Pepe Mujica (1) es un ex floricultor, ex guerrillero, ex prisionero y ex presidente de Uruguay, un pequeño país de 3,3 millones de habitantes en América Latina. Su hablar franco, su modo de vida simple y sus incesantes críticas de la sociedad de consumo y del modelo capitalista lo convirtieron en una estrella internacional.

En este artículo, elegí voluntariamente no hacer un balance de su mandato presidencial, que terminó el 1° de marzo de 2015, sino de proponerles una pequeña introducción de la visión del mundo de este hombre que defiende los valores humanistas con mucha determinación y coherencia. Por ello, decidí compartirles dos extractos cortos de un documental difundido en el canal ARTE titulado: “Pepe Mujica. El presidente y el terrón de tierra”.

A continuación el primer pasaje extractado de una entrevista en la que José Mujica se expresa sobre la importancia de la austeridad y del trabajo de la tierra en su vida:

Las manos, herramientas del pensamiento

La vida cambió un poco, pero en lo esencial yo soy el mismo. Mi vida es un poco más complicada, pero es como todo, va a pasar.

Yo me definiría como un terrón de tierra montado sobre patas. Viví y aún vivo de la tierra, pero también vivo para la tierra.

Todos necesitamos tener un margen de felicidad personal, seamos o no conscientes de ello. Trato de dejarme tiempo para hacer lo que me gusta. Es mi definición de la libertad humana. Mi libertad propia la encuentro en el trabajo de la tierra.

Todo ese tiempo en la cárcel me dio tiempo para reflexionar. Busqué conocerme a mí mismo y todavía no terminé.

La realidad va bastante más allá de la idea que me hago de ella. La realidad es mucho más compleja, más difícil aún. Para mí, el trabajo físico ayuda a corregir los excesos del intelectualismo. Sin eso, nos cuesta evaluar el nivel de las dificultades que tendremos que confrontar en todo trabajo que nos propongamos hacer. De hecho, las manos son las herramientas del pensamiento. Las manos piensan”.

El segundo extracto, proviene asimismo de una entrevista y se interesa en los efectos perversos del capitalismo, especialmente en su efecto negativo en los vínculos interpersonales y en la felicidad de las personas:

El elogio de la austeridad

Alguien que está siempre completamente alienado no puede ser feliz. Y esta es la aberración de las sociedades modernas. Todo el mundo está apurado y corre. Y cuando se despertó, ¡la vida ya pasó!

Estamos dominados por una cultura inherente al capitalismo, que quiere seguir produciendo ganancias y acumulando, y que, por vivir en este capitalismo, exige que cada uno de nosotros aliene toda su vida comprando y ganando más plata para comprar más… Pero esto, esto es inherente al capitalismo, no a la felicidad humana.

Una gran riqueza no asegura la felicidad. Hay que luchar para vivir sobriamente, con lo estrictamente necesario. No es renunciar a las cosas materiales, sino no dejarse reducir a ser esclavo de las cosas. Porque en el fondo, las cosas que más nos conmueven nos piden que les consagremos tiempo. Aquél que no tiene tiempo de cultivar sus afectos difícilmente puede ser feliz. Y eso, no se compra”.

La credibilidad de Pepe Mujica descansa principalmente en la profunda coherencia que existe entre sus palabras y sus actos. Su estilo de vida, muy sobrio, permite que su pensamiento brille aún con más fuerza. Un tipo de liderazgo que nos lleva a pensar, sin ánimo de comparar, en Mahatma Gandhi o en Pierre Rabhi.

  1. José Mujica, al que le dicen “Pepe Mujica”, es un hombre de Estado uruguayo, nacido en Montevideo el 20 de mayo de 1935. Fue el 40° presidente a la República entre el 1° de marzo de 2010 y el 1° de marzo de 2015. (Source Wikipedia)