El ex eurodiputado alemán por la Izquierda Europea, Andreas Wehr, enfatizó en su publicación de fines de julio, que Grecia ahora sí se ha convertido en un “protectorado de la Unión Europea”.[1] El país heleno se ha convertido en un laboratorio neoliberal en los últimos 5 años. Hasta tal punto los poderosos en esta `Europa de Hayek` han escamoteado nuevamente porciones de soberanía al parlamento griego, con el acuerdo de la noche del 12 al 13 de julio en Bruselas, el mismo que significa una capitulación griega, según explicó el ex ministro Varoufakis.

A futuro, el cambio de rumbo que se ha producido las últimas semanas en Grecia, la eurozona y la Unión Europea (UE), sólo podrá ser juzgado cabalmente al cabo de unos meses, probablemente de unos años, por los historiadores.

La ofensiva frontal germano-europea contra la izquierda griega

Lo que se puede constatar ya, es que el intento de SYRIZA por resquebrajar el sentido de soberanía popular ha sido abortado, a mediados de julio, por una alianza europea que se parece a la de Metternich en contra de París, en 1815.[2] Los medios hegemónicos alemanes continuaban con su información despectiva en contra del gobierno heleno, hasta el 13 de julio, cuando terminó de facto la `excepción griega` dentro de la UE.

Se movilizaban todas las entidades nacionales e internacionales para evitar que SYRIZA pueda hacer salir el país del abismo. Una de las más importantes revistas alemanas, „Stern“ („Estrella“), llamó el 2 de julio, a derrocar al gobierno del socialista griego Alexis Tsipras.[3] El 11 de junio, el rotativo alemán Die Welt había descartado comparar a los griegos con los helenos, quienes inventaron la democracia, sino sostuvo que serían hoy como una mezcla étnica entre los grupos humanos «albaneses, bizantinos y eslavos».

De esta manera, la prensa alemana creaba nuevos enemigos de la opinión publicada alemana. El capital parecía necesitar estos nuevos adversarios. Al denigrar a los griegos, el gran capital europeo puede más fácilmente profundizar la disminución de los salarios griegos, sin que se produzca mucha empatía popular, susceptible de contrarrestarlo.

El ejecutivo alemán lidera el grupo de países más favorables a imponer la continuación de la austeridad dentro de la zona euro, e incluso dentro del BCE, Alemania está presionando para que se agudice la restricción financiera ante los bancos griegos, es decir para que se provoque lo antes posible, el cierre de todos los bancos en Grecia. El Banco Central Europeo (BCE), políticamente independiente, aunque realmente dependiente de la banca privada europea, jugó un papel central en el chantaje sistemático en contra del gobierno bipartito en Atenas, y la prensa alemana de derecha calificó la opción política de asfixiar el país financieramente, como ineluctable. ¿Hubo una intentona golpista orquestada por las instituciones supranacionales y los acreedores de Grecia?  

Según informa el diario Die Welt del 28 de junio, el presidente del Banco Federal Weidmann presionó  dentro del BCE (ubicado en Fráncfort del Meno) para que tampoco se mantengan los créditos de emergencia para Grecia (los llamados ELA, Emergency Liquidity Assistance). Con este rechazo de asumir el rol de lender of last resort para los bancos griegos, el BCE causó «de facto la clausura de los bancos» en Grecia, según resalta este mismo diario.

La Canciller Federal Angela Merkel declaró luego de la última reunión del Eurogrupo, que en Atenas «aún no se dan las condiciones» para iniciar las negociaciones sobre un tercer programa de ayuda a Grecia, al tiempo que el presidente del banco central alemán, el denominado Banco Federal, Jens Weidmann, se manifestó en contra de una continuación de la cooperación por parte del BCE con bancos griegos y subrayó que ahora es el sector político el que debe hacerse cargo, en caso necesario, de una financiación puente para el país heleno.

