Por Cristina Fontenele.-

Los distintos movimientos sociales que integran el Frente Brasil Popular (FBP) preparan manifestaciones para este viernes 18 de marzo en varias ciudades de Brasil. Entre las pautas, los grupos salen en defensa de la democracia, de los derechos de los trabajadores y contra un posible golpe, articulado por la oposición al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores – PT). El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT), uno de los principales blancos de lo que sería un golpe orquestado por los medios de comunicación hegemónicos y sectores empresariales y del Poder Judicial, participará del acto en São Paulo.

Cineide Almeida, que integra la coordinación del Frente Brasil Popular en el Estado de Ceará, explica que los movimientos están yendo a las calles en todo Brasil para dar continuidad al proceso que se está produciendo en el país, que es profundizar la democracia en la política. «Estamos en contra del juicio político a la presidenta Dilma y en contra de la prisión arbitraria e ilegal de Lula, que fue montada por intereses financieros. Queremos la permanencia de la presidenta, pero queremos también que ella cambie la política. No estamos de acuerdo con el ajuste fiscal, estamos en contra de la reforma de la Previdencia, pero no somos ingenuos ni vamos a fingir o a legitimar un golpe”.

La coordinadora, que también es parte de la dirección del Movimiento Organizado de los Trabajadores/as Urbanos/as (Motu), destaca que en el actual modelo de representación, la población firma un cheque en blanco a los políticos; de allí la importancia de una Constituyente soberana, pauta defendida por el Frente.

Sobre el papel de los movimientos sociales, Cineide enfatiza que la clase trabajadora siempre fue oprimida y debe ir a las calles para posicionarse, contribuyendo así a la construcción del país. «Tenemos que movilizar a las personas, que serán las más perjudicadas y que van a pagar la cuenta de este golpe. Cuando hay un retroceso quien siempre pierde es la clase trabajadora”.

En lo tocante a la actuación del juez federal Sergio Moro –encargado de juzgar la Operación «Lava Jato”, que involucra graves denuncias de corrupción– la coordinadora señala que el juez quiere ser más importante que el Supremo Tribunal Federal (STF). Éste constituye un grupo, mientras que Moro es un juez de Estado, lo que demuestra un autoritarismo propio de una dictadura.

Cineide dice que hay un intento de confundir a la población, con el apoyo de superestructuras como la de la Red Globo de Televisión, fabricando hechos para justificar el juicio político y predisponer a las personas en contra de la política. Cita como ejemplo las delaciones premiadas, un recurso que estaría siendo utilizado con parcialidad en la Operación «Lava Jato”. «Aécio [Neves, senador y candidato derrotado a la Presidencia de la República en 2014 por el Partido de la Social Democracia Brasilera (PSDB)] ya fue citado cinco veces, y ¿por qué no es investigado? Quien manda es el Poder Judicial y los medios de comunicación, son dos pesos y dos medidas en la delación premiada”.

Sobre los conflictos extremos entre movimientos de derecha e izquierda, Cineide revela que la movilización de la derecha estaría estimulando el odio de las personas contra el PT y Lula. «Tenemos esta experiencia en la historia y con el odio se construyó el nazismo. Este formato de transformar a las personas en instrumentos del odio es un delito contra la humanidad. Esto lleva a guerras, divide al pueblo, y las personas pasan a no creer en nada, es una barbarie”.

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Según Cineide Almeida, que integra la coordinación del Frente Brasil Popular en Ceará, la movilización de la derecha estaría transformando a las personas en instrumento del odio contra el PT y Lula.

Carina Vitral, presidente de la Unión Nacional de los Estudiantes (UNE), una de las organizaciones que integran el Frente Brasil Popular, dice que habrá bastante movilización en todo el país, de resistencia democrática, actos culturales con artistas, movimientos sociales e intelectuales. Sobre el riesgo de un posible conflicto violento, destaca el tenor pacífico de las manifestaciones.

Evaluando las manifestaciones de oposición al gobierno federal y contra Lula el pasado 13 de marzo, Carina considera legítimos los actos, enfatizando el derecho de cualquier movimiento político a ir a las calles; sin embargo, es preciso estar atento a las acciones ilegítimas. «No podemos desatender la democracia, pero no hay que cerrar los ojos ante los excesos en el ‘Lava Jato’, ante la ilegalidad de la divulgación de la escucha telefónica [ruptura del secreto telefónico del ex presidente Lula, que reveló una conversación con la presidenta Dilma] ni ante los abusos de la actuación del juez Moro, como la conducción coercitiva del ex presidente Lula”.

En lo relativo al rechazo popular sufrido por Aécio Neves en las manifestaciones del pasado 13 de marzo, Carina entiende que los políticos de la oposición cavaron su propia «tuma”, pues creían que podrían beneficiarse de este momento político. Pero están yendo a la «fosa común”, pues cuando se incentiva que todo político es corrupto uno entra también en la misma «bolsa”.

Sobre los discursos de intolerancia, que muchas veces impiden el debate de ideas, la dirigente de la UNE percibe que los ánimos están caldeados y que existe un sentimiento de odio e intolerancia que es muy malo. Para esquivar la polarización y promover el diálogo, sostiene que es preciso que el gobierno se fortalezca, se concentre en lo principal, que es dar una respuesta política, retome la concentración de la iniciativa política y siga firme.

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