Ana López entrevistó para la revista Conferencias Blancas de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de Vila-real a Daniel Raventós poco antes de finalizar el año sobre aspectos relacionados con la filosofía política republicana, la Renta Básica, el fraude fiscal y la situación económica, entre otras cuestiones.
1. ¿Qué es la Renta Básica (RBU) y la libertad republicana que tan unida va a esta medida, según usted?

La RBU es una asignación monetaria incondicional a toda la población. Sin condiciones. La diferencia fundamental con las asignaciones monetarias públicas condicionadas que hemos conocido (rentas de inserción, subsidios a la pobreza, subsidios de desempleo…) es que para recibir estas últimas se precisa de alguna condición: estar en el paro, no llegar a determinado nivel de renta… La RBU es incondicional, como el derecho al sufragio universal allá donde existe, sin condiciones: hombre o mujer, rico o pobre, heterosexual u homosexual, católico o ateo…

La concepción de la libertad republicana es una concepción de la libertad que se remonta 2.300-2.400 años atrás. Muy esquemáticamente, la concepción de la libertad republicana nos dice que no se puede ser libre sin tener la existencia social o materialmente garantizada. Ha habido dos concepciones históricas de la libertad republicana, la oligárquica y la democrática. La variante democrática aspira a la universalización de la libertad republicana y a la consiguiente inclusión ciudadana de la mayoría pobre, e incluso al gobierno de esa mayoría de pobres. La oligárquica pretende la exclusión de la vida civil y política de quienes viven por sus manos y el monopolio del poder político por parte de los ricos propietarios. La concepción de ambas variantes es la misma, lo que cambia es el alcance de a quien debe llegar esta libertad. Todas las defensas de la RBU a partir de la libertad republicana se han hecho, claro está, de la concepción democrática del republicanismo.

La libertad republicana va unida a la RBU por parte de algunos de sus defensores, entre los que me incluyo. Ahora bien, no toda persona que defiende la RBU, ni mucho menos, lo hace a partir de la libertad republicana. Hay defensores de la RBU que lo hacen a partir de un cierto liberalismo igualitario, otros incluso a partir de un liberalismo propietarista, otros a partir de ideas religiosas… Defender la RBU no nos informa de las ideas políticas (no digamos ya filosóficas o económicas) de quien lo hace. No es el qué (la defensa de la RBU) que nos puede informar de eso, es el cómo (cómo financiarla, qué sectores de la población ganan qué sectores pierden…). La mayoría de defensores de la RBU son políticamente de izquierdas, aunque pueda haber a su vez importantes diferencias entre ellos sobre otros muchos aspectos, pero también hay defensores de la RBU, básicamente en el mundo académico que son de derechas. Las derechas que defienden políticamente la RBU son políticamente anecdóticas.
2. ¿De qué forma se podría financiar la RBU?

Teóricamente la RBU se podría financiar de distintas formas, pero el estudio más sistemático que se ha hecho en el Reino de España parte de una gran reforma del IRPF. Este estudio, que todavía estamos perfeccionando, fue realizado por Jordi Arcarons, Lluís Torrens y yo mismo. Está disponible en http://www.redrentabasica.org/rb/rrbantigua_1184/ ¿Cómo explicarlo en no muchas palabras? Se trataría de realizar una redistribución de la riqueza del 20 por ciento más rico al resto de la población. Ello mediante, como queda dicho, una reforma del IRPF. Para hacer mucho más concreto lo que quiero decir. Se trataría de que toda la población recibiera una RBU de 7.471 euros anuales y de una quinta parte para los menores de 0 a 18 años. El índice de Gini se situaría, después de nuestra reforma,  en el valor 0,25 y que es muy parecido al de los países escandinavos. Pero insisto que aquellas personas que estén interesadas en el detalle, accedan al avance del estudio antes citado porque allá pueden consultarse muchos detalles.
3. Si la renta básica es universal, ¿los ricos también la recibirían?