El 5 de julio, los griegos repudiaron la austeridad con el 61% que votaron por el „no“ („oxi“ en griego) al chantaje continuo de los acreedores. Antes cerraron muchos bancos del país, debido a una falta de liquidez provocada por el BCE.[4] Si los griegos habían firmado el 25 de junio, las condiciones de extrema austeridad que exigieron el Eurogrupo y sus acreedores, en vez de convocar un referendo, los bancos griegos no hubieran cerrado la semana pasada, destacó el ex ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis.

Pues son los ministros de Finanzas de los países integrantes de la zona euro que expulsaron a Varoufakis de las reuniones del Eurogrupo (un caso sin precedente), al tiempo que reducen cada vez más el acceso para bancos griegos a la moneda común, a través de BCE. Paralelamente, el BCE está inyectando no obstante, 60 mil millones de euros al mes en los mercados financieros. Más aún: desde hace poco, está comprando bonos incluso de empresas, por primera vez: de una gran empresa italiana de participación estatal.[5] Sin embargo, el BCE negó, durante semanas, la continuación del acceso griego a liquidez, hasta el acuerdo del 13 de julio. Esta contradicción evidente y las preferencias políticas del BCE son obvias. Por ejemplo, el ejecutivo italiano constituye un fiel seguidor en cuanto a la ejecución de la austeridad (aunque la resistencia popular está creciendo en Italia). En cambio, el gobierno griego ha constituido la única amenaza seria para la perpetuación del dictado burgués paneuropeo, es decir que SYRIZA fue tumbada políticamente, por la fuerza, a través de instituciones tecnocráticas.

El legado analítico y político que nos dejó Varoufakis es considerable, quien había publicado un artículo titulado «Cómo convierten Grecia en otro Kosovo», en donde advirtió de la inminente reducción de Grecia a un protectorado, en el patio trasero de la UE, luego de haberla reducido a un failed state, a través de las medidas nocivas de austeridad.

El analista y catedrático Yanis Varoufakis, quien no es miembro de SYRIZA, estudió economía en la Universidad de Essex, donde también siguió cursos del afamado politólogo y filósofo argentino Ernesto Laclau sobre teorías políticas.[6] Al contrario, los antiguos homólogos de Varoufakis, los integrantes del Europgrupo,[7] se parecen más bien a unos lobos de Wallstreet.

El «superimperialismo» de la Unión Europea

Las instituciones de la integración europea, ante todo la Comisión Europea, constituyen entidades creadas para contener y contrarrestar la lucha de clase, reemplazándola por una guerra permanente contra los intereses de los pueblos. El ex eurodiputado Andreas Wehr por la Izquierda Europea,[8] lo puntualizó así durante un foro que se llevó a cabo en Berlín el 11 de julio de 2015: „Los Estados europeos terminaron la guerra entre ellos mismos para estar en guerra conjuntamente contra sus propios pueblos“. Esta cita resume la verdadera lógica de un tipo de „superimperialismo“ (Karl Kautsky) que fue instituido, en realidad, en Europa occidental durante la posguerra: los enemigos eternos Francia y Alemania se acercaron, firmaron un importante tratado de amistad (el tratado del Elíseo, de 1963) y se convirtieron en el motor de la entonces Comunidad Europea, orientada a la privatización y la liberalización regional, según el Tratado de Roma de 1957.

Berlín fue preponderante en el área económica, cuando el gigante político europeo, París, supo integrar, en un inicio, a la economía alemana dentro de un proyecto común, con la unión monetaria. Sin embargo, la reunificación alemana de 1990 ha cambiado la correlación de fuerzas paulatinamente..

