Diario de un pobrecito mortal en Cataluña.

Viernes 8 de diciembre de 2017. El otro día tuve una pesadilla. Soñé que Inés Arrimadas era elegida presidenta de la Generalitat, y junto con el PP tenían mayoría absoluta en el Parlament; Albiol era nombrado Consejero de Interior y Artur Mas Consejero de Finanzas; a la toma de posesión venía Aznar, henchido de alegría; su primer decreto prohibía el idioma catalán; el segundo prohibía los partidos catalanistas y el tercero prohibía las reuniones de más de 3 personas; yo me refugiaba en Andorra, junto con unos 4 millones de catalanes más, aunque como todos no cabíamos se tuvieron que excavar cuevas bajo los Pirineos para vivir.

Desperté bañado en sudor frío, aunque luego de una ducha de agua helada ya me había recuperado un poco; consulté las noticias del día mientras preparaba el desayuno, y con horror comprobé que Ciutadans subía en las encuestas como la espuma, gracias a un elaborado discurso que empezaba con “¡Estamos hartos del proceso independentista!” y acababa con… “¡Estamos hartos del proceso independentista!”. Sí, ya sé que como programa de gobierno es un poco pobre, pero tal vez sea suficiente para unos cuantos cientos de miles de personas cuya principal fuente de información es cualquiera de las televisiones o periódicos de alcance estatal. Por cierto, tanto se las ha criticado, cuando en realidad nos están dando un ejemplo de eficacia y ahorro: un único guionista les alcanza para todas, y hasta se han planteado transmitir las noticias en cadena nacional, total, como todas repiten las mismas frases…

Pero no todo está perdido. A las elecciones del 21 de diciembre se presentan otros partidos, empezando por Esquerra Republicana de Catalunya [ERC, Izquierda Republicana de Cataluña], que presenta a Oriol Jonqueras como candidato a President, aunque dado que está en prisión, y se ha perdido la llave de su celda entre los pasadizos judiciales en Madrid, en realidad propone como President a la segunda de la lista, Marta Rovira. La pobre tuvo que enfrentarse el otro día en un cara a cara con Arrimadas, y como no soportaba que la otra la escupiera cada vez que pronunciaba la “p”, fue incapaz de contestar ninguno de sus ataques.

También se presenta el “bailaor” Miquel Iceta por el Partit dels Socialistes de Catalunya [PSC, Partido de los Socialistas de Cataluña], acompañado a su derecha por Espadaler, justo cuando creíamos que ya nos habíamos sacado de encima a Unió Democrática de Catalunya [Unión Democrática de Cataluña], y a su izquierda por Jiménez Villarejo, que de Podemos ha pasado a juntarse con el PSC, y vaya uno a saber dónde acaba el hombre. Dicen que de este modo Iceta demuestra su capacidad de unir personas de ideología diferente; a mí me parece más bien que sólo le falta la reducción Pedro Ximénez y un poco de queso de cabra para ser una Ensalada de Muertos Vivientes.

Luego viene la “lista del President” Carles Puigdemont, llamada Junts per Catalunya [Juntos por Cataluña], que antes era el Partit Democràtic de Catalunya [PDeCat, Partido Democrático de Cataluña], y antes aún la CDC [Convergencia Democrática de Cataluña] de Pujol, Mas y compañía. Aquí están los que son independentistas desde hace 5 años, los que han pactado con el PP y el PSOE, los que pueden dejar de ser independentistas cualquier día de estos, los que se dedicaron a aplicar entusiastas políticas de austeridad desde el 2010, los que han pactado con la CUP para conservar el poder y los que se han refugiado en Bruselas para conservar limpio el certificado de antecedentes penales. Y no, no son distintas personas que representan distintas posturas, son las mismas personas que han representado todas estas posturas en unos pocos años.

En medio de los independentistas y los unionistas navega En Comú Podem [En Común Podemos] con Xavi Doménech de candidato, que de tanta razonabilidad, tanto talante democrático y tanta disposición al diálogo, se están quedando sin votantes. Parece que no son momentos para conservar la calma y las buenas relaciones, ahora toca atrincherarse en posturas cerradas y acusar al bando contrario de los peores males posibles; en un Madrid-Barça no hay espacio para mediadores, aunque quien sabe si no acabará decidiendo el partido el árbitro.

Para los campeones del españolismo (y que todavía no hayan sucumbido al “charme” de Arrimadas y Rivera) queda el PP, con el siempre amable, simpático, elegante y culto Xavier García Albiol (sí, es irónico). Pero estos no parecen muy preocupados, porque por pocos votos que saquen en Catalunya, siempre podrán aplicar las medidas desde Madrid, sin moverse del asiento.

En el polo opuesto está la CUP, que como tienen la regla interna de que nadie puede repetir legislatura, se están quedando sin militantes para las listas; de momento el primero de su lista es Carles Riera. Estos lo tienen claro, independencia a saco y que Madrid mande los tanques si quiere. Sinceramente no creo que con un discurso tan radical puedan llevar a gobernar nunca, pero sólo por el hecho de habernos quitado de encima a Artur Mas ya se merecen mi más sincera gratitud y simpatía.

Aparte de estos partidos, que son los que tienen más posibilidades de lograr representación parlamentaria, se presentan muchas listas más, entre las cuales los animalistas, las distintas variantes de marxismos auténticos todos, los fascistas con menor disimulo y otros.

Hemos tenido elecciones en 2010, 2012, 2015 y ahora otra vez. Serán, ¡por fin!, las primeras en que no saldrá gobernando un presidente de la antigua Convergència, aunque espero que no pasemos de la derecha catalana a la derecha española. ¡Menudo panorama! Puestos a soñar, imagino un gobierno progresista que podrá avanzar en temas sociales y en el autogobierno. ¿Que no es posible? Quae fuerunt advenae!