El plebiscito convocado por la oposición venezolana, representada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) es, una vez más, una clara estrategia de manipulación. Operando desde la simbología de un supuesto mecanismo de democracia participativa, esta estrategia está pensada en función de su proyección mediática, sea a nivel nacional – para alimentar la tensión social – sea, sobre todo, a nivel internacional, para seguir manufacturando un consenso en contra de la Venezuela bolivariana. Al mismo tiempo constituye un delito en sí y un intento de golpe de Estado: como tal, no puede quedar impune.

Falacias del Plebiscito

El plebiscito es una figura jurídica que no existe en Venezuela pero sí en otros países, en cuyos imaginarios colectivos se considera como expresión de la voluntad popular de toda una nación. El objetivo de la MUD es claro: dar a entender que la población venezolana en su totalidad está en contra del Gobierno Bolivariano. Una vez más entonces es una estrategia pensada en función de su mediatización internacional, elemento crucial en la guerra de cuarta generación que han venido librando de la mano de las grandes corporaciones internacionales y de la derecha mundial, y a través de la cual quieren destruir el proceso bolivariano.

Por otro lado es también una estrategia que busca recomponer las fuerzas opositoras, cansadas y divididas después de más de 100 días de manifestaciones violentas y asesinas: ésto ha llegado a provocar cierto rechazo incluso entre sus simpatizantes; de ahí la búsqueda de estrategias en apariencia más “democráticas” y “legales”. Sin embargo, de legal éste plebiscito no tiene absolutamente nada: es un verdadero castillo de naipes, construido con engaños, mentiras y manipulaciones, justificadas a los límites del absurdo por quienes lo promueven.

“Su falsedad, su ausencia de control sobre los resultados y sobre quienes deben sufragar, es una de las características más visibles de esta maniobra” explica, en entrevista para Alba TV, el abogado Isaías Rodríguez, quien ejerce funciones de embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Italia y que forma parte de la Comisión Presidencial de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). El Plebiscito convocado por la MUD, sigue Rodríguez, “no tiene data, ni organismo confiable que lo vigile, ni nadie a quien rendir cuentas. Han declarado cínicamente que quemarán las actas y los documentos una vez concluida la actividad. Esto quiere decir que no son confiables. Ni antes ni después reflejarán credibilidad alguna. No es un acto responsable ni siquiera para quienes confían en el liderazgo de la MUD”.

Por otro lado, la misma figura del plebiscito es muy discutida en los mismos países cuyo ordenamiento jurídico la contempla. De hecho, a pesar de una apariencia de democracia participativa y directa, el plebiscito ha sido cuestionado como una medida demagógica y populista, que puede llegar incluso a debilitar la democracia: porque pese a las expectativas que generan, los plebiscitos no son vinculantes.

“El plebiscito es un procedimiento que emplaza el elector a votar simplemente por un sí o por un no. No abre el voto, ni las respuestas a una reflexión profunda: encierra las respuestas”, analiza Isaías Rodríguez, acotando que, históricamente, ninguna constitución venezolana ha contemplado la figura del plebiscito, pese a que en 1957 Pérez Jiménez convocara uno “para tratar de extender su dictadura por cinco años más. Fue un elemento que desacreditó su dictadura, incluso produjo su caída. Este plebiscito no lo contemplaba la constitución perezjimenista de 1953, ni la siguiente de 1961, ni tampoco ésta de 1999”.

El Plebiscito en Venezuela es un delito

El problema no se limita a este show irracional montado por la MUD: desde el punto de vista legal, “el Plebiscito del 16 de Julio es un fraude constitucional, un delito”,como escribe la abogada constitucionalista Olga Álvarez. Explica Álvarez: “en el caso de nuestra CRBV [Constitución de la República Bolivariana de Venezuela] se incorporaron diversos mecanismos de democracia directa: elección de cargos públicos, referendo consultivo, aprobatorio, derogatorio, revocatorio; asambleas de ciudadanos, cabildo abierto, consultas populares, iniciativas legislativas, constitucionales y constituyente; todas con CARÁCTER VINCULANTE, es decir es obligatorio para el Estado atender sus resultados […]. Cada mecanismo de consulta tiene un procedimiento específico, un convocante específico, condiciones de validez específicas y materia a consultar específica en cada procedimiento. […] No existe en la CRBV ningún artículo que permita hacer una consulta de algún tema de interés nacional por un mecanismo diferente al REFERENDO y este debe ser organizado exclusivamente y excluyentemente por el Poder Electoral. Una consulta no contemplada ni por la materia ni por el procedimiento en la CRBV, es absolutamente NULA, inexistente en el mundo jurídico y su intento configura un ilícito constitucional, un fraude constitucional […] La Encuesta convocada por la MUD, haciéndola aparecer como VOTO, es un DELITO y todo aquel que participe incurre en violación flagrante a la Constitución y de las leyes electorales. Atenta contra la forma democrática de gobierno.”

Entonces, otra vez una estrategia de distorsión y manipulación: la oposición se declara defensora de la Constitución, atentando en contra de ella. Así también llama a Plebiscito, como supuesto instrumento de democracia directa, para en realidad atentar en contra de la democracia participativa, pilar del proceso revolucionario bolivariano y de la cual es expresión la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), contra la cual llaman a votar el 16 de julio.

