos desde otros países estábamos como esperando que la fuerza de las movilizaciones y de la resistencia impidiera que el gobierno de Macri hiciera todo lo que está haciendo. Eso no ha sucedido en Argentina donde el pueblo se moviliza, sale a las calles, quiere defender esos derechos ganados, no pasa en otros países, es el caso nuestro acá en Ecuador donde movilizarse masivamente es bastante más difícil, donde digamos la noción de los derechos ganados, lo que se puede perder está todavía en construcción. Y entonces uno se pregunta: a ver, hemos pasado 10 años, 12 años de un esfuerzo, de un empuje, de una búsqueda, de un cambio de derechos que se conquistan, que se logran y es como si de un plumazo, de un plumazo, en un pispas, ya nada de eso que se lucho tanto tiempo sucede; entonces uno se pregunta qué es lo que pasa, qué es lo que tendría que pasar para que esto no suceda, porque no fueron pocos años, fueron muchos años, un buen periodo, entonces los que suben al poder vienen y firman una cosa y hacen lo que les da la gana, así mas o menos en lectura simple. ¿Cómo lo lees tú, qué es lo que nos hace falta para sostener las transformaciones?

Primero no bajar los brazos, esos que trabajamos por una mayor igualdad, para una mayor integración de nuestro continente, no tenemos que bajar los brazos y aunque nos manden presos, no importa desde donde, hay que seguir peleando.

Quizás la pregunta que hacés vos es la más importante y la más difícil de cara al futuro, a mí me parece que la gran batalla es cultural, la gran batalla es porque cada una de los ciudadanas y ciudadanos se reconozca como propietario de los derechos que se fueron formando en estos años y esto requiere, primero que nada, también pluralidad de voces en los medios de comunicación, este esfuerzo que hacen ustedes comparando con las grandes cadenas y los poderosos de los medios realmente es muy positivo porque es muy difícil mantener voces cuando uno no está del lado de los grandes anunciantes y de los grandes poderes económicos, así que permítanme también felicitarlos por esto. Así que yo creo que la batalla cultural, no aflojar, sabemos que la lucha es muy desigual y después proteger en el mejor sentido de la palabra a los lideres populares, no permitir que sean proscritos. Me parece que en Ecuador también se esta viviendo una situación muy compleja desde este punto de vista porque vos fijate las cuestiones del sentido común que va imponiendo la derecha. Los CEOs de las empresas no tienen ninguna restricción para estar 4, 8, 10, 20 mil años al frente de una empresa y se trata que los gobernantes populares sean tan recortados y tan acotados que no puedan continuar con las transformaciones que llevan adelante. Y las personas también hacen la diferencia, no solo lo institucional, las personas son en todos los países las que las mujeres y varones se ponen en la espalda la lucha por los derechos, la lucha por la igualdad, se las trata de cercenar, se las trata de recortar, se las trata de que no puedan acceder a los puestos de conducción. En algunos casos con la persecución, en otros casos con medidas institucionales que tratan de no permitir que puedan presentarse a elecciones. Entonces me parece que en esto los pueblos tienen que ser muy firmes porque, en definitiva, si ganan las elecciones los líderes populares, ¿por qué alguien los va a restringir en la posibilidad de llevar adelante un mandato siempre que esté en el marco de lo que es la legislación de cada momento?

Entonces, la batalla cultural, el empoderamiento de las ciudadanas y ciudadanos para hacerse cargo de sus derechos, para reconocer que los derechos no se los dan los gobiernos, los gobiernos los reconocen, estos años de la Revolución Ciudadana en Ecuador o del kirchnerismo en Argentina o de lo que ha hecho Evo o lo que ha hecho Lula y Dilma, lo que viene pasando en Venezuela, no son gobiernos que han creado derechos, son gobiernos que han reconocido derechos que son de las poblaciones y otros gobiernos no los reconocían.

Así que me parece que estos son ejes muy importantes y el otro eje es volver a trabajar muy fuerte por la unidad de nuestros países, por reconocernos realmente como una patria latinoamericana, como una patria Suramericana; ahí en Ecuado,r con una simbología importantísima, está la sede del Unasur que tal vez ha sido la organización más audaz y más importante que se ha generado para reconocer a la Patria Grande y bueno hoy está bastante dejada de lado por todos nuestros países. Yo recuerdo que cuando hubo movimientos con armas para tratar de acotar o de derribar gobiernos como fue el caso en Ecuador, como fue el caso en Bolivia, la Unasur se reunía rápidamente para que casi todos los presidentes se pusieran al frente de defender a los gobiernos populares, hoy no creo que esto sucediera.

Ahí en Quito, cerquita, en la Mitad del Mundo sigue estando la sede, que es una institución, una organización que hay que darle mucha atención de aquí en adelante y tratar de darle que todos los gobiernos populares tengan un mayor compromiso con la unidad de nuestros países, porque inclusive ya desde el punto de vista económico, tenemos que trabajar muy fuerte para que el intercambio en nuestros países no sea en dólares, sino que sea con algún mecanismo con nuestras propias monedas, con nuestros propios bancos centrales para que no vivamos sujetos a la dictadura de las grandes multinacionales que nos imponen sus productos, importaciones en todos nuestros países. Así que creo que la unidad latinoamericana es otra herramienta fundamental, fijate, perdón si me estoy extendiendo, pero nuestro continente ha sido partido en 12 países en la salida de la época colonial y me parece que nosotros tenemos que encontrar a forma de rearmar la unidad de estos países.

Muchísimas Gracias, Amado Boudu, por estas reflexiones, por habernos permitido conocer un poquito más acerca de lo que pasa en la Argentina y seguimos en contacto, un abrazo grande.