Hace varios años en Camerún, un país al oeste de África, un rinoceronte negro occidental fue asesinado. Era el último de su especie en la Tierra.

Es así como el rinoceronte negro occidental, la subespecie más grande de rinoceronte que había vivido durante millones de años y era el segundo mamífero terrestre más grande en la Tierra, dejó de existir.

Pero, aunque probablemente hayas oído hablar del rinoceronte negro occidental, e incluso hayas conocido sobre su extinción, ¿sabías que en el mismo día en que se extinguió, otras 200 especies de vida en la Tierra también se extinguieron?

Esto se debe a que el sexto acontecimiento de extinción masiva en la historia de la Tierra ahora se está acelerando a un ritmo nunca antes visto, llevando a la extinción a 200 especies de plantas, aves, animales, peces, anfibios, insectos y reptiles a diario. Además, hay muchas probabilidades de que nunca hayas oído hablar de ninguno de ellos. Por ejemplo, ¿has oído hablar del murciélago de la Isla de Navidad, recientemente declarado extinto? Véase “El murciélago de la Isla de Navidad declarado extinto por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)”.

No obstante, aparte de las 200 especies extintas a diario, y solo para enfatizar el alcance catastrófico de esta crisis, una infinidad de poblaciones locales de muchas especies son llevadas a la extinción diariamente y también millones de formas de vida individuales mueren. Véase “Aniquilación biológica a través de la sexta extinción masiva en curso señalada por las pérdidas y disminuciones de la población de vertebrados”.

Para una muestra de la vasta literatura sobre este tema que se refiere solo al impacto en relación con los insectos, véase “Muerte y extinción de las abejas”, “Insectageddon: la agricultura es más catastrófica que la descomposición climática” y “´Diezmado´: las aves de Alemania desaparecen cuando la abundancia de insectos cae en picada en un 76%”.

¿Se está haciendo algo para poner fin a este omnicidio (la destrucción de toda la vida)?

No realmente, aunque hay mucha retórica y acción limitada en algunos contextos, ya que todos, salvo algunas personas y organizaciones comprometidas, ignoran este ataque o toman medidas que traten la causa subyacente y / o los factores fundamentales de esta matanza. Desafortunadamente, la mayor parte del esfuerzo aún se desperdicia en las élites de los grupos de presión.

Por ejemplo, en el último ejemplo de locura de las élites de cabildeo para tomar medidas en nuestra lucha por defender la biosfera de la Tierra, la Unión Europea acaba de renovar la licencia de Monsanto para mantener el envenenamiento (y de otro modo destruir) nuestro mundo (véase “El voto alemán cambia la decisión de la UE sobre la renovación de glifosato a 5 años”) a pesar de la evidencia ya abrumadora de las consecuencias catastróficas de hacerlo. Véase, por ejemplo, “Matándonos suavemente – ¿herbicida Glifosato o genocidio?” y “Cultivos de alimentos modificados genéticamente que crecen ilegalmente en India: El plan criminal para cambiar el núcleo genético del sistema alimentario de la nación«.

Por supuesto, el envenenamiento masivo de la biosfera es solo una forma de destruirla y, si bien las élites y sus agentes son los principales responsables de la destrucción, a menudo confían en nuestra complicidad. Para detallar algunas de estas muchas técnicas para destruir nuestra biosfera en la mayoría de los cuales somos cómplices, consideremos lo siguiente. Destruimos las selvas tropicales (véase “Ciclos de riqueza en la Amazonía brasileña: oro, madera, ganado y ahora, energía”) contaminamos y privatizamos el agua dulce (véase “Aguas subterráneas tomadas por MIL MILLONES de personas pueden estar contaminadas por material radiactivo distribuido en todo el mundo por pruebas nucleares en la década de 1950” y “El Director General de Nestlé niega que el agua sea un derecho humano esencial”) sobre pescamos y contaminamos los océanos (véase “Nuevo informe de la ONU halla desechos marinos que dañan a más de 800 especies, costando millones a los países afectados”) comemos carne a pesar del impacto devastador de la agricultura animal en la biosfera de la Tierra (véase “El verdadero costo ambiental de comer carne”) destruimos el suelo (véase “Sólo quedan 60 años de agricultura si la degradación del suelo continúa”) y usamos nuestros autos y viajes aéreos (junto con nuestro consumo de carne) como armas clave en nuestra destrucción de la atmósfera y el clima de la Tierra, con dióxido de carbono atmosférico, niveles de metano y óxido nitroso, todos alcanzando nuevos récords en el 2016. Véase “Boletín de gases de efecto invernadero”.