El Plebiscito es un llamado al Golpe de Estado

En su convocatoria al plebiscito, y en la misma formulación de las preguntas a la cual la oposición llama a responder, se desconocen y se llaman a desconocer los poderes e instituciones del Estado, empezando por el Ejecutivo: en la primera pregunta, de hecho, la Constituyente aparece “propuesta por Nicolás Maduro”, desconociéndolo en efecto como Presidente de la República. Esta primera pregunta “¿Rechaza y desconoce la realización de una Asamblea Nacional Constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación previa del pueblo venezolano?” es además engañosa, porque los artículos 347, 348 y 349 de la CRBV facultan al Presidente de la República para convocar a un proceso Constituyente.

Con respecto a la segunda pregunta (“¿Demanda a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana obedecer y defender la Constitución del año 1999 y respaldar las decisiones de la Asamblea Nacional?”), esa constituye un llamado a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana para que secunde un golpe actuado desde la Asamblea Nacional, obviando además que el legislativo es solamente uno de los cinco Poderes nacionales del Estado Venezolano.

Analizando en fin el tercer interrogante (“¿Aprueba que se proceda a la renovación de los Poderes Públicos de acuerdo con lo establecido en la Constitución, así como la realización de elecciones y la conformación de un nuevo gobierno de unidad nacional?”), la Asamblea Nacional hace patente su intento de golpe, ya que, en primer lugar, no es su prerrogativa renovar los Poderes Públicos. En segundo lugar, la ley determina que un Presidente electo concluya su mandato; así lo evidencia en una reciente entrevista la jurista Durga Ochoa[1], quien además manifiesta que los promotores del falso plebiscito tratan de impedir la realización de la ANC porque “tienen miedo a que una mayoría electa por votación popular, defina o establezca condiciones que para fortalecer el Estado, vayan en contravención de sus intereses particulares”.

“Su propósito es torpedear la Constituyente: obstaculizar las elecciones del 30 de julio y evitar que la ANC se instale” acota Isaías Rodríguez “sembrar miedo y terror, intimidar a los ciudadanos y ciudadanas para que no asistan a los centros de votación. Ésto interprétalo hacia afuera. Pero si lo interpretas hacía adentro, la finalidad es consolidar un equipo que se nuclee alrededor de la violencia. Esto es en el fondo uno de los instrumentos que puede usar el fascismo para atemorizar y construir por la vía de los hechos una alternativa ilegal que los mantenga vivos.”

La construcción de un Estado paralelo

El golpe operado a través del plebiscito, desconociendo a los Poderes del Estado y a la Constitución, busca crear un gobierno paralelo o de transición, que sea reconocido como interlocutor a nivel internacional. Los primeros pasos en esta dirección ya se están dando: por ejemplo, no es casualidad que haya, justo en estos días, un grupo de diputados del Parlamento Europeo tratando de impulsar el no reconocimiento de la Asamblea Nacional Constituyente, que califican como “ilegal”.

Confirma Isaías Rodríguez: “se conjetura que su finalidad es montar en Venezuela un gobierno paralelo que a corto o mediano plazo desencadene una guerra civil o produzca una intervención o una invasión militar de un gobierno extranjero. Puede dar origen al desmembramiento de nuestro territorio; es una práctica común que usan los estados invasores en los llamados “golpes blandos”: quiebran las estructuras institucionales y dividen los pueblos”. Entre los ejemplos más recientes están Libia y Siria.

A partir de la experiencia de éstos países, el politólogo venezolano Adal Hernández, estima que una vez formado, el gobierno paralelo iniciaría “una gira internacional, para buscar el pronunciamiento de países que reconozcan al nuevo gobierno y desconozcan al bolivariano» y que “una vez aislado completamente el Gobierno Bolivariano pasarían a una «fase más bélica», conformando un ejército paramilitar “rebelde». [2]

La necesaria defensa de la Revolución

En la coyuntura actual, de cara a esos posibles escenarios, es imprescindible que la Revolución Bolivariana actúe con firmeza contra estos ataques al Poder Popular, a la democracia participativa, a la soberanía nacional, a la población venezolana en su totalidad. El plebiscito tiene que ser considerado por lo que es: un delito constitucional y un intento de golpe, que no puede quedar impune, así como no puede existir un gobierno paralelo. Este tipo de ataques no va a detenerse y, como afirma Isaias Rodríguez, es menester denunciar sus bases de ilegalidad e inconstitucionalidad.

Tarea de la ANC será generar las garantías para profundizar la revolución como también para defender la soberanía popular. Y tarea de todas y todos es enfrentar además la distorsión y manipulación mediáticas, principal herramienta de esta guerra contra el proceso bolivariano, sea en el país como en el exterior.


Notas:

[1] Juristas del FENAR denuncian que el plebiscito aboga por “golpe de Estado” en http://www.analitica.com/actualidad/actualidad-nacional/juristas-del-fenar-denuncian-que-el-plebiscito-aboga-por-golpe-de-estado/. La abogada Durga Ochoa es directora del Frente Nacional de Abogados Revolucionarios Socialistas (Fenar) y vocera principal del Movimiento Nacional de Abogados y Abogadas Patriotas.

[2] RT/Ernesto J. Navarro, «El plebiscito de la oposición sobre la Asamblea Nacional Constituyente carece de legitimidad», en https://actualidad.rt.com/actualidad/243394-plebiscito-maduro-falacia-artilugio

IA/AlbaTV/2017

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