Por Macarena Fernández

Exoesqueletos, ojos biónicos, impresiones de órganos en 3D y embriones diseñados; son algunas de las tecnologías avanzadas que ya se están realizando en el mundo, y que de aquí a 10 años, podrían volverse masivas.

Son miles los científicos, biohackers, médicos, ingenieros y distintos profesionales del mundo que trabajan a diario en la creación de nuevas tecnologías para aportar nuevas mejoras y facilidades a la vida del ser humano.

Inspirados en la literatura, en el mundo animal o en la propia ciencia ficción, los desarrolladores de altas tecnologías buscan responder a los ambiciosos anhelos de las personas, como por ejemplo, ser más inteligentes, más fuertes y resistentes, mejorar el aspecto físico, incluso engendrar hijos «perfectos» o adquirir nuevas habilidades sin tener que pasar años estudiando o ejercitando.

En el 2017, muchos de estos anhelos de «superpoderes» ya cuentan con su prototipo listo, esperando el visto bueno y las inversiones millonarias para poder comercializarlos y llegar así a todos los soñadores que quieren sacar el máximo de provecho a sus cuerpos y mentes.

Y aunque muchos nos preguntemos, ¿cuándo tendremos la cura definitiva para el sida o el cáncer? (potencias, suelten las recetas); la verdad es que sorprende a lo que han llegado las tecnologías actuales. A continuación les presentamos las que de aquí a 10 años podrían volverse masivas.

1. Visión aumentada, inteligente e incluso nocturna

Tener “ojo de águila” es quizás el sueño de muchas personas, especialmente de aquellas con problemas a la visión. Si bien existen cirugías que permiten restaurar la vista y mejorarla, éstas son invasivas y requieren que la afección se estabilice o llegue a un grado determinado, por lo que no se puede operar a cualquier edad.

Hoy se están desarrollando distintas tecnologías para aumentar y mejorar la visión, tanto en pacientes con problemas de vista, como en personas comunes y corrientes que quieren tener una visión más amplia, como por ejemplo las siguientes: Leer más

El artículo original se puede leer aquí