Pero si crees que eso es suficientemente malo, ¿sabías sobre las liberaciones de metano fuera de control que hemos desencadenado en la atmósfera? Véase “7,000 burbujas de gas subterráneas preparadas para ‘explotar’ en el Ártico” y “Liberación de metano ártico ´puede ser apocalíptico´, advierte el estudio«, y ¿sabías que los científicos de la Universidad de Leicester advierten que estamos destruyendo el oxígeno de la Tierra? Véase “El desastre del calentamiento global podría sofocar la vida en el planeta Tierra, muestra la investigación” y “El acontecimiento de la extinción gana ímpetu”.

Además, basándonos en nuestra ignorancia y nuestra complicidad, las élites matan vastas áreas de la biosfera terrestre a través de la guerra y otros actos de violencia militar (sin siquiera considerar la devastación única, y posiblemente como la que acabará con la vida si la reciente y repetida amenaza de guerra nuclear se concreta) (véase , por ejemplo, el Proyecto de Restos Tóxicos de la Guerra, y la película «Tierras con cicatrices y vidas heridas«) sujetos a liberaciones incontrolables de contaminación radioactiva- véase «La radiación de Fukushima ha contaminado todo el Océano Pacífico y se va a poner peor» y uso de la geoingeniería para declarar la guerra contra el clima, el medio ambiente y, en última instancia, contra nosotros mismos. Véase, por ejemplo, «Cataclismo Climático Diseñado: Huracán Harvey«, «Armas planetarias y modificación del clima militar: Chemtrails, Geoingeniería Atmosférica y Guerra Ambiental«, «Chemtrails: Aerosol y Armas Electromagnéticas en la Era de la Guerra Nuclear» y «La Última Arma de Destrucción Masiva: ´Poseer el clima´ para uso militar«.

Por supuesto, todo esto se realiza a un costo inmediato para los seres humanos, en particular los pueblos indígenas: véase, por ejemplo, «Cinco formas en que el cambio climático perjudica a los pueblos indígenas» y quienes se encuentran en la peor posición para resistirlo – véase “Pobreza Global: cómo los ricos se comen a los pobres y al mundo: las grandes mentiras” – pero las élites saben que pueden ignorar nuestras presiones y protestas ocasionales, simbólicas y desorganizadas mientras confían en el miedo y la impotencia de la mayoría de nosotros para asegurarnos de no hacer nada estratégico para contraatacar.

Y dado el implacable ataque criminal de la irracional élite global (véase “La descabellada élite global”) dirigida contra la biosfera de la Tierra, junto con los elocuentes sirvientes académicos, burocráticos, comerciales, legales, mediáticos, militares, políticos y científicos de la élite que niegan ciencia y amenazan la supervivencia humana en interés del privilegio personal a corto plazo, el beneficio corporativo y el control social, ya es hora de que aquellos de nosotros que estamos genuinamente preocupados desarrollemos e implementemos una estrategia que reconozca a la élite y sus muchos agentes como oponentes a los que se debe resistir con una estrategia cuidadosa y poderosa.

Entonces, en esencia, el problema es el siguiente: los seres humanos están destruyendo la biosfera y llevando a la extinción a innumerables formas de vida, incluidos nosotros mismos. Y hay poca resistencia estratégica a este ataque violento.

Hay, por supuesto, una explicación para esto y esta explicación necesita ser entendida si vamos a implementar una estrategia para detener exitosamente nuestro asalto omnicida en la biosfera de la Tierra, a tiempo para salvarnos a nosotros mismos y a tantas otras especies como sea posible, en un entorno ecológico viable .
Esto se debe a que si deseas resolver un problema o resolver un conflicto, entonces es imprescindible conocer y actuar sobre la verdad. De lo contrario, estás actuando simplemente en una ilusión y lo que hagas no puede tener un resultado deseable para ti, para otros, para la Tierra o para su multitud de criaturas. Por supuesto, la mayoría de las personas se contentan con vivir en el engaño: evita la necesidad de analizar con valentía, inteligencia y conciencia lo que realmente está sucediendo y responder a esto con fuerza. En resumen: hace la vida «más fácil» (es decir, menos atemorizante) en lugar de resuelta, incluso si los problemas continúan y los conflictos se suprimen, surgiendo periódicamente.

