En el programa del viernes 1 de septiembre por Pichincha Universal, Pressenza dio cuenta de lo que sucede en Perú, con el paro docente. Para ello, entrevistamos a Carlos Crespo Burgos, Educador, profesor universitario, miembro de la red de educadores humanistas en Perú. Les dejamos con esta ammplia en interesante entrevista.

¿Cuál es el origen de este paro y cómo ha evolucionado hasta este momento?

La huelga inició el 15 de junio en Cusco, como un movimiento regional, que tomó fuerza y paulatinamente escaló a un movimiento nacional, movilizado por diversos liderazgos y movimientos regionales, agrupados bajo la modalidad de los Sindicatos regionales de Trabajadores de la Educación (SUTEs).

Acabamos de recibir la noticia de que estos movimientos, agrupados en un “Comité Nacional de Lucha”, han resuelto en un Congreso Nacional Extraordinario, la “suspensión temporal” de la “huelga magisterial”, luego de dos meses y medio de paralización de actividades de las instituciones educativas públicas del país. Uno de sus dirigentes, Pedro Castillo, declaró que los profesores movilizados a la capital tienen 48 horas para retornar a sus regiones; sin embargo, advirtió que mañana lunes 4 de septiembre no empezarán sus labores, como lo tenían previsto, debido a que “se ha declarado un duelo nacional con todo el magisterio por las víctimas, mártires de esta huelga nacional” (La República, 3 de septiembre, 2017).

La medida ha sido tomada voluntariamente por parte de los docentes, luego de un largo y activo trayecto de movilizaciones en todo el país, y tras diversos intentos de negociación con las autoridades educativas, presididas por la Ministra de Educación, Marilú Martens. Tres semanas atrás, las SUTE de las regiones de Cusco, Pasco, Lambayeque y Lima Provincia lograron un acuerdo de finalización de la huelga, luego de alcanzar algunas conquistas salariales y varios ofrecimientos adicionales. En el resto de regiones, sin embargo, la huelga tomó mayor fuerza y se extendió pasando, en las últimas semanas, por varios momentos de aparente declinación, con anuncios contradictorios de finalización, por parte del sector oficial y desmentidos de líderes regionales, tras reavivar las movilizaciones concentradas en la capital.

Mientras los dirigentes han anunciado que suspenden la huelga, pero piden que no haya sanciones, la Ministra declaró que no habrá marcha atrás, que de todas maneras se realizarán los descuentos a los salarios de los profesores que acataron la huelga, porque es ley. Marilú Martens concluyó que “no hemos tenido un acuerdo”, que “el diálogo está abierto”, aunque “las negociaciones se cerraron hace ya un par de semanas” (La República, 3 de septiembre, 2017).

El movimiento se inició en Cusco con mucha fuerza, como un movimiento regional, impulsado por diversas agrupaciones políticas. Adquirió amplio respaldo de los docentes locales y encendió una cruzada nacional hace más de un mes, al trasladar las demandas a la capital, con numerosos docentes movilizados. Lima se convirtió así en el vértice de numerosas marchas de docentes provenientes de todas las regiones del país, con sus plazas céntricas llenas de hombres y mujeres movilizados, crecientemente indignados por los “salarios de pobreza”, exigiendo “respeto y dignidad” para el docente.

¿Y cuáles son las demandas de los docentes?, ¿que legitimidad tienen esas demandas?, cual es la agenda por la que están peleando en este momento?

Vale insistir que esta huelga ha sido un fenómeno muy nuevo, muy especial, por lo que decía anteriormente, no se origina en el sindicato nacional (SUTEP), sino en movimientos político-sindical regionales, que lo han rebasado cuestionando su legitimidad y burocratismo. Este asunto merece un tratamiento más amplio, lo podemos conversar más adelante.

La demanda docente coincide, en general, con dos aspectos: por una parte, la exigencia de mejora salarial y, por otra, el cuestionamiento a la modalidad y a las consecuencias “punitivas” de la evaluación de desempeño docente, que el Ministerio ha anunciado. Estas demandas tienen explicación en un largo antecedente histórico de la política educativa en el país, sobre el que podemos conversar.

¿Cuéntanos entonces Carlos, que pasa con los salarios de los docentes y cuál es la tensión que se genera con este asunto de la evaluación de los docentes?, porque reaccionaron así los maestros y cuál es la cuestión del salario?

Sobre el tema del salario docente partiría de una afirmación que varios la han generalizado y reconocido: es un problema irresuelto desde hace décadas el tema salarial en Perú y creo que es bastante generalizado en América Latina.

La remuneración mensual del docente peruano alcanzaba, hasta el inicio de la huelga, un promedio de 600 dólares; monto que se ha reconocido está entre los más bajos de América Latina. Entonces ahí tenemos un problema de fondo.

En 2012 se aprobó en Perú la Ley de Reforma Magisterial (LRM 29944) y su reglamento en 2013, marco jurídico vigente en la actualidad y marcado por un énfasis en la profesionalización docente. La cuestión es que esta ley presenta una serie de dificultades en su implementación relativas a la movilidad en las escalas, a la posibilidad de ascenso, que sean dignos, diferenciados, etc., según han reconocido diversos análisis de expertos. Vale recordar que en las últimas semanas cobró peso la demanda magisterial por la derogatoria de esta Ley, asunto que fue aprovechado por ciertos sectores en el Congreso Nacional.