Hacia la supremacía alemana en las instituciones supranacionales   

Alemania ha recién completado su dominación económica por una tutela política, en vez de continuar respetando a la segunda potencia de la UE, París, como socio igual. Ello significa que el liderazgo pasó, en el curso de los últimos 25 años, del tradicional eje París-Bonn a un eje oscilante que suele fluctuar entre Berlín y varios de sus vecinos, especialmente Austria (miembro de la UE desde 1995) y Países Bajos, además de los países del norte y este europeo como Finlandia y los países bálticos, muy germanófilos por tradición (desde los años 1920) y por los nuevos lazos político-económicos. Los gobiernos de estos países de Europa central y del Norte, en cuyas economías el capital industrial y mediático alemán ya juega un rol muy importante, tienen el mismo ideario con respecto a la imprescindible austeridad, la misma que refleta la necesidad del capital de acelerar la explotación del trabajo a ultranza. La austeridad europea se está acelerando desde la crisis del euro, la misma que surgió en 2010, en el marco de una crisis bancaria, la que fue convertida paulatinamente, por los ejecutivos europeos, en una crisis de la deuda soberana. A diferencia de la respuesta de Islandia a la crisis bancaria, donde incluso encarcelaron a algunos banqueros responsables de la agudización de la crisis financiera, los gobiernos de la UE escogieron el flagelo del rescate bancario a ultranza.

 El 13 de julio, los jefes de gobierno y de Estado de la UE rechazaron el proyecto griego de renegociar su deuda externa, dentro de un procedimiento europeo referente a todas las deudas ilegítimas. Las condiciones acordadas durante esta cumbre, prevén que el gobierno griego eluda a futuro su propio parlamentario de manera sistemática, al darle a conocer posteriormente al parlamento griego las nuevas medidas tomadas anteriormente de acuerdo con el BCE, la Comisión Europea y el FMI. El Ministro de Trabajo griego, Panos Skourletis, declaró enseguida que no habrá mayoría para ello en el plenario. Ante su nuevo homólogo griego Tsakalotos, el ministro de Finanzas Schäuble le significó «Vayan simplemente a su parlamento y digan: ‘Just do it‘,» según señaló el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung del 10 de julio.

Berlín y sus aliados del este, especialmente Polonia,[9] Eslovaquia (donde más del 70% de la industria ya es alemana desde hace 10 años) y los países bálticos, ante todo el gobierno de Letonia, presionaron el 13 de julio en Bruselas, en contra de SYRIZA al amenazar con no poder ratificar cooperación financiera alguna con Atenas. El ejecutivo germano agregó en Bruselas, el 12/13 de julio, que el Grexit será inevitable, si el mandatario heleno no deje de lado toda la soberanía nacional, en beneficio de las entidades acreedoras, es decir la banca privada centroeuropea.

Los antecedentes de una extorsión sin precedente

Los líderes de la eurozona dieron, el 7 de julio, un ultimátum al primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, para que presente propuestas hasta el domingo 12 de julio, que permitan la continuación del pago griego a sus acreedores, sea especialmente los bancos privados franceses y alemanes. De no ser así, la Comisión Europea informó que ya tiene elaborado un plan detallado para la salida griega de la zona euro (Grexit), es decir ayuda humanitaria para una economía en quiebre.

El gobierno griego estableció una comisión para evaluar la deuda soberana. A diferencia del ejecutivo francés, el régimen alemán no permite auditoría de la deuda alguna, la señora Merkel afirmó que «una quita no va a producirse«. Además, la señora Merkel había declarado anteriormente que un eventual Grexit ya no pondría en peligro toda la zona euro, según el semanario del Parlamento alemán «Das Parlament» del 6 de julio.

Sin embargo, el Presidente François Hollande declaró abiertamente, el 12 de julio en Bruselas, que «no quiere la salida de Grecia», al igual que el mandatario italiano, lo cual demuestra las divisiones internas dentro de la zona euro, y el fin definitivo del tradicional tándem franco-alemán, establecido en 1950 (creación de la CECA) y consolidado en 1959 (tratado de Roma: creación de la Comunidad Europea) y sobre todo en 1963 (tratado de Amistad franco-alemán, el arriba mencionado traité de l’Élysée).