Y, por supuesto, así es como las élites lo quieren. No quieren que personas u organizaciones poderosas interfieran con su plan para (ahora rápidamente) consolidar su control militarizado sobre las poblaciones y los recursos del mundo.

Esta es la razón por la que, por ejemplo, las élites aman la “democracia”: aseguran el despojamiento de la población. ¿Cómo es eso? te debes preguntar. El defecto fundamental de la democracia es que las personas han sido engañadas para que renuncien a su poder personal de actuar de manera responsable -en relación con los importantes asuntos sociales, políticos, económicos, ambientales y climáticos del momento- a los “representantes” elegidos en el gobierno que luego representan temerosamente las élites que realmente los controlan (ya sea a través de incentivos financieros, apoyo electoral u otros medios), asumiendo que no son miembros de la élite y simplemente representan las prioridades de élite por interés compartido (como lo hace Donald Trump).

Y como delegamos la responsabilidad a aquellos políticos incapaces quienes de manera temerosa (o por intereses compartidos) actúan en respuesta a las ofertas de la élite, la mejor información científica en relación con el estado de la Tierra simplemente se ignora o rechaza mientras se distribuyen ampliamente las “advertencias científicas” conservadoras apoyando “las estrategias” que deben fallar. Véase, por ejemplo, «Advertencia de los científicos del mundo a la humanidad: un segundo aviso«.

Por lo tanto, esta falla generalizada para responder de manera inteligente y poderosa es una razón fundamental por la que estamos matando a la biosfera y destruyendo la vida en la Tierra. Muy pocos humanos están dispuestos a aceptar la responsabilidad personal para comprender por qué está ocurriendo la violencia y para participar en una estrategia diseñada cuidadosamente para evitar nuestra propia extinción, e incluso para salvar a muchas otras especies de la entrada prematura en el registro fósil. Es más fácil dejar la responsabilidad a los demás. Véase “La ilusión ‘Yo no soy responsable’”.

Y, claramente, el tiempo se está agotando, a menos que seas lo suficientemente ingenuo como para creer en la ilusión patrocinada por la elite que, entretanto, promueve la inacción y maximiza las ganancias corporativas, porque se supone que tenemos hasta ‘el final del siglo’. Sin embargo, está lejos de eso. Como algunos científicos valientes, a quienes se les negó de manera invariable el acceso a los principales medios de comunicación, lo explican: la extinción humana a corto plazo es ahora el resultado más probable.

Uno de estos científicos es el profesor Guy McPherson, quien ofrece evidencia convincente de que los seres humanos se extinguirán para 2030. Para un resumen de estas evidencias, en el que enfatiza los impactos sinérgicos generalmente descuidados de muchas de estas tendencias destructivas (algunas de las cuales se mencionan arriba) y donde se citan muchas referencias, escuche la conferencia del profesor McPherson sobre “Colapso climático y extinción humana a corto plazo”.

¿Por qué 2030? Porque, según McPherson, la «tormenta perfecta» de agresiones ambientales que estamos infligiendo a la Tierra, incluidos los 28 ciclos de retroalimentación climática que se auto-refuerzan y que ya han sido activados, está mucho más allá de la capacidad de absorción de la Tierra, que habrá una sucesión continua de fallas terminales de sistemas y procesos ecológicos clave, es decir, pérdida de hábitat, durante la próxima década, que precipitará la desaparición del homo sapiens sapiens.

En relación únicamente al clima, otro científico, el profesor Kevin Anderson, subdirector de la principal institución de modelado climático del Reino Unido, el Centro Tyndall de Investigación del Cambio Climático, advirtió que las emisiones ahora están fuera de control y nos dirigimos hacia un mundo que será 6 grados más caliente; Señaló que incluso la Agencia Internacional de Energía, y organizaciones conservadoras como esta, advierten que estamos en camino a un aumento de 4 grados (en el nivel preindustrial) para 2040. También acusó a muchos científicos del clima de guardar silencio sobre las evaluaciones poco realistas presentadas por los gobiernos. Consulte «Lo que no se dice sobre la catástrofe climática«.

