Junto al psicólogo Javier Zorrilla nos adentramos en la situación política del Perú. La fragilidad del gobierno, el poder del fujimorismo, el indulto al genocida, las movilizaciones populares, el mal uso del término «reconciliación» y mucho más en una entrevista imperdible que se emitió por la radio Pichincha Universal en el programa En la Oreja.

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¿Cómo es que llega el Frente Amplio con Keiko Fujimori a promover un pedido de vacancia contra el presidente Pedro Pablo kuczynski?

Yo opino que hay ahí un conjunto de intereses comunes en cuanto a vacar al presidente, pero con salidas distintas. El Frente Amplio estaba tratando que se hagan nuevas elecciones, mientras que Fuerza Popular, el partido de Keiko Fujimori, pretendía tener más espacio de poder. Inclusive amenazó al Tribunal Constitucional y también quería penetrar en el sistema judicial por el temor a que lo de Odebrecht fuese investigado como está o estaba siendo investigado, inclusive se allanó el local de Fuerza Popular, porque en las agendas está mencionado el nombre de Keiko. Entonces Odebrecht en realidad  está detrás del financiamiento de los partidos más importantes de Perú, digamos que todos están con el rabo entre las piernas.

Claro, de hecho, hay expresidentes presos.

Así es, pero en realidad la fragilidad de este gobierno comienza antes, porque gana raspando. Sin embargo, la mayoría parlamentaria la tienen los fujimoristas que han ido socavando al ejecutivo, tirándole abajo ministros. Pero lo que ha causado indignación popular es que Pedro Pablo kuczynski gana a Keiko Fujimori por una nariz al final de la segunda vuelta porque promete que no iba a indultar a Fujimori. Porque él gana con el voto de la izquierda, de Verónica Mendoza y de Marco Arana, el Frente Amplio y luego hace justamente lo contrario. O sea que me parece a mí que una parte importante de la población que es anti-fujimorista se indignó por ello.

Javier, ¿cómo fue entonces que los diputados que responden al hijo de Fujimori llegaron a esta suerte de pacto con el presidente para que sea indultado?, ¿cómo se llegó a eso? Y cuéntanos un poquito mejor esto de la indignación. ¿Qué consecuencias tuvo esto?

El pacto se venía de alguna manera cocinando, algunas veces el presidente había hablado de la posibilidad, pero siempre estaba sujeta a requisitos estrictos para conceder un indulto, por ejemplo que el reo estuviese en una enfermedad terminal, cosa que no es así y también el hecho de que no haya habido violaciones severas a los derechos humanos. Eso hace que la Corte Internacional de Justicia no esté a favor de un indulto como ese. De hecho, han habido declaraciones de la Jefa de Gabinete que ellos iban a desconocer cualquier sentencia del Tribunal de la Corte Internacional, pero de todas maneras la Constitución del Perú habla de que está sujeta a los contratos internacionales, a los acuerdos internacionales; ahí también hay otra fuente de inestabilidad y el indulto podría eventualmente ser revocado.

Cuéntanos un poquito entonces de esta respuesta tan masiva de la población y además tan espontanea.

En este momento, según las encuestas, 56% estaría a favor de una vacancia, en un caso o en una parte con vacancia con reemplazo de los vicepresidentes y en otro caso con nuevas elecciones.

El Frente Amplio está por nuevas elecciones y nueva Constitución porque la Constitución que tenemos no está tampoco plenamente legitimada; toda esta situación ha producido acumulación de cosas que está retenida en la memoria colectiva de la gente y lo que ha sorprendido es la salida masiva, sobre todo de los jóvenes, a las calles. En el Perú hay dos movimientos sociales fuertes que ganan las calles cada vez con más frecuencia. Uno es el tema de género con el nombre: Ni Una Menos, han sido manifestaciones que no se veían antes, sobre todo de parte de la mujer; y otro son los jóvenes que también ya tienen experiencia en impedir que el parlamento saque leyes en contra de sus condiciones laborales.

Se está ganando la calle y las últimas convocatorias han sido muy rápidas y muy masivas; han ido subiendo en número: cinco mil, unas veinte mil y la última se habló ya de cincuenta mil personas en la calle, en el lapso que estamos hablando de menos de un mes. Si se está empezando a prever una nueva y nosotros como Centro de Estudios Humanistas hemos estado también presentes. Amigos nuestros miembros del centro de estudio en la organización del movimiento social y hemos visto de manera directa que no está monopolizado por los partidos políticos tradicionales, inclusive el de la izquierda, sino que están muy celosos de mantener su independencia, su pluralidad, su diversidad.

Yo creo que por un lado hay una masa crítica joven, muy progresista, pero por otro lado no hay una representación política de ese movimiento social, mientras que el único partido realmente organizado es el fujimorismo, que tiene bases en distintas partes del país y que ha ido trabajando mucho todo el aspecto del “populismo” como manera de obtener bases sociales. De tal manera que actualmente tenemos una polarización entre el anti fujimorismo y los partidarios del fujimorismo, pero los que están saliendo a las calles con fuerte indignación son los anti fujimoristas y eso ha llevado en este momento ya el tema no es tanto el indulto, sino que se ha querido disfrazar el indulto como un acto de reconciliación en el Perú, cosa que es uno de los grandes temas de nuestro país, donde de la discriminación y las violencias se han ido acumulando a lo largo de su historia, hay mucho resentimiento social y el trato recíproco de las tiendas políticas y los partidarios de unos y otros es absolutamente descalificador, a veces grosero, a través de los tuits. Entonces no se ve como se puede llegar a una reconciliación verdaderamente auténtica; más bien se está utilizando la palabra reconciliación para justificar un indulto mal dado, con lo cual aun se indigna más la gente y además se desacredita conceptos muy importantes que son claves para la historia nuestra acá en el Perú.