El capitalismo francés siempre necesitado estructuras estatales fuertes para impulsar proyectos emblemáticos, por lo cual París recién reclamó un gobierno económico para la zona euro, propuesta que fue planteada ya en 2008 por el entonces presidente Sarkozy. En cambio, el capitalismo alemán, más consolidado por su estructura interna y los salarios relativamente más bajos desde las reformas del ex canciller federal Schröder del 2003 (al contrario, Francia y Luxemburgo tienen el salario mínimo legal más alto de la UE), rechaza tal entidad coordinadora y Schäuble empezó simultáneamente una crítica contra la Comisión Europea, como para sancionar las declaraciones francesas.

Por lo tanto, llama la atención el boletín de prensa despachado por el ministerio federal de Relaciones Exteriores de Alemania, a cargo del socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, del 13 de julio de 2015, en donde habla, en tan solo cuatro frases en total (!), dos veces de lo pacífico que sería la UE: evoca la «unión pacífica y próspera [!]» y el «arreglo pacífico de las controversias e intereses», alabando el «combate» nocturno de deliberaciones interminables, como si la alternativa fuese una guerra. En este sentido surrealista, el ministro alemán también aborda el moribundo tándem París-Berlín, el mismo que califica, de manera cínica (o satírica..) como «estrecha y sólida alianza franco-alemana».

En el marco de la cumbre europea en Bruselas del 27 de junio, la Canciller Federal Angela Merkel, jefa de la Unión Cristianodemócrata (CDU), calificó como «muy generosa» la oferta de los acreedores para Atenas, tomando en cuenta la condicionalidad para que Grecia implemente nuevamente ciertas medidas de austeridad, y «animó» al jefe de gobierno griego Alexis Tsipras para que la aceptara, según destaca el diario Süddeutsche Zeitung del 27/28 de junio.

Tras el conocido rechazo griego, la señora Merkel convocó, el 29 de junio, a los líderes de los  grupos parlamentarios para abordar la crisis. Tras analizar la crisis con ellos, en una comparecencia ante la prensa junto al socialdemócrata Sigmar Gabriel (vicecanciller federal y ministro federal de Economía y Energía), Angela Merkel atribuyó la interrupción de las negociaciones entre Grecia y el Eurogrupo a la falta de voluntad de compromiso del gobierno de Alexis Tsipras.

El líder socialdemócrata Sigmar Gabriel afirmó que tras el reciente referéndum griego, el gobierno de Atenas «ha roto los últimos puentes» que podían llevar a un compromiso entre la Unión Europea y Grecia, según el diario Der Tagesspiegel del 3 de julio. Gabriel le instó a Tsipras que suspendiera la consulta popular, al igual que la Canciller Federal, quien insistió el 2 de julio que se podría renegociar ya ahora, para el caso que se suspenda el referéndum.

De igual manera, el ministro Wolfgang Schäuble (CDU), declaró que Grecia habría puesto fin a las negociaciones al implementar el referéndum, según destacó el periódico Süddeutsche Zeitung en su portada del 29 de junio.

El más destacado diario capitalino Tagesspiegel puso de relieve en su número del 1° de julio, que Wolfgang Schäuble y Christine Lagarde (FMI) «cooperan nuevamente en esta crisis, como siempre». El mismo diario resalta que el conocido enunciado despreciativo de Lagarde contra Varoufakis (durante una sesión en la que ella dijo que prefiere «dirigirse a los adultos presentes» y no al ministro griego), lo habría podido expresar igualmente su amigo Schäuble.

Al igual que Schäuble, el presidente del Parlamento Europeo, el socialdemócrata alemán Martin Schulz, advirtió de una salida del euro de Grecia en el caso de la victoria del «no» en el referendo. Más aún, el señor Schulz condenó a Alexis Tsipras aseverando que «manipula a las personas en Grecia». Además, Schulz puntualizó que si hubiese ganado el «sí», Tsipras debía «dimitir», que un gabinete tecnocrático interino debía continuar mientras tanto las negociaciones con los acreedores.

