La delegación en la foto viajó a la isla de Jeju, Corea y Okinawa, Japón, para apoyar a los movimientos locales que se oponen a las bases estadounidenses en sus comunidades. En su honor, se celebró una fiesta con cerveza, comida, música y bailes tradicionales. Algunos de los más jóvenes se levantaron y mostraron cómo han hecho contemporáneas las culturas tradicionales.