El sábado 15 de octubre, el Encuentro con la Audacia Mundial, “Repensando la Utopía”, desarrollado en el Monasterio del Bien Común de Sezano, entró en máxima actividad con tres talleres que se realizaron simultáneamente. El primer taller tuvo como objetivo hacer una lista de «distopías” (antiutopías) de los que dominan y de aquellos que consideran que las utopías son inalcanzables: los que dominan transforman en distopía cualquier intento de defensa de los derechos humanos, distorsionando y mistificando el significado de palabras tales como solidaridad, democracia, desarrollo.

En el segundo taller los participantes compartieron experiencias prácticas expresadas en acciones, movimientos, asociaciones, que pueden ser consideradas utopías en marcha para promover, apoyar y reforzar. La lista es larga, y va desde el virtuoso común y la ciudad de transición, al movimiento de defensa de los bienes comunes, la ley y la Constitución, a los medios de comunicación y economías alternativas, a los movimientos y asociaciones que reciben, curan y defienden a las minorías, inmigrantes y se ocupan de los menos favorecidos en la sociedad.

En el tercer taller se definieron iniciativas que deben tomarse a nivel de educación, escuelas, universidades, medios de comunicación y movimientos sociales con el fin de promover una «estrategia para la utopía»: la escuela es un área en la que hay que trabajar para crear un ciudadano nuevo, que pueda elegir el ser humano que quiere llegar a ser.

El objetivo de los trabajos realizados en los laboratorios fue llegar a elaborar una «Carta de la vida», paso ulterior a la «Carta de Derechos» (ONU, 1948) y a la «Carta de la Tierra» (1990).

La tarde se dedicó a la premiación de los Doctores Honoris Causa en Utopía 2016. Este año el premio fue para New Hope, una cooperativa social de mujeres italianas y migrantes ex víctimas de la trata, que ha creado un taller de sastrería étnica en Caserta, “por el valor y la capacidad de convertir el sueño de una experiencia de trabajo y de economía social en un símbolo concreto de la esperanza»; al pacifista alemán Juergen Graesslin, «por el valiente compromiso de años para destapar el escándalo del mercado de armas»; al maestro del cristal, escritor, poeta y director belga, Bernard Tirtiaux, «por la variedad excepcional de su creatividad artística… por el matiz utópico que sus obras difunden… y por el gran respeto y amor por la vida».

Los presentes rindieron homenaje a los premiados con calurosos y sentidos aplausos y todo el encuentro se llevó a cabo en una atmósfera amigable, alegre y abierta, con una gran energía.

El siguiente vídeo de corta duración (en italiano) muestra a forma de síntesis lo ocurrido durante los dos últimos días en el Monasterio del Bien Común sobre la Utopía.