Por Carlos Santos

Hoy, nuestro país, transita el sinuoso desfiladero que lo lleva a ser cola de león. Un león enfurecido que muestra sus garras merced a la impostura de su representante con nombre de caricatura y accionar de monstruo; frente a él, entre otros, otro monstruo con rastro lampiño tiene en sus manos la tensión del botón nuclear.

¿Adónde vamos amigos? Claro ahora estamos “insertos” en el mundo, parecido a la inserción que entre otras calamidades nos tuvo en el centro de una disputa lejana con las bombas a la embajada de Israel y a la sede de la AMIA.

Esto de ser cola de león es muy peligroso. No estamos hablando ya de lo que éticamente o políticamente conviene, estamos hablando de supervivencia. No por hacer apocalipsismos pero hay ejemplos tan contundentes como la bomba que acaban de tirar en Afganistán o los ataques a civiles en Siria para ilustrar en qué momento está el mundo.

Muchos desprevenidos que tenían la mirada puesta solamente en los medios de comunicación y tan preocupados por el contenido de unas valijas han apoyado este gobierno argentino conducido por desalmados, brutos y negociantes y no tuvieron en cuenta a dónde nos llevaban.

Amigo socialista, ¿es que acaso te lo impidió ver una “cortina de humo”? Amigo radical que quieres una sociedad democrática donde se respeten las libertades individuales, ¿qué te pasó? Dijiste ganemos a cualquier precio olvidándote de la recomendaciones del prócer radical, Raúl Alfonsín, que ya te había advertido: “si la sociedad se derechiza, el radicalismo perderá una elección, pero no seguirá ese camino”.

Si seguís “mentalmente enquistado” con “la pesada herencia” no vas a poder observar lo que está pasando hoy: despojo de la soberanía satelital, injerencia de los bancos privados en la soberanía económica nacional, liberación de impuestos a productos extranjeros, mega-incremento de la deuda externa, desalineación con el Mercosur, para hablar solo de algunas cuestiones de orden internacional.

La verdad que prefiero sentir ese orgullo que dijo que sentía el presidente Evo cuando vio a Néstor Kirchner enfrentarse a Bush y llevar la delantera en la oposición al Alca. Nunca vi a un presidente argentino expresarse con tanta claridad frente al armamentismo y a la guerra como lo hizo la anterior presidenta y ser consecuente en sus acciones.

Este pusilánime que está al frente del ejecutivo y sus secuaces reciben un cantidad impresionante de armamentos y lo justifican como si fuera un “bonus” de un videojuego. La verdad que prefirió ser cabeza de ratón.

Y si querés mi definición personal para saber si soy o no soy “K”, que parece que ahora es el gran problema, te diré que soy humanista pero en este esquema me alcanza decirte que soy “ratoncista” en lugar de “leonista”. No importan las etiquetas, las etiquetas sirven para hacer más floja la inteligencia. Están en juego cosas muchos más importantes. Cuidemos la vida en el planeta. ¡Hagamos vacío a la violencia!