Nigeria es un conjunto de líneas fronterizas trazadas por el colonialismo inglés, que contienen grupos étnicos, religiones, idiomas y culturas muy diferentes. Los grupos étnicos son 250; tres son los dominantes: los Igbos al este, los Yoruba al oeste y los Hausa al norte.

Por esto, Ken Saro-Wiwa, un nigeriano Ogoni, quien participó en la guerra del Biafra, habló de la necesidad de una real autonomía política, económica y social para su pueblo, los Ogoni. Una observación que, si nos fijamos en lo que ha sucedido y está sucediendo en Nigeria, incluso hoy en día, es de actualidad.

A las once y media de la mañana del 10 de noviembre de 1995, Ken Saro-Wiwa fue ahorcado, después de largos días de detención y de torturas físicas y psicológicas en un cuartel de Port Harcourt. Para ser ahorcado fue trasladado a la cárcel de esa ciudad. Los verdugos, quienes llegaron días antes desde Sokoto, tuvieron que colgarlo cinco veces antes de poder quitarle la vida. Con él fueron ahorcados ocho de sus compañeros. El asesinato de Ken, hombre valiente y militante ambientalista, fue responsabilidad del Presidente de Nigeria, el general Babangida y el gigante petrolero Royal Dutch Shell, junto a otras empresas como Chevron y Eni/Agip, dueños del Delta del Níger.

Se dice que el ahorcamiento fue filmado a pedido del general Babangida, pero no hay rastros de la filmación. El siguiente vínculo muestra un vídeo en el que Ken comparece ante el tribunal de Port Harcourt, pronunciando su defensa (Ken habla en Ogoni, pero hay subtítulos en inglés):

https://m.youtube.com/watch?v=I9Gwf8UcgS0

«Yo acuso a Shell de racismo, porque lo que hace en Nigeria y en la tierra Ogoni, él no lo haría en otras partes del mundo.» La acusación que Ken Saro-Wiwa hizo ante los jueces que lo condenaron a muerte, sigue siendo válida.

Kenule “Ken” Beeson Saro-Wiwa fue un docente, periodista, comerciante, poeta, escritor, incluso de cuentos infantiles; pero el corazón de su pensamiento y su acción fue la defensa de su pueblo, los Ogoni, y la lucha contra la destrucción de su tierra, Ogoniland, por parte la Shell. Dos de sus obras, Genocidio en Nigeria. La tragedia de los Ogoni, 1992 y Un mes y un día. El diario de una detención, 1994, cuentan la trágica situación del Delta del Níger y su compromiso como militante ecologista.

Veinte años después, las cosas no han cambiado en aquella región. Los derrames de petróleo, la devastación del medio ambiente, la violencia y la pobreza siguen igual. Un informe de Amnistía Internacional de octubre de 2015, documenta la situación:

CLEAN IT UP. Shell’s false claims about oil spill response in the Niger Delta.

Este importante informe se encuentra en la red. Se refiere a un documento de la ONU (UNEP) de 2006, y habla también de Ken Saro-Wiwa.

En una carta a su amigo, el escritor Willam Boyd, Ken escribió:

«Mi moral es alta. No hay duda de que, con el tiempo, mis ideas vencerán, pero debo soportar el dolor de este momento… lo más importante para mí es que he usado mi talento como escritor para que el pueblo Ogoni aprenda a oponerse a sus verdugos. No he sido capaz de hacerlo como hombre de negocios o como político. Mis escritos lo hicieron. Y eso me hace feliz. Estoy mentalmente preparado para lo peor, pero espero lo mejor. Creo que, moralmente, he vencido».

Tu recuerdo vive y estás venciendo. ¡Vencerás, Ken!