Si es universal la recibe toda la población, sin condiciones, por lo que evidentemente también la recibirían. En una pregunta anterior me he referido a que la RBU es incondicional, como el derecho al sufragio universal allá donde existe, sin condiciones. Que la reciban los ricos no quiere decir que ganen. Como queda dicho, según la propuesta de financiación que comentaba, el 20% más rico de la población pierde en relación a la situación previa a la reforma. La idea es muy simple, aunque a menudo me encuentro que es tergiversada por desconocimiento o con intención de confundir: los ricos deberían pagar más de lo que pagan ahora para financiar la RBU. En otras palabras: reciben la RBU, pero pagan más que lo que reciben. Si no, sea dicho de pasada, no se explicaría la gran reducción del índice de Gini, tal como explicaba en la anterior pregunta.
4. ¿Qué diferencia existe entre la RBU y el Trabajo Garantizado que defienden otros autores como alternativa?

No tienen nada que ver. Los defensores del Trabajo Garantizado (TG) aseguran que se creará un millón de puestos de trabajo en un año mediante contratos de 900 a 1.200 euros brutos mensuales a 35 horas semanales. Como he tenido ocasión de explicar en alguna ocasión anterior es una forma diferente de decir que estas personas, la mayor parte menos que mileuristas, tendrían una remuneración de entre 6,4 i 8,6 euros la hora. Sabemos que hay 5 millones de personas oficialmente en paro, sabemos que cerca de 2 millones de personas trabajan a tiempo parcial de forma involuntaria porque no tienen otro remedio, aunque su deseo sería trabajar a tiempo completo. Eso suma 7 millones de personas. También sabemos que existe un número nada pequeño de personas que no busca empleo porque considera que es inútil hacerlo y que conforma lo que se llama “población  laboralmente desanimada”. El monto total de todas estas partes de población ya alcanza los 9 millones. Si se considera exagerado, rebajémoslo a 8. Si en un año se logra un millón de puestos de trabajo mediante el TG, no resulta una cuestión académica preguntarse por los otros 7 millones de personas. Estos 7 millones de personas no pueden quedar despachadas con el argumento de “paciencia, en el primer año será un millón, luego ya iremos subiendo y quizás en 10 o 12 años, tengamos algo parecido al pleno empleo”. Este “argumento” es, además de políticamente injustificable, técnicamente deficiente. Pero es que hay más elementos poco favorables a los partidarios del TG. Veamos. Aproximadamente un tercio de toda la población trabajadora a tiempo completo, cobraba una cantidad inferior al salario mínimo interprofesional (SMI). Una cantidad que para el año 2015 está establecida en 9.080 euros anuales. Es decir, que estos 900-1200 euros mensuales brutos serían un excelente motivo para que al menos un tercio de los trabajadores actuales a tiempo completo dejaran su actual empleo para acogerse a la oferta de TF. Más o menos unos 4 millones de demandantes. Nos situamos pues en una cantidad a los que habría que ofrecer TG realmente imponente: a los 8 millones anteriores habría que sumarles estos 4. Convendremos que 12 millones de personas para cubrir con TG es una tarea titánica.

Cabe añadir que el TG o la idea del Estado como empleador de último recurso es una propuesta de economistas, en otros aspectos sumamente interesantes, de EEUU. Y en EEUU el paro no ha alcanzado en los últimos 70 años nunca el 10%. En cambio, en el Reino de España, a lo largo de los últimos 36 años… se ha superado 33 veces el 10% de la tasa de desempleo.

Estamos hablando de algo diferente. Si alguien está pensando en contestar que en EEUU el paro no se contabiliza exactamente igual que en la UE y que por lo tanto las cifras están estimadas a la baja… bien, desplacemos la atención a los datos de la OCDE sobre el paro desde 1978 hasta hoy. Y comprobemos que el Estado campeón mundial es, claro está, el Reino de España, lugar donde la tasa de desempleo ha superado 24 años el 15%. El segundo Estado en tan triste competición y a muchísima distancia es Irlanda con 9 años, y el tercero Eslovaquia con 8. No hará falta insistir sobre el punto que queremos destacar: las proporciones del desempleo en el Reino de España son estratosféricas y no se trata de un lugar en el que nadie, excepto algunos miembros de IU, haya pensado de forma razonable en depositar la confianza en el TG como principal herramienta para enfrentar esta situación.

