No a las maniobras de la OTAN «Trident Juncture 2015»

En un tiempo de crisis ambiental, las guerras como forma de solucionar un conflicto son inaceptables. Son la solución de mayor impacto humano, pero también la de mayor impacto ambiental, aspecto este último que en operaciones como estas se reproduce de la misma forma que en una guerra (como ejemplo, basta con ver los efectos las maniobras de la OTAN en Canarias en 2013, muy similares a las que están teniendo lugar ahora mismo).Por otro lado, los ejércitos y la OTAN tienen como función hacer valer la hegemonía mundial que los países que configuran la Alianza han adquirido. En la actual «crisis de refugiados” (como si este fuera un fenómeno nuevo), los ejércitos y la OTAN tienen un papel muy concreto: defender las fronteras, perpetrando las razones del conflicto y provocando así que perdure el mismo. No en vano, estas maniobras se realizarán en dos de los países más afectados por estas migraciones: Italia y el Estado español. Debemos recordar además que las razones de esta crisis son la acaparación de recursos, pero también el cambio climático, que, en el caso de la guerra siria, forzó a muchas personas a abandonar el campo tras grandes sequías, agolpándose en las ciudades en circunstancias insostenibles tras años de guerra.

Obcecarse con soluciones militares como pretenden estas maniobras supone priorizar soluciones que no van a la raíz del problema (sistema económico, desigualdad, etc.), sino a una de sus manifestaciones, creando un problema mucho mayor (muertos y heridos, destrucción, residuos por actividades militares, humos y emisiones, etc.). En ese sentido, conviene recordar que la OTAN también interviene en casos de crisis de recursos para asegurar el abastecimiento energético de los países que lo configuran, perpetuando no solo un sistema económico injusto, sino también un sistema energético basado en combustibles fósiles (petróleo, gas) que tiene un gran impacto en los países de extracción (sobre todo si los tienen que bombardear para acceder a esos recursos), pero también en todo el planeta, con la contaminación consecuente de su quema y el calentamiento global. En el caso que nos ocupa, el que las operaciones se realicen en los tres países del sur de la UE (Grecia excluida) tiene su relevancia, pues son los países de entrada energética (gaseoductos) desde el norte de África (Argelia, Libia e incluido Egipto) y también lugar de paso de los petroleros procedentes del Oriente próximo, así como lugar de paso del llamado anillo energético europeo, fundamental en el diseño de la actual y futura Europa.

Ecologistas en Acción entiende estas maniobras como mero exhibicionismo de la OTAN con las que demostrar hegemonía militar frente a China, que se está haciendo con el poder económico en África o Rusia, con la que ha entrado en conflicto en Ucrania y Siria.

El movilizar a todos estos militares tendrá también un fuerte impacto en el territorio, así como en emisiones correspondientes a su transporte de un país a otro. Las maniobras también supondrán la construcción de un nuevo campamento en la Base Aérea de Zaragoza con capacidad para 1.600 militares, que, en realidad, no es algo que se necesite ni que vaya a tener ningún uso en el futuro. Simplemente pasará a engrosar los miles de infraestructuras inútiles que abundan en nuestra geografía.Zaragoza será uno de los ocho lugares del Estado donde se realizarán las maniobras junto a Chinchilla (Albacete), Almerí­a, Sierra del Retí­n (Cádiz), así como la bases aéreas de Albacete, Son Sant Joan (Mallorca), Torrejón y Zaragoza. Esta última utiliza como campo de tiro el de las Bardenas donde organizaciones que reivindican desde hace años su desmantelamiento han reiterado su rechazo a estas maniobras.

Por ello y mucho más, Ecologistas en Acción nos sumamos a las voces críticas con estas maniobras y animamos a asistir a las protestas y resistencia civil que se convoquen (por ahora, en Barbate del 30 de octubre al 3 de noviembre y en Campo de San Gregorio de Zaragoza del 3 al 6 de noviembre),