Por Evelyn Jaramillo (texto y fotografías)

El martes 22 de junio se llevó a cabo una casa abierta en la Fundación Sol de Primavera ubicada en el centro de  Quito. Los jóvenes beneficiados expusieron sus trabajos realizados durante su trayecto en el centro educativo.

La fundación trabaja desde 1997 junto a niños, niñas y adolescentes que viven en condiciones de vulnerabilidad, la atención que ofrece es integral y parte de propuestas educativas, de formación humana, técnico profesional,  en salud y nutrición.

La primera atención que reciben los jóvenes es en el área psicosocial, a través de pruebas de diagnóstico se determina el grado de conocimientos y el apoyo compensatorio o profesional que deben recibir, se realizan visitas domiciliarias para conocer su contexto socio -económico; además se inicia terapia individual y familiar. Al finalizar el proceso se determina si ha cumplido con el desarrollo de las habilidades que le permita insertarse en el mundo laboral.

De esta manera para la Fundación es importante contar con un plan de vida con la finalidad de que los estudiantes participen en las diferentes actividades educativas. Existe el área compensatoria donde completan sus estudios en la educación básica y en el área técnico profesional los jóvenes se especializan en panadería, pastelería, corte y confección y carpintería.

La capacitación es realizada con herramientas profesionales y normas de seguridad, lo que facilita a los estudiantes integrarse luego en el área laboral. La atención formativa pretende dotar al estudiante de herramientas teóricas y prácticas que le permitan vincularse  en la sociedad y sea actor activo de la sociedad.

Carmen Barros, directora de Sol de Primavera comenta que “los estudiantes que finalizan la malla de estudio ingresan a un programa de inserción laboral como la mejor forma de eliminar la situación de pobreza, a través de sus propias manos.”

En el área de salud se ofrece a los jóvenes dos tipos de atención: revisión anual y educación en temas de nutrición, higiene y salud sexual.

Para Sol de Primavera uno de los pilares importantes de formación es la música en la que también participan los jóvenes; para el educador Jorge García “la música es clave porque si no hay una actitud positiva del joven, no hay un aprendizaje óptimo, hay un sistema de no querer aprender…”.

El compromiso de la familia soleña –apelativo cariñoso a Sol de Primavera- y la ayuda integral que brindan ha hecho posible cambiar la vida de niños, niñas y adolescentes y ofrecer una nueva oportunidad de ser, de sentir y de vivir.