 

5. ¿Cuál es el motivo para que esta medida sea tildada de utópica?

Hay quien no la entiende bien, hay quien no está de acuerdo y hasta ha escrito algún libro en su contra, hay quien se amilana ante las potencialidades de la propuesta, hay quien tiene pánico a propuestas nuevas, hay quien, para no guardarme nada, no va mucho de la mano con la honestidad intelectual… y hay, en fin, a quien lo único que se le ocurre en contra de la RBU es afirmar que es irrealizable tildándola de utópica. Lo único que puedo decir es que hay muchos motivos para asegurar de que se trata de una medida factible y racional. Aunque siempre que se me pregunta sobre este punto, me viene a la cabeza la genial ridiculización sobre la resistencia a las nuevas ideas que hizo el genial Arthur Charles Clarke, autor de 2001: Una odisea del espacio: “Cada nueva idea pasa por tres fases. Primera: Es una locura, no me haga perder el tiempo. Segunda: Es posible, pero no vale la pena. Tercera: ¡Ya dije desde el principio que era una buena idea!”. Y aunque ya la RBU no es una “nueva idea” porque tiene ya muchos años de veteranía y de estudios académicos y de debates sociales, tengo en la cabeza alguna persona  que ha pasado por las tres fases y a muchas que lo han hecho por las dos primeras…

 

6.¿Cree usted que, como defiende algunos detractores de la RBU, que en caso de aplicarse esta medida la ciudadanía dejaría de trabajar?

Doy por supuesto que la pregunta se refiere a “trabajar remuneradamente” (o empleo), porque hay otros dos tipos de trabajo: el doméstico (o de cuidado de mayores y menores) y el voluntario (o militante o solidario). Así, pues, que ciñéndome al empleo, creo que es una de las críticas que, si bien es de las más repetidas contra la RBU, es de las más cargadas de prejuicio. Después de unos cuantos años escuchando y leyendo las justificaciones que dan los partidarios de esta crítica, estoy convencido que la mayor parte de estos críticos tienen en la cabeza algunos de los efectos que han tenido determinados subsidios condicionados y los trasladan a la RBU. Y debe notarse que una crítica de que las personas “dejarían de trabajar” realizada a un subsidio condicionado no es trasladable a la RBU, precisamente por su calidad de incondicional.

Algo sobre lo que no se presta en mi opinión demasiada atención es en el hecho de que una introducción de la RBU tendría sobre la autoocupación. La RBU reduciría notablemente el riesgo de iniciar determinadas actividades de autoocupación. En los inicios de todo pequeño negocio, una RBU podría interpretarse como una subvención para vencer determinadas aversiones al riesgo que lleva asociadas el comienzo de una andadura de este tipo. La RBU, pues, mitigaría la aversión al riesgo y permitiría una mayor innovación.

Pero además, creo que es una medida intelectualmente higiénica tener en cuenta lo que opina la gente y no suponer lo que opina la gente. Me permito resumir una encuesta que creo es muy interesante en no pocos aspectos. Se trata de una encuesta que se encargó a la empresa especializada en estudios de opinión pública GESOP. Se realizó entre el 13 y el 17 del pasado julio, entre una población de más de 16 años y residentes al menos un año en Cataluña. El número de entrevistas repartidas por distintas áreas de Cataluña fue de 1.600. La pregunta principal era la siguiente:

“La renta básica es un ingreso de 650 euros mensuales que recibiría toda la población como derecho de ciudadanía, que sería financiada mediante una reforma fiscal que supondría una redistribución de la renta del 20% de las personas más ricas al resto de la población. ¿Estaría usted más bien de acuerdo o más bien desacuerdo que se implantase en nuestro país?”

Los resultados a esta pregunta fueron: 72,3% más bien de acuerdo, 20,1% más bien desacuerdo y un 7,6% NS/NC. Parece que no es tanta la oposición de la población a la RBU como algunos aseguran. Quizás es más sensato pensar que si se explican bien las propuestas cuando se tiene los medios para hacerlo, la mayor parte de la población entiende perfectamente lo que se explica.

