Otros deberían reconsiderar unirse al tratado.

Sri Lanka se unió al tratado internacional que prohíbe las minas terrestres antipersonales el 13 de diciembre de 2017, dijo hoy Human Rights Watch. La acción es especialmente significativa porque Sri Lanka utilizó minas antipersonales en el pasado y desde entonces ha emprendido un extenso y continuo esfuerzo de remoción de minas.

«La adhesión de Sri Lanka debería impulsar a otras naciones que no se han unido al tratado de minas terrestres a analizar por qué quieren asociarse con un arma tan obsoleta y detestable», dijo Steve Goose, director de armas de Human Rights Watch y presidente de la Campaña internacional para prohibir las minas terrestres: el esfuerzo grupal detrás del Tratado de prohibición de minas de 1997. «Esto debería estimular a otros países que no se han unido al tratado a revisar su posición y sobrepasar cualquier obstáculo para unirse a él».

Sri Lanka depositó su instrumento de adhesión al tratado con las Naciones Unidas en Nueva York, convirtiéndose en el 163 ° país en unirse. El Tratado de Prohibición de Minas prohíbe de manera integral las minas terrestres antipersonales y exige la destrucción de las existencias, el desminado de las áreas minadas y la asistencia a las víctimas de las armas.

Sri Lanka participó como observador en el proceso diplomático Ottawa, que condujo a la adopción del Tratado de Prohibición de Minas en septiembre de 1997, pero dijo que no podía firmar debido a su conflicto actual con los Tigres de Liberación Secesionistas de Tamil Eelam (LTTE) en el norte y el este del país. Desde entonces, ha expresado su apoyo a los objetivos humanitarios del Tratado de Prohibición de Minas y ha votado a favor de cada resolución anual de la Asamblea General de la ONU sobre este tema. En diciembre de 2015, Sri Lanka anunció que estaba «considerando seriamente» unirse al Tratado de Prohibición de Minas «como una cuestión de prioridad» después de «un cambio de paradigma» en la política después de la elección de un nuevo gobierno en enero de 2015.

Sri Lanka informa que nunca ha producido ni exportado minas antipersonales. Según el tratado, sus minas terrestres acumuladas deben ser destruidas dentro de los próximos cuatro años. El ejército de Sri Lanka ha reconocido el uso de minas antipersonales en el pasado, mientras que los Tigres de Liberación de Tamil Eelam las produjeron y usaron ampliamente durante el conflicto armado que finalizó en mayo de 2009.

Después de la adhesión de Sri Lanka, tres países del sur de Asia aún no se han unido al Tratado de Prohibición de Minas: India, Pakistán y Nepal.

Austria acogerá y presidirá la 16ª reunión de los Estados participantes en el tratado en Viena durante la semana del 18 al 21 de diciembre de 2017.

Human Rights Watch es miembro fundador de la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Terrestres (ICBL), preside la Campaña de los Estados Unidos para la Prohibición de las Minas Terrestres, y se desempeña como editor de políticas de prohibición para Landmine y Cluster Munition Monitor. La ICBL recibió el Premio Nobel de la Paz de 1997, junto con su coordinadora, Jody Williams, por sus esfuerzos para lograr el Tratado de Prohibición de Minas y por sus contribuciones a una nueva diplomacia internacional basada en imperativos humanitarios.

«Después de deliberar durante casi dos décadas, Sri Lanka finalmente decidió ponerse del lado correcto de la historia al renunciar a las minas antipersonal», dijo Goose. «Con cada país que se une al tratado, la norma contra estas armas solo se fortalece».

Traducido del inglés por Alejandra Llano

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