Representantes de diferentes organizaciones humanistas han presentado ante la Embajada de Argentina en Madrid, una carta firmada pidiendo la liberación de la líder indígena y asambleísta del Mercosur, Milagro Sala.

Reproducimos la carta:

Los humanistas repudiamos y rechazamos todas las formas de violencia, en particular cuando se priva de libertad a las personas que luchan por la justicia social como es el caso en Argentina de Milagro Sala.

Milagro representa a una organización, la Tupac Amaru, que integra a miles y miles de compañeros humildes, de los pueblos originarios de Jujuy, quienes desde la más cruda necesidad y el desamparo estatal comenzaron a hacerse cargo de sus vidas, eran épocas de desocupación y estado ausente. Todas y todos trabajadores incansables, que desde las copas de leche pasando por los roperos comunitarios y cooperativas de trabajo, fueron levantando sus viviendas, talleres, fábricas, parques acuáticos, escuelas de distintos niveles, obra social y un largo etcétera de logros para el bienestar de todos y cada uno de sus miles de miembros .

El actual gobierno de Morales en la Provincia de Jujuy y Mauricio Macri en Argentina, están achicando el estado mediante despidos del personal y criminalizan la protesta social con detenciones como la de Milagro. Están incumpliendo una de las promesas realizadas en su campaña electoral: el diálogo.

La detención de Milagro Sala es una provocación a los militantes y al pueblo Argentino, provocación que cómo hasta ahora debemos y queremos resistir sin violencia.

Las organizaciones abajo firmantes instan al Excmo. Sr. Embajador de Argentina, a que transmita al presidente Mauricio Macri nuestra petición de inmediata liberación de Milagro Sala y la apertura de canales de diálogo entre el gobierno de Morales y la Tupac Amaru. Como así también la continuidad de las organizaciones barriales y de base que mediante las cooperativas de trabajo llevaron, llevan y llevarán bienestar al pueblo.

Animamos al pueblo argentino a desarrollar la protesta y la denuncia, de manera no violenta activa, y a reclamar por la construcción de una democracia real que reemplace a las democracias formales, hoy a la vista de todos absolutamente insuficientes, para responder a las necesidades de liberación personal y social de los pueblos.