Sigamos con los resultados de esta encuesta. Si bien todos los sectores de la población analizados estaban de acuerdo, los críticos con esta medida sobresalen entre las personas de más ingresos y los que ideológicamente están situados en el centro, el centro derecha y la derecha. Más directamente relacionado con la pregunta realizada, es la pregunta (pueden consultarse los muchísimos datos y resultados de esta encuesta aquí) acerca de los que dejarían el empleo con una RBU.  Así, de las personas que disponían de un trabajo remunerado, el 2,9% dejaría el empleo; y de las personas que estaban en el paro, sólo el 2,2% dejaría de  buscar empleo. Parece que el sonsonete habitual de que con una RBU la gente dejaría sus trabajos remunerados forma parte de la fantasía y del prejuicio. Una gran parte de la gente entrevistada opinaba lo contrario. Pero es que incluso hay encuestados inactivos o parados que declaran que con una RBU iniciarían un proyecto personal de empleo.

Aunque no era objeto de la pregunta, creo que es interesante destacar también sobre esta encuesta del GESOP algo relacionado con la crítica que frecuentemente se lanza contra la RBU de que supondría una vuelta de la mujer al hogar o cosas de tenor parecido. ¿Qué dice la encuesta? De las personas que tienen empleo contestan en la encuesta comentada que lo dejaría un 3,1% de hombres y ¡un 1,2%! de mujeres.

 

7. ¿La RBU acabaría con la crisis económica en España y con la pobreza?

La RBU por sí sola no puede acabar con la crisis económica, aunque sé que me han hecho decir en no sé qué entrevista esta afirmación. Una crisis económica obedece a muchos aspectos que una RBU no aborda, evidentemente. En cambio, sí que acabaría con la pobreza si el monto de la RBU fuera igual o superior al umbral de la pobreza. Eso también es evidente.
8. ¿Hay algún ejemplo en otros países de la RBU en la que esté operativa?

Ha habido experimentos en distintos lugares desde zonas muy pobres (partes de Namibia o la India) hasta el caso más conocido de Alaska que desde 1982 ha tenido su propia forma particular de RBU, un dividendo incondicional anual pagado de forma individual a todas las personas que han vivido allí durante al menos doce meses. El Fondo Permanente de Alaska (FPA), que consiste en  un 25% del capital obtenido por la venta o regalías de minerales (petróleo y gas) por parte del Estado, paga la factura. El pago anual se basa en un promedio de los ingresos del FPA de cinco años y ha variado desde los 331,29 dólares de 1984 a los 3.269 dólares en el año 2008, si bien, dadas las particulares características de este fondo, hay años cuya cantidad es menor que la del año precedente. A pesar de que esta «Renta Básica» no implica una reforma fiscal (como proponemos en el Reino de España y que he indicado en una pregunta anterior), sus beneficios son innegables. Alaska es uno de los estados con las tasas más bajas de pobreza en los Estados Unidos y uno de los menos desiguales. Y todos estos experimentos han desembocado en unos resultados altamente positivos en muchos sentidos: alimentación, salud, educación, vivienda y nivel de instrucción. Y esto es altamente esperanzador para la RBU.

El gobierno de Finlandia quiere experimentar una RBU y algunos ayuntamientos de Holanda también. Pero por muy interesantes e informativos que puedan ser estos experimentos en Finlandia, Holanda y otros lugares, una RBU mediante una reforma fiscal como la que se ha apuntado anteriormente tendría unas consecuencias de una envergadura mucho mayores que lo que puedan aportar estos experimentos parciales, por útiles que sean.

 

9. ¿La RBU devolvería la dignidad a las personas?