El eurocomisario alemán Günther Oettinger (CDU), conocido en Alemania por sus discursos en los que minimizó la culpa de un nazi durante la Segunda Guerra mundial, advirtió, el 7 de julio, de un colapso griego, al llamar a la Comisión Europea y los Estados miembros que impidan una presuntamente inminente «escasez de medicinas, alimentos, petróleo y gas por la aguda falta de financiamiento»..

Prensa alemana hace llamado para que vuelva… Bismarck

Además, muchos políticos y medios conservadores exigían que se asumiera la salida griega del euro. El ministro de Finanzas del Estado federado de Baviera, Markus Söder dijo que el «Grexit es inevitable», según informó el rotativo Frankfurter Allgemeine Zeitung del 29 de junio en su portada. El rotativo más leído de Alemania, BILD, evocó el 7 de julio, el ejemplo duro del primer Canciller (jefe de gobierno) del Imperio alemán, Otto von Bismarck, al comparar a Merkel con el “Canciller de Hierro”: «Hoy necesitamos a una Canciller Federal de hierro – nada de nuevos miles de millones para Grecia«, tituló este diario.

El diario Die Welt pidió, en su editorial del 29 de junio: «¡Dejad que los griegos se marchen! La salida de Grecia no supondría el fin de la moneda común.» El día siguiente, este mismo diario calificó al entonces ministro de Finanzas Varoufakis, como «jugador de poker […] desvergonzado y egocéntrico [quien] se burla y pisotea la idea de una Europa solidaria. Es posible que los griegos ya hayan dañado mucho más a Europa que al euro.» BILD y Die Welt forman parte del poderoso consorcio mediático alemán Springer, el mismo que cuenta con muy importantes medios en el exterior como por ejemplo en Polonia, donde adquirió uno de los más destacados rotativos, donde puede consiguientemente, inmiscuirse en la política interna.

También asume el nuevo modelo imperante alemán, el semanario Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung del 28 de junio, en donde el periodista Mark Siemons lamenta en su artículo titulado «El hegemón casi invisible», que el «vacío del concepto alemán de poder, se est[é] convirtiendo en un vacío de poder en el continente dominado por aquel» hegemón, la Alemania de la austeridad.

La meta de las burguesías europeas concentradas en Bruselas: impedir una auditoría de la deuda, propuesta por Grecia para toda la UE

Medios progresistas así como el reconocido economista socialdemócrata Heiner Flassbeck destacan la presión alemana dentro de las instituciones europeas, a favor de una austeridad calificada de nociva, al igual que el internacionalmente reconocido filósofo alemán Jürgen Habermas, quien enfatizó (al igual que el líder de la bancada de La Izquierda en el Parlamento alemán) en el intento europeo por derrocar al gobierno griego debido a su plan de llevar a cabo una auditoría de la deuda. En el diario Handelsblatt, el economista estadounidense y premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz destacó el 2 de julio que se trata de un «ataque contra la democracia» (subtítulo: Joseph Stiglitz considera que la gestión de crisis de los europeos en el caso de Grecia es catastrófica).

Intelectuales piden a Merkel que abandone su habitual línea política de hierro

Importantes economistas internacionales como Thomas Piketty enviaron, a su vez, una carta a la señora Merkel para que cambiase radicalmente su postura sobre Grecia a fin de evitar graves daños en la eurozona y en todo el mundo. La misiva, a la que ha tenido acceso el diario capitalino Der Tagesspiegel, asegura que las políticas que se impusieron a Atenas agudizaron la crisis de la deuda externa de Grecia, y «ahora se empuja al gobierno griego a ponerse un revolver en la sien y a apretar el gatillo […] Los daños colaterales destruirán la eurozona como faro de esperanza, democracia y bienestar. Las consecuencias se sentirán en todo el mundo«, argumentan los expertos. Por eso, estos economistas piden a la Canciller Federal que dé «valientes y generosos pasos». Además de Piketty, profesor en la Escuela de Economía de París, firman la misiva el arriba mencionado Heiner Flassbeck, ex Secretario de Estado de Finanzas alemán, así como Jeffrey Sachs, docente de la Universidad de Columbia, Dani Rodrik, profesor en la Universidad de Harvard, y Simon Wren-Lewis, profesor en la Universidad de Oxford.

