En Brasil, el presidente Michel Temer autorizó el envío de soldados del Ejército a la capital, Brasilia, en medio de crecientes protestas para exigir su destitución. El miércoles, decenas de miles de manifestantes marcharon al Congreso para exigir la renuncia de Temer. Algunos manifestantes también prendieron fuego el edificio donde tiene su sede un ministerio. Muchos manifestantes resultaron heridos cuando la policía les lanzó gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento y balas de acero revestidas de goma. Temer afronta crecientes llamamientos a renunciar o a que se lo someta a un juicio político, tras una declaración publicada por la Corte Suprema en la que se lo acusa de aceptar millones de dólares en sobornos desde 2010.

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