Tras el anuncio del gobierno británico del ejercicio militar, con lanzamiento de misiles incluido, en el territorio de las Islas Malvinas, los argentinos y argentinas se sienten amenazados.

Desde la finalización de la guerra de Malvinas han sido infructuosos los esfuerzos diplomáticos argentinos para poder entablar una mesa de conversaciones con el gobierno británico, pese a contar con el apoyo de casi todas las naciones del mundo y el arbitrio del Comité de Descolonización de la ONU.

En junio de 2012, el día que se conmemoraban los 30 años del final de la guerra de Malvinas, Gran Bretaña festejó esta fecha con la llegada de un submarino nuclear al territorio de ultramar. Esto fue motivo de diferendos con el gobierno de Cristina Fernández, que criticó fuertemente en los foros internacionales la militarización del territorio malvinense y la consiguiente infracción a las resoluciones y recomendaciones de Naciones Unidas.

Desde la llegada de Mauricio Macri al poder, su canciller Susana Malcorra ha mantenido encuentros con el gobierno británico de manera secreta, lo que ha generado inquietud entre dirigentes de la oposición y agrupaciones de excombatientes de la guerra de 1982. Incluso, Mauricio Macri llegó al exabrupto de declarar en la Asamblea de Naciones Unidas que esperaba resolver el conflicto de soberanía entre Argentina y el Reino Unido “amigablemente”.

La actitud de Cancillería ha variado en estos últimos días y este sábado presentó una nota, ante el embajador británico y el Secretario General de Naciones Unidas, donde manifiesta la “desazón” que provocan estos ejercicios militares y que esto “conlleva la presunción de una hipótesis de conflicto que creemos que ha sido ampliamente superada, a partir de la decisión de los argentinos de eliminar el conflicto como mecanismo de resolución de nuestras diferencias».

Organizaciones humanistas y pacifistas convocaron para el día de hoy (lunes 19 hs) un acto frente a la Cancillería (Arenales 800, CABA) para exigir una posición más firme, que defienda con claridad el derecho argentino sobre el territorio ocupado, pero sobre todo en repudio a estos amenazantes ejercicios militares que importan a la Argentina, guerras foráneas y que limitan la libertad de la ciudadanía, poniendo en peligro la Paz.

El reclamo incluye el rechazo a la instalación de bases norteamericanas en el país, una propuesta que el Estado argentino todavía no ha descartado. “Para evitar la catástrofe futura debemos superar la violencia hoy” dice la convocatoria.

Este llamamiento toma como banderas las propuestas de la Marcha Mundial por la Paz y la Noviolencia que se realizó entre 2009 y 2010 y recorrió más de 100 países, presentando este listado de consignas:

El desarme nuclear a nivel mundial.

El retiro inmediato de las tropas invasoras de los territorios ocupados.

La reducción progresiva y proporcional del armamento convencional.

La firma de tratados de no agresión entre países.

La renuncia de los gobiernos a utilizar las guerras como medio para resolver conflictos.

En un contexto de tanta tensión internacional y tantos frentes bélicos abiertos al mismo tiempo. El pueblo argentino se manifiesta pacífico y noviolento. No a la guerra. No a la amenaza. No se vive en paz, cuando se vive amenazado. Los argentinos exigen su derecho a vivir en paz y en libertad.