Uno de los inconvenientes de la palabra dignidad es que tiene muchas acepciones. Si tomamos la acepción de que toda persona es merecedora de respeto independientemente de cualquier otra consideración, se aproxima mucho a la concepción anteriormente expuesta de la libertad republicana. Cuando decimos que una persona pobre “no tiene dignidad” puede significar que alguien que depende de otros para su existencia en el sentido más estricto e inmediato, no puede ser libre, no es libre. Recuerdo que ya fue Robespierre que dijo de forma inigualable que “el primer derecho es el de la existencia”. Más exactamente, en el famoso discurso sobre las subsistencias del 2 de diciembre de 1792, el revolucionario francés dijo: “¿Cuál es el primer fin de la sociedad? Mantener los derechos imprescriptibles del hombre. ¿Cuál es el primero de esos derechos? El de existir. La primera ley social es, pues, la que asegura a todos los miembros de la sociedad los medios de existir; todas las demás se subordinan a ésta; la propiedad no ha sido instituida, ni ha sido garantizada, sino para cimentar aquella ley; es por lo pronto para vivir que se tienen propiedades. Y no es verdad que la propiedad pueda jamás estar en oposición con la subsistencia de los hombres.” Si a esto llamamos dignidad, y creo que hay razones para aceptarlo, no hay duda de que la RBU devolvería la dignidad a muchas personas.
10. Viendo las líneas económicas que defienden los diferentes candidatos a las elecciones del 20-D, ¿qué le parece el Contrato Único que ampara Ciudadanos o el incremento de impuestos, lucha contra el fraude fiscal y coto a la Sicav que promueve el PSOE?

Se trata de muchas preguntas a la vez. Veamos. El Contrato Único de Ciudadanos es una vieja propuesta con pretensiones de alguna novedad. Las propuestas económicas y sociales de Podemos me parecen más agradables que las que defiende el PP, pongamos por caso, pero me parecen manifiestamente mejorables. Por ejemplo, su propuesta de Plan de Garantía de Rentas (PGR). Hace pocas semanas, un miembro de la Red Renta Básica, Iñaki Uribarri, publicaba un artículo fantástico que tenía este significativo título: “No es una buena idea extender el sistema de rentas mínimas condicionadas de Euskadi al conjunto del Reino de España”. Que esa es en lo fundamental la propuesta de Podemos llamada PGR. Después de un exhaustivo análisis de 26 años de experiencia de rentas condicionadas en Euskadi, las conclusiones del mencionado artículo son: “no ha fallado la gestión de un modelo de rentas mínimas garantizadas y condicionadas, ha fallado el modelo en sí. Quien no lo quiera ver después de una experiencia de 26 años, de cinco cambios legislativos, de los resultados que hemos presentado sobre la realidades de pobreza en auge, de gestiones desastrosas a pesar de los cambios radicales de traspasar la administración desde los servicios sociales a Lanbide-Servicio Vasco de Empleo, solo puede ser porque está guiado/a por el inmovilismo. Porque no quiere asumir que aceptar las críticas señaladas en este artículo obligan a un cambio de rumbo radical, a la búsqueda de otro modelo. Uno que se aparte de cualquier exigencia de condicionalidad, sobre todo que se desligue absolutamente del empleo, que establezca un nivel de renta garantizada con carácter universal y dotada con un importe superior al umbral de la pobreza, única forma de erradicar la misma. Ese es el modelo de quienes defendemos la Renta Básica Universal (RBU).”

Al PSOE lo hemos tenido en el gobierno muchos años y ya sabemos lo que da de sí en temas sociales y económicos. Poca cosa. Recuérdese que fue con el PSOE en el gobierno que se pusieron las primeras medidas de austeridad en mayo de 2010.  Algunas: reducción en un 5% de los salarios de los funcionarios públicos, congelación de las pensiones, reducción en 6.000 millones de la inversión pública en infraestructuras, recorte de 1.500 millones en el gasto público de las administraciones autonómicas y municipales… Después el PP que poco después venció en las elecciones, una vez que el PSOE casi le hubiera puesto la alfombra, elevó más las medidas austeritarias que el PSOE había iniciado.