Voy a hacer una pequeña síntesis para ver si estoy entendiendo bien este asunto y para ayudarle a nuestra audiencia.

Estamos con Javier Zorrilla desde Lima contándonos qué es lo que ha venido sucediendo en las ultimas semanas en el Perú. Hoy tanto Kuczynski como los fujimoristas, como todos estos partidos políticos tradicionales tienen un asunto que los vincula con Odebrecht. Todos tienen rabo de paja, como se dice en el argot popular; Kuczynski gana las elecciones por muy poquito a Keiko Fujimori, claramente es un gobierno débil desde el origen.

La asamblea, el congreso es en su mayoría fujimorista, kuczynski gana diciéndole a los peruanos que no va a indultar a Fujimori, pero cuando se ve en el juicio político ante la posibilidad del pedido de vacancia, entonces negocia un indulto que es anti constitucional, que es anti tratados internacionales, pero que es sobre todo una traición a lo que él mismo le prometió al pueblo peruano y esto pone a la gente en situación de salir a las calles, protestar y al Frente Amplio la posibilidad de hacer una propuesta y tenemos dos escenarios al frente; uno que pueda hacer nuevas elecciones, otro, esta figura de vacancia de la presidencia y que cambien las vicepresidencias. ¿Es así más o menos el escenario?

Sí, lo has resumido muy bien. Ahora pensando en lo que se puede venir, si hubiera nuevas elecciones producidas por un gran terremoto social, lo cual también no deja de ser posible. Quienes tendrían más posibilidades de ganar sería los fujimoristas porque en este momento ha salido Alberto Fujimori ya de la cárcel, ya está en su casa. Ayer mismo salió de la clínica donde supuestamente estaba en observación y es muy probable que Kenji, el hijo y la hija, Keiko, puedan dividirse con lo cual duplican la oferta política. Crear otro partido, otro frente porque ya ellos tienen un techo sobre el cual no pueden avanzar. Entonces Kenji estaría queriendo ganar aun mas votos con una actividad distinta, más liberal, más progresista; mientras que Keiko mantiene esta línea más dura.

Pero, por otro lado, los otros partidos no tienen base social organizada, algunos no tienen tampoco recursos, hay una crisis de los partidos, sus referentes no tienen magnetismo ni un atractivo general fuerte, el elemento carismático de los referentes sociales en elecciones dentro de una democracia formal que depende mucho de la cuestión mediática,  la cuestión televisiva. De alguna manera, no hay una conexión entre el movimiento social progresista con una representación política cabal, la única que podía jugar ese rol tal vez sería Verónika Mendoza de Nuevo Perú.

Es decir que tampoco el escenario en ese caso se ve muy claro en realidad, yo tengo una pregunta más que tiene que ver con lo que dijiste con la reconciliación, porque cuando yo vi lo que pasó, inmediatamente pensé que es un golpe bajo a un proceso de reconciliación que ha sido muy difícil y sigue siendo muy difícil en el Perú y lo comentaste hace un rato, ¿la gente se da cuenta de esto, Javier?

Mira, no tan conscientemente. En este momento como la reconciliación es la justificación del indulto, inclusive el movimiento social no quiere ni tocar el tema porque lo han convertido en una justificación. En lugar de haber hecho un proceso político de reconciliación nacional, tal y como la comisión de la verdad y la reconciliación cuyo presidente es Salomón Lerner recomendó hace bastante tiempo, pero ese proceso de reconciliación con reconocimiento y reparación a los afectados, a las víctimas. Hay que reconocer que hubo como 70 mil muertos en el Perú y la mayoría de ellos fueron gente muy humilde, muy sencilla, gente de los Andes, gente de la selva. Generaron este enorme sufrimiento y no han sido tomadas en cuenta y entonces no ha habido realmente una voluntad política, para hacer un proceso de reconciliación en serio y en donde lo otro donde no hay ninguna voluntad política tampoco hacer una lucha frontal contra la corrupción, que es además lo que muestra la crisis del sistema como tal de la democracia formal, del neoliberalismo. Porque al final desde el punto de vista económico, el modelo neoliberal es compartido por Pedro Pablo kuczynski en una suerte de liberalismo lobista digámoslo y el fujimorismo que también incluye el elemento del narcotráfico, porque el secretario general de Fuerza Popular se le han encontrado vínculos y es sospechoso de haber estado con la tropa del narcotráfico.

Entonces, hay mucho que ocultar y yo diría que los dos grandes temas son la lucha frontal contra la corrupción y por supuesto iniciar un proceso verdadero de reconciliación. Por eso es que en las calles los muchachos gritan “que se vayan todos”, están hartos de la élite política en su conjunto, pero tampoco se puede dejar la política en manos de esta gente corrupta, negociante, lobista, mentirosa, porque eso ya está prácticamente demostrado por todo este caso de Odebrecht que ha servido para que salga a luz lo endeble de la democracia formal y lo injusto de los modelos neoliberales.

Muchísimas gracias Javier por este repaso tan profundo de todo lo que está ocurriendo en Perú.