El sábado 16 de abril, Ecuador sufrió un terremoto de 7,8 grados en la escala de Ritcher que afectó a 6 provincias de la zona costera y que, hasta el momento, ha dejado más de 500 fallecidos, pérdidas millonarias y pueblos enteros devastados. La siguiente nota es un testimonio de un ecuatoriano radicado en una ciudad que queda a 90 minutos de Pedernales, una de las ciudades más afectadas.

Texto y fotos por Geovanny Verdezoto (artista radicado en santo Domingo de los Tsáchilas)

Hoy visité la zona de Pedernales junto con un camión lleno de víveres para los damnificados del terremoto.

No sabíamos a lo que nos enfrentábamos pues las redes sociales han invadido el espacio con imágenes dolorosas de ruinas y dolor. Esa parte ya la entendimos perfectamente. Es más, ni siquiera nos hizo falta entrar al centro de la ciudad de Pedernales ni al malecón, el ambiente es tenso y el mal olor empieza a apoderarse de todo… Nuestra misión era rescatar los bienes que le quedaron a un amigo afortunado que vio la muerte frente a los ojos y “de milagro” se escapó de morir junto con su familia.

Mientras estuvimos allí entregamos el agua y los víveres en zonas alejadas de Pedernales, pues el sobre abastecimiento en el centro empieza a volverse inequitativo. La gente se marcha de Pedernales, revisa los últimos escombros esperando encontrar carteras y billeteras o algo de valor. Otros se quedan sin saber a donde ir ni que hacer al respect0.

En fin, así viví Pedernales en un día. ¿Que si no hice fotos de casas destruidas? Sí las hice, pero ya no quiero verlas…