¿Lucha contra el fraude fiscal y coto a las Sicav? Se hace difícil pensar que alguien pueda estar en contra a no ser que se sea directamente un beneficiario del fraude fiscal, de las Sicav o de los dos a la vez. Recuerdo, por cierto, que las Sicav fueron creadas en 1983 por un gobierno del PSOE y luego el PSOE volvió al gobierno años después. ¿Hicieron algo con las Sicav? ¿Ahora quieren hacerlo? En el mejor de los casos esta gente parece de efecto retardadísimo especialmente cuando no está en el gobierno, en el peor, es algo que se asemeja mucho al puro engaño.

 

11. ¿Qué soluciones o propuestas considera que se deben promover en materia laboral? ¿Hay que derogar la Reforma Laboral? ¿Qué modelo productivo se debe impulsar para generar empleo?

Quizás sea antes necesario, para aclarar algún concepto, tratar aunque sea brevemente sobre el llamado mercado laboral. Hay quien considera que el mercado laboral es un mercado más, como el de las castañas, o el de objetos eróticos, o el de libros, o el de ropa deportiva, o el de lencería fina… Eso es un gran error. Veamos. Para hacerlo más gráfico voy a permitirme imaginar dos situaciones. Situación A: Pedro es una persona con una calificación media. Busca trabajo remunerado, pasa el tiempo, cada vez baja sus expectativas, cada vez se ofrece por menos salario… finalmente concluye: estaría dispuesto a venderme por muy poco y nadie me quiere comprar. Situación B: Nuria tiene un coche y lo quiere vender y se queja de que no puede hacerlo al precio que quiere. Un economista cualquiera le aconsejaría no confundir el «no poder vender» con «no conseguir el precio que quiere por el coche». Ambas situaciones, A y B, son equiparadas por muchos economistas. Se trataría de mercados del mismo tipo (¿recuerdan?: no confundir el «no poder vender» con «no conseguir el precio que quiere por el coche”). Y es un error. Lo que sirve para los móviles, los DVD pornográficos, los níscalos o los coches no sirve para el mercado laboral. Todas estas mercancías (y millones que podríamos añadir), pero no la mercancía fuerza de trabajo, tendrán compradores si el precio se rebaja a determinado punto. O tendrá compradores más cuando más se rebaje, que es otra forma de decirlo. Pero si Pedro rebaja mucho el precio de su salario (o lo hace un Gobierno mediante contrarreformas como las que comenzaron a impulsar a partir de mayo de 2010 el gobierno del PSOE y después continuó el PP con la última reforma laboral y las medidas “anti-crisis”, es decir, las medidas que han empeorado las condiciones de vida y trabajo de la la mayoría de la población) no necesariamente encontrará gente que esté dispuesta a contratarlo. ¿Por qué?

Porque las expectativas de ganar beneficios por parte de los empresarios (pongamos por caso un fabricante de televisores o de GPS o de objetos eróticos) en el momento t+1 dependerá fundamentalmente de la evaluación que haga en el momento t, es decir, ahora mismo. Y esto estará en función de cómo crea que será la demanda en el momento t+1 de televisores o de GPS o de objetos eróticos. Y que Pedro se ofrezca por un salario muy bajo no es garantía de que el hipotético empresario lo contrate porque puede pensar que el clima que para simplificar llamaremos de optimismo o pesimismo haya en el momento t sirve para predecir aunque sea parcialmente el futuro t+1. Si el clima es que la gente intenta ahorrar porque tienen miedo del paro y de la crisis, los televisores, los GPS y los objetos eróticos se pueden quedar sin vender y los respectivos empresarios pueden perder mucho dinero. Entonces Pedro no será contratado ahora. El empresario puede pensar: es bueno que el salario del Pedro sea tan bajo, pero qué mal están las cosas que el hombre está dispuesto a trabajar por un salario muy bajo (lo que por supuesto, me rebajará los costes), pero con este salario (no de Pedro sólo sino de la inmensa mayoría de trabajadores, como hacen por ejemplo las políticas de austeridad) ¿cuántos trabajadores podrán comprar televisores, GPS u objetos eróticos? Es decir, que a diferencia del mercado de muebles de cocina, por ejemplo, no se trata de simplemente aumentar o reducir los precios, sino de que el mercado laboral es muy diferente por las razones expuestas.