Quo vadis Europa..

El repudio alemán del «oxi», el rechazo ofensivo de todos los compromisos griegos, que fueron muy desinteresados,[10]  alcanzaba un nivel histórico.

Tras 17 horas de negociación, el Eurogrupo anunció, el 13 de julio, que se ha alcanzado un acuerdo con Atenas. El Parlamento griego deberá dar su aprobación hasta el miércoles a todo el paquete, dijo el jefe del Eurogrupo Jeroen Dijsselbloem, de Países Bajos. En consecuencia, explicó el presidente de la Comisión Europea Juncker, «estamos satisfechos con el resultado». Con ello se cumple uno de los dos posibles caminos que planteaba un documento del Ministerio de Finanzas de Wolfgang Schäuble. El jefe del partido La Izquierda, Bernd Riexinger, dijo el 12 de julio, que con estas propuestas chantajistas, Schäuble se convierte en «el sepulturero de la zona euro”.

Supranacionalismo totalitario vs. soberanía: la encrucijada griego-europea

El catedrático de economía Paul Robin Krugman concluyó recientemente, que «una capitulación» griega, la que se dio sustancialmente» y con anterioridad, «no es suficiente para Alemania, ya que Berlín desea un golpe de Estado [regime change] y la total humillación de Grecia».[11] Según el premio Nobel Krugman, «el proyecto europeo […] se le dio un terrible puntazo, que puede ser mortal.»[12]

El diario de centro-izquierda Die Tageszeitungtaz«) destacó el 13 de julio, en su editorial de Erik Bonse, que el «gran pecado de Schäuble es que ahora disguste a Francia e Italia. Él conoce la importancia de las relaciones franco-alemanas. Quien las ponga en juego no es un gran europeo. Visto así, uno se ve tentado a darle la razón al ex ministro de Finanzas Varoufakis. El viernes advirtió de Schäuble en su blog y le acusó de querer dar un ejemplo con Grecia para disciplinar a Francia. Muy equivocado no estaba.»

Esto podrá abrir, sin embargo, un camino estratégico nuevo hacia una alianza entre los griegos, italianos, franceses, portugueses, y con un futuro gobierno español conformado por progresistas alrededor de Podemos.

La Canciller Federal Merkel explicaba el 13 de julio, que los requisitos para el acuerdo se dan. Ella recomienda estas negociaciones «con pleno convencimiento», añadió. «Las ventajas de un acuerdo prevalecen sobre las desventajas“, apuntó. De esta manera, se sella una etapa histórica de políticas alemanas golpistas.

Muchos analistas progresistas concluyen que la inminente crisis del euro desencadenará una crisis económica planetaria, la misma que podría acelerar la tendencia política derechista (ejemplo: gobierno ultra derechista en Hungría desde el 2010, movimientos neonazis y nuevos partidos autoritarios en casi toda la UE).

Sólo los movimientos sociales, partidos y asociaciones progresistas pueden evitar este proceso al aumentar su coordinación estratégica y cooperación concreta, tanto a escala nacional como a nivel internacional.[13]

Estoy convencido que esta entrada en vía muerta obligará a replantear el conjunto del sistema político de la UE, y a reclamar un serio debate sobre las alternativas, calcadas por ejemplo a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la misma que no busca la ganancia económica cada vez mayor, vía estructuras e instrumentos supranacionales vinculantes, sino el bienestar general, a través de instituciones transparentes e intergubernamentales.