Por lo tanto, desconfíe de dar crédito a las explicaciones «oficiales», los objetivos y los «planes de acción» en relación con el clima que son aprobados por grandes reuniones, ya sean gubernamentales o científicas. Pocas personas tienen el coraje de decir la verdad cuando garantiza la impopularidad y puede manifestarse fácilmente como la extinción de una carrera y la marginación social y científica.

Por otro lado, tal vez valga la pena mencionar que la mayoría de la gente hace tiempo que olvidó que hace una década (cuando la temperatura global era de .8 grados por encima del nivel preindustrial) se había sugerido que una disminución de la temperatura global a no más de. 5 grados por encima del nivel preindustrial era realmente necesario para lograr un clima seguro, con el Ártico intacto (aunque no había un método claro y factible para que los humanos redujeran la temperatura global a este nivel a cualquier velocidad). Lamentablemente, hemos progresado poco en la última década, aparte de seguir aumentando el límite «aceptable» (ya sea a 2 grados o «solo» 1.5). A la mayoría de los humanos les encanta engañarse a sí mismos para evitar enfrentar la realidad.

Por lo tanto, para aquellos de nosotros comprometidos a responder poderosamente a esta crisis, la pregunta fundamental es esta: ¿por qué, precisamente, los seres humanos están destruyendo la vida en la Tierra? Sin una respuesta precisa a esta pregunta, cualquier estrategia para enfrentar esta crisis debe basarse en conjeturas o ideologías.

Entonces, consideremos brevemente algunas posibles respuestas a esta pregunta.

Algunas personas argumentan que es genético: los seres humanos son innatamente violentos y, por lo tanto, los comportamientos destructivos hacia ellos mismos, otros y la Tierra están «incorporados» al organismo humano; por esa razón, la violencia no se puede prevenir ni controlar y los seres humanos deben destruir continuamente.

Sin embargo, cualquier argumento de que los seres humanos estén genéticamente predispuestos a infligir violencia es fácilmente refutado por la abrumadora evidencia de la cooperación humana a lo largo de milenios y hay un sinfín de ejemplos, desde lo interpersonal hasta lo internacional, de humanos que cooperan para resolver conflictos sin violencia. Incluso, cuando estos conflictos involucran cuestiones complejas, así como poderosos intereses particulares. También, hay abundantes ejemplos de humanos, particularmente comunidades indígenas, que viven en armonía con la naturaleza, en lugar de destruirla.

Otros analistas argumentan que la violencia y la destrucción humanas son manifestaciones de estructuras políticas, económicas y / o sociales, como el patriarcado, el capitalismo y el estado, según la perspectiva, y aunque estoy de acuerdo en que la violencia estructural (masiva) realmente ocurre, no creo que estas estructuras, por sí mismas, constituyan una explicación adecuada de la causa de la violencia.

Esto es simplemente porque cualquier explicación estructural no puede explicar la violencia en todos los contextos (incluida la violencia que condujo a la creación de la estructura, en primer lugar) o explicar por qué no ocurre en algunos contextos donde una perspectiva particular indica que debería.

Entonces, ¿hay otra explicación plausible para la violencia humana? ¿Y podemos hacer algo al respecto? Permítanme ofrecer una explicación y un camino a seguir que también aproveche las ideas de aquellas tradiciones que han criticado la violencia estructural en sus múltiples formas. He estado investigando por qué los seres humanos son violentos desde 1966 y la evidencia me ha convencido de que el origen de toda violencia humana es la violencia infligida por los adultos sobre los niños bajo la apariencia de lo que los sociólogos llaman «socialización». Esta violencia adopta muchas formas, lo que llamo violencia «visible», «invisible» y «totalmente invisible»- y crea individuos enormemente dañados que luego se infligen personalmente a sí mismos, a quienes los rodean (incluso a sus propios hijos) y la Tierra, mientras crea, participa, defiende y / o se beneficia de estructuras de violencia y explotación. Para una explicación completa de este punto, véase «¿Por qué la violencia?» Y «Psicología sin miedo y psicología temerosa: principios y práctica«.