Importante también: los empresarios no tienen el menor interés en contratar trabajadores,  en “crear puestos de trabajo”, si lo hacen es un mal que tienen que soportar (como tener que pedir crédito a los banqueros, por cierto). Un mal en el que se establece una relación de poder que a veces le puede salir mal: huelgas, resistencias, enfermedades … Si se hace es porque los beneficios esperados se creen superiores a los costes que los trabajadores pueden representar. Por lo tanto, y malo es olvidarlo, la creación de puestos de trabajo es cualquier cosa menos un fin de los empresarios, es un medio para obtener beneficios. Por eso cuando los beneficios no son los esperados… lo primero que salta perdiendo sus puestos de trabajo son los trabajadores.

Las reformas del mercado laboral pueden favorecer más a los trabajadores o a los empresarios. Las últimas reformas, han favorecido como es público y notorio mucho más a los empresarios porque, entre otras cosas, ha dado carta de naturaleza al despido libre, disfrazado con la fórmula de período de prueba, y lesionando la negociación colectiva en perjuicio de los trabajadores. ¿Si se ha de derogar la última reforma laboral? Sí, es una parte de lo que habría que hacer, claro.

Además, téngase presente que independientemente de cualquier idea que se pueda tener del mercado laboral, para que sea racional, debe incluir buena fundamentación de las perspectivas del mismo. Citaré tan solo dos estudios. La consultora Forrester publicó hace pocos meses el estudio «The future of jobs, 2025: working side by side with robots». Sus previsiones eran que se podrían perder 22,7 millones de empleos en la próxima década, sólo en EE.UU, debido a la robotización. ¿Compensados por la creación de nuevos producto de la misma robotización?  No, puesto que como mucho se crearían unos 13 millones. El saldo final sería pues negativo: más de nueve millones de estadounidenses perderán su ocupación laboral sólo por este motivo. Más conocido aún es un estudio de la universidad de Oxford, de Carl Frey y Michael Osborne, realizado en 2013 y cuyos resultados son más negativos aún: en EE.UU. el 47% de todos los oficios o profesiones estudiadas (más de 200) de los puestos de trabajo en los próximos veinte años serían realizados por máquinas y robots. Y que nadie respire tranquilo: no se trataba solamente de los oficios o profesiones menos cualificados, ni muchos menos.
12. Si en materia económica dependemos en última instancia de lo que dicte Europa, lance una predicción. ¿Cómo ve a España si seguimos este ritmo? ¿Seguirá la UE apostando por la austeridad?

La actual UE seguirá apostando por la austeridad, por el ataque a las condiciones de vida y trabajo de la mayoría de la población no estrictamente rica. Recordemos, en abril de 2010 se creó un órgano que no tiene nombre oficial que es conocido por la troika. Se creó para controlar la economía griega que era la condición del primer rescate. La troika está compuesta por burócratas del Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea. La troika escribe unos memorandos que establecen los programas legislativos de los Estados miembros. Aquí es donde se establecen los recortes de sanidad, educación, prestaciones sociales… Algún autor ha llamado a esta situación “semicolonialismo financiero”. Lo que no es la menor exageración. Si no se cambia esta UE, la austeridad continuará. Las cúpulas económicas dirigentes han conseguido hacer de la UE un instrumento al servicio de sus intereses. El gobierno español, hoy con el PP y antes con el PSOE, han hecho del servilismo a la troika su dogma de política económica. De Ciudadanos no se aprecia la menor diferencia en este decisivo aspecto.
13. Se habla mucho de recuperación, ¿es algo real y tangible o es una estrategia comunicativa?