[1]Cf. artículo de Andreas Wehr, miembro del Centro Marx-Engels Berlín (MEZ), titulado “Golpe dentro de SYRIZA”: http://www.andreas-wehr.eu/putsch-in-der-syriza.html

[2]Varoufakis supo comunicar claramente al público mundial que dentro de los organismos de la UE, funcionan mecanismos más allá del debate económico-político, que los tecnócratas y hasta los ministros de Finanzas de la eurozona se rigen por meras consignas vacías, lo cual excluye toda discusión científica fundamentada en teorías y modelos económicos alternativos. El aislamiento fue total y el gobierno de Tsipras tuvo que aguantar humillación y denigración, al igual que la Francia vencida y aislada de 1815.

[3]Hans-Ulrich Jörges: „Syriza debe ser tumbado!“ („Syriza muss fallen!)“, www.stern.de, 02.07.2015

[4]El banco central alemán, denominado Banco Federal, tiene la mayor parte de las acciones del BCE, ubicado en Fráncfort del Meno, Alemania; véase: http://www.pressenza.com/es/2015/02/el-planeta-de-los-bancos/

[5]El más destacado diario de Alemania, el Frankfurter Allgemeine Zeitung del 3.07.2015, destacó recién que desde hace pocas semanas, el BCE ha empezado a comprar bonos de una gran empresa energética italiana, de la cual el Estado italiano posee una parte. El diario enfatiza que esta información no fue comunicada por el BCE como boletín, sólo fue „enterrada“ esta notificación en su sitio web, lo cual parece muy raro, al igual que llama la atención la política detrás de este cambio de rumbo, según hace resaltar el autor del artículo, el banquero Dwight Bolden.

[6]  Laclau, quien se reunió con líderes y presidentes progresistas sudamericanos como Rafael Correa, Presidente Constitucional de la República del Ecuador, murió en 2014, dejando a su vez un reconocido legado intelectual, por ejemplo una importante obra sobre la síntesis histórica y todas las teorías del movimiento obrero europeo del siglo 20, libro que redactó junto con su esposa, la catedrática belga Chantal Mouffe, también experta en teorías e historia de la democracia radical. Véase el este mismo libro titulado „Hegemonía y democracia radical“ (Hegemonie und radikale Demokratie“).

[7]  Existen actualmente 19 países miembros de la zona euro, y 28 países miembros de la UE.

[9]Además de su rol como aliado de Berlín en asuntos relativos a la austeridad europea, Polonia tiene particularmente un papel decisivo en la estrategia europeo-estadounidense en cuanto al apoyo estratégico al gobierno ultra derechista de Ucrania: http://www.msz.gov.pl/en/p/msz_en/news/press_office/poland_among_leaders_of_expert_support_for_ukraine

[10] Para comprender el enorme compromiso y voluntad de sacrificio de Tsipras durante los últimos días, hay que tomar en cuenta el extremo aislamiento de su gobierno dentro de la UE, la táctica de Tsipras, quien estuvo dispuesto a capitular a pesar del «oxi» ya antes de la ofensivas descarada alemana, se parece a una decisión Brest-Litovsk, ya que la correlación de fuerzas puede cambiar dentro de poco, siempre que Podemos logre buenos resultados en los próximos comicios españoles (elecciones legislativas en octubre de 2015).  

[11] Véase Paul Krugman: «Disaster In Europe», krugman.blogs.nytimes.com, 12.07.2015.

[12] Véase Paul Krugman: «Killing the European Project«, krugman.blogs.nytimes.com, 12.07.2015.

[13]Ya existen algunas iniciativas sumamente importantes: véase el sitio web en solidaridad con el pueblo griego, publicado, difundido también en edición impresa y actualizado muy regularmente, en cuatro idiomas: http://faktencheckhellas.org/en/