Por lo tanto, en mi opinión, la evidencia es abrumadora de que si queremos poner fin a la violencia humana, ya sea infligida a nosotros mismos, a otros o a la Tierra, entonces la característica central de nuestra estrategia debe ser poner fin a la violencia adulta contra los niños. Véase «Mi promesa a los niños«. Afirmo que esta debe ser «la característica central de nuestra estrategia» por la sencilla razón de que cada niño dañado crece y se convierte en un responsable activo y gustoso de la violencia cuando, si no estuvieran tan dañados, serían poderosos agentes de paz, justicia y sostenibilidad comprometidos a resistir la violencia y la explotación en todos los contextos, hasta que se eliminen.

Esta profunda herencia evolutiva (ser un individuo de integridad que conscientemente elige y vive su propio camino de vida único, poderoso y no violento) se nos ha negado prácticamente a todos porque los humanos aterrorizan continuamente a sus hijos en obediencia sin sentido y conformidad social, dejándolos impotentes para acceder y vivir su conciencia.

Y esto hace que sea muy fácil para las élites: usar una combinación de nuestro miedo existente, adoctrinamiento (a través del sistema educativo, medios corporativos y religión) e intimidación (a través de la policía, sistemas legales y penitenciarios), a veces endulzado con algunos juguetes y baratijas, las elites nacionales mantienen el control social y maximizan las ganancias corporativas al obligar al resto de nosotros a desperdiciar nuestras vidas haciendo un trabajo sin sentido, en la negación de nuestra individualidad, en la economía controlada por las corporaciones.

Sin embargo, como indiqué anteriormente, no necesitamos contentarnos con solo trabajar para terminar con la violencia contra los niños. También podemos trabajar para poner fin a todas las demás manifestaciones de violencia, incluida la violencia contra las mujeres, los pueblos indígenas, las personas de color, la población islámica y de clase trabajadora, y la violencia contra la Tierra. Asimismo, debemos reconocer que si enfrentamos esta violencia sin enfrentar simultáneamente la fuente de la violencia, perjudicamos fundamentalmente nuestro esfuerzo para abordar estas otras manifestaciones de violencia también.

Además, enfrentar la violencia estructural (como el capitalismo) mediante el uso de la violencia directa tampoco puede funcionar. Esto se debe a que la violencia siempre se alimenta del miedo, siempre proliferará y se re-manifestará, ya sea como violencia directa, estructural, cultural o ecológica, sin importar cuán beneficioso sea el resultado a corto plazo.

Es importante destacar que, además de comprender y abordar la causa fundamental de esta crisis, debemos implementar una estrategia integral que tenga en cuenta y aborde todos y cada uno de sus componentes. No tiene sentido trabajar para lograr un solo objetivo que pueda abordar un problema sin importar cuán importante pueda ser ese problema en particular. La crisis está demasiado avanzada como para conformarse con acciones fragmentarias.

Por lo tanto, si desea abordar toda esta violencia simultáneamente, podría considerar unirse a aquellos que participan en la estrategia integral explicada de una manera simple en “El proyecto del árbol en llamas para salvar la vida en la Tierra”. Si desea abordar la violencia en un contexto particular, directo, estructural o de otro tipo, considere usar el enfoque estratégico descrito en la Estrategia de campaña no violenta o Defensa no violenta / Estrategia de liberación.

Y si desea comprometerse públicamente a participar en el esfuerzo por poner fin a la violencia humana, puede hacerlo firmando el compromiso en la Web de «La Carta del Pueblo para Crear un mundo no violento«.

Matar a la biosfera es la manera más efectiva de destruir la vida en la Tierra porque destruye la base ecológica (la gran variedad de hábitats increíblemente diversos e interrelacionados) de la que dependen los organismos para su supervivencia. Y ahora somos muy buenos en este asesinato, por lo que evitar la extinción humana ya será extraordinariamente difícil.

Por lo tanto, a no ser que y hasta que se tome una decisión personal consciente de participar estratégicamente en la lucha para salvar la vida en la Tierra, serás uno de esos individuos que mata a la biosfera como un subproducto de la vida sin conciencia y compromiso: una persona que simplemente sobreexplota su camino a la extinción.

Así que la próxima vez que reflexione sobre el destino de la humanidad, que está ligado estrechamente al destino de la Tierra, podría valer la pena considerar la belleza incomparable de lo que la Tierra ha generado. Véase, por ejemplo, «Dos jirafas blancas vistas en el área de conservación de Kenia«.

Y mientras haces esto, pregúntate cuánto estás dispuesto a luchar para salvar la vida en la Tierra.

Traducido del inglés por Valeria Paredes