La inmensa mayoría de la población que en el 2008 vivía de un salario tiene actualmente, 7 años después, peores condiciones laborales, salarios menores, menos derechos laborales y… muchos más se han quedado sin empleo y con menguantes prestaciones sociales. ¿Quién puede ser tan cínico para hablar de recuperación si tenemos en cuenta los intereses de la mayoría de la población no estrictamente rica? El Sunday Times  publicó en 2014 la lista de los 1000 británicos más ricos. Su fortuna se había doblado en 5 años. Para el británico medio, el nivel de vida se había desplomado. Esto es la tendencia general en la UE, para no ir más lejos. ¿En el Reino de España? A finales de 2015 tenemos un paro similar al año 2011, pero con menos empleo, se trabaja en peores condiciones y con menos salario, hay una menor protección a los desempleados (poco más del 50% de la población oficialmente en paro percibe prestación de desempleo), la cuantía media de esta prestación ha disminuido en los últimos años, el número de trabajadores pobres ha aumentado con especial velocidad en el último año que tenemos datos (2014) llegando a más del 14% del total de trabajadores, existe mayor riesgo de pobreza (casi un tercio de la población) entre la población del Reino de España, la desigualdad ha aumentado también en estos últimos años, pasando el índice de Gini de 0,306 en el 2007 a 0,347 en 2014… Si se llama recuperación a una situación social así, es que algo necesita una seria enmienda.

Confundir que algunos indicadores económicos no sean tan catastróficos como hace 2 o 3 años con una recuperación (y algunos son peores, como he mostrado), es tener una concepción de la economía que es en parte causa de muchos de nuestros problemas reales.

Quizás sea una de las claves para comprender lo que significa que existan grandes proporciones de desempleo prestar atención a lo que algunos grandes economistas dijeron en el siglo XX. Una de las características fundamentales del funcionamiento económico dentro de la zona UE (y de otras geografías, por supuesto, pero concretamos en este ámbito por ser el de nuestra área) es la gran capacidad de que dispone el capital para disciplinar a la población trabajadora. El factor principal de esta capacidad disciplinaria es la existencia de una gran parte de población trabajadora sin empleo. Cuando la posibilidad de despido se convierte en algo cada vez más frecuente en una situación de crisis, más dispuesta está la población trabajadora para aceptar condiciones laborales peores. Y es ahí donde vuelve a emerger con fuerza la propuesta de la RBU y algunas de sus potencialidades.  La RBU representaría una herramienta muy poderosa para debilitar esta capacidad disciplinaria del capital. Aunque pueda resultar muy paradójico, los sindicatos, con algunas ejemplares excepciones, no han entendido la enorme capacidad de la RBU para debilitar la disciplina que el capital puede imponer, e impone, en una situación de enorme desempleo. Pero esta es una historia que quizás merezca ser contada en otra ocasión.
14. Los jóvenes consideran que no disfrutarán del sistema de pensiones como sí lo harán sus padres. ¿Cómo ve este modelo dentro de 20 años? ¿Tiene fecha de caducidad la hucha de las pensiones?

Depende qué política económica y social queramos poner en funcionamiento. La política económica tiene que ver, como las propias palabras indican y aunque muchos intenten escamotearlo reduciéndolo a una cuestión técnica, con la relación entre economía y política. Esta relación es a veces clara, a veces sutil. Se puede decir de formas diferentes, pero el gran economista John Kenneth Galbraith lo dijo de forma breve y contundente ya hace algunas décadas: “la economía no existe aparte de la política”. Y ello quiere decir, entre otros interesantes aspectos, que no hay economía o política económica neutra. Toda política económica favorece a unos determinados grupos sociales y perjudica a otros. Algunos ejemplos: tolerancia (o no) con los oligopolios, reducción (o no) de tipos impositivos a los más ricos, congelación (o no) de las pensiones, reducción (o no) de los salarios de los funcionarios públicos, reforma del mercado laboral facilitando y abaratando (o no) los despidos…
¿Tiene fecha de caducidad la hucha de las pensiones? Depende de la política económica que quieras realizar. Para la que tienen preparada el PP, PSOE y Ciudadanos, la respuesta es sí. Para la política económica que tengo en la cabeza, no por supuesto.

Daniel Raventós
Profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad deBarcelona, miembro del Comité de Redacción de SinPermiso y presidente de la Red Renta Básica. Es miembro del comité científico de ATTAC. Su último libro es ¿Qué es la Renta Básica? Preguntas (y respuestas) másfrecuentes (El Viejo Topo, 2012).

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