Esta problemática salarial se conecta con una historia más larga, que puede ayudar a comprender un poco la raíz y que vale la pena mencionar rápidamente. Perú como todos los países de América Latina vivieron, en general, desde la década de los años 70`s y ‘80`s un crecimiento de la oferta de la escuela pública, creció muchísimo, es lo que algunos han llamado la “masificación de la oferta”, que trajo consecuencias para el sistema educativo, trajo consigo, por ejemplo, la multiplicación de maestros contratados por el Estado, que no recibieron una formación inicial suficiente y actualizada. Pero, también ocurrió que paralelamente a la expansión de la cobertura de la escuela pública, se afectó el nivel de los salarios docentes. Nunca más los maestros volvieron a ganar como ocurrió en los años 60 o 70. El valor adquisitivo de los salarios fue descendiendo paulatinamente sin detenerse hasta el momento actual.

De manera que la expansión demandó inversiones en infraestructura y atención al crecimiento del magisterio. Pero, diversos factores incidieron para impedir que este crecimiento vaya acompañado con la consecuente mejora y actualización de la enseñanza en una etapa de aceleración tecnológica. Una parte de maestros, provenientes de condiciones de mucha pobreza, optaron por el Magisterio como una oportunidad laboral y estabilidad de ingreso, no necesariamente por vocación. Entonces, tenemos a un magisterio muy empobrecido, con ciertos sectores que presentan debilidades en su vocación profesional y limitaciones en su preparación inicial. Ha sido posible constatar en los docentes movilizados a Lima, que están en las calles y en las plazas viven situaciones de extrema necesidad económica.

Por ello, amplios sectores de la sociedad han respaldado sus demandas. Por ello diría que esta movilización rebasa una demanda de carácter estrictamente salarial y expresa las condiciones de vida carentes en que se desenvuelve una buena parte de los educadores de las nuevas generaciones en el Perú.

Por otro lado, gracias a las demandas de la huelga, la discusión sobre la evaluación docente se ha hecho pública; ha pasado de ser un asunto de técnicos y especialistas a convertirse durante algunas semanas en tema obligado no solo de los medios de comunicación, sino de conversación en la plaza pública, en las calles, en las universidades, en los hogares.

La conversación pública en torno a la evaluación, muestra también, para quienes quieran ver y escuchar, el abismo en que pueden caer las reformas educativas con sus modelos muy tecnocráticos, pero distantes de los sentidos que estos cambios puedan tener para los docentes reales de un país tan diverso y rico culturalmente, pero tan inequitativo económicamente. En la última década y media, el Estado ha buscado ajustar esa deuda histórica con la calidad de la enseñanza y los aprendizajes, haciendo varios intentos de reformas, de mejoras y de cambios.

Me parece interesante plantear que este paro docente se da en medio de un contexto de otros paros, están parando los enfermeros, están parando los médicos, hay paro también de los mineros, todo el país está convulsionado porque realmente la llegada de este gobierno con un montón de promesas que por ahora están incumplidas genera un malestar general y con respecto a lo que decías que es un problema más regional lo de la cuestión de la educación y lo de los docentes también creo que vale la pena recordar que antes de ayer hubo una manifestación muy importante en Paraguay, donde se manifestaron los estudiantes justamente por esto mismo, porque no se cumple con el presupuesto de educación que de hecho dicen que lo que no se invirtió en el presupuesto de 2016 le prometen que lo van a cumplir en el 2018, así que esto es una cosa que se está extendiendo por toda la región de una manera muy preocupante.

Creo que los puntos que planteas son bien importantes porque mencionas esto del malestar, creo que en este momento muchas demandas en el campo de la salud muestran las carencias que tiene la oferta pública de salud, me atrevería a decir que como como consecuencia de políticas que han debilitado al Estado en el campo de los servicios públicos, por ejemplo la educación y la salud, presentan situaciones críticas, como la que muestra la huelga actual de los docentes. Esto, como cuestión de contexto general. Otra problemática es la del tema minero, pero ello requiere conversarlo con personas que están más cercanas de esta realidad.

Carlos, sería muy bueno que rápidamente nos de tu mirada en términos de perspectiva, qué le espera a los docentes peruanos, que puertas se abren, qué posibilidades de alguna solución más integral, más adecuada, como lo estás viendo tú, hay alguna posibilidad o en realidad esta es una lucha que va a seguir por muchos años,¿como lo ves?

Ha habido unos comentarios recientes de que esta experiencia está dejando una lección social, mirándolo positivamente se trata del reconocimiento que tienen los profesores en al ámbito político. Hay una tradición social y cultural de reconocimiento al profesor, esto está en la cultura de la gente, a pesar del desprestigio público de la profesión. Esta es una situación contradictoria. Hay un reconocimiento del valor del docente como persona. Pero, a la vez diversas instituciones de la sociedad le acusan como el causante de la mala calidad de la educación, donde los otros actores irresponsablemente se lavan la mano y ponen en el docente fácilmente la culpabilidad. Esta acusación también resiente al docente por la falta de reconocimiento. Esta huelga ha mostrado también un reclamo con una catarsis por parte del docente debido a este resentimiento
Por otra parte, se ha reconocido que el valor de las movilizaciones y protestas es haber puesto la educación en el debate público, como mencionamos anteriormente. Este momento toda la sociedad tiene como tema de debate a la educación, con sus particulares posiciones e interpretaciones. El campo de la educación se ha desnudado ante la sociedad. No se ha logrado una negociación clara y abierta con los maestros, a la vez no hay una cabeza de la organización docente, sino varias cabezas por regiones, varios liderazgos, con tendencias políticas diversas. Como dijimos anteriormente, el sindicato nacional esta deslegitimado antes las bases y movimiento regionales.
Nadie acertó en los pronósticos sobre la finalización de esta huelga extendida. Una vez más, los docentes han sorprendido con su decisión de volver a las aulas bajo la consigna de una “suspensión temporal”. Al momento, se organizan los calendarios de recuperación y desde noviembre entrará en vigencia un nuevo piso salarial de S/ 2000 soles.