Según estadísticas, Colombia es uno de los principales países en el mundo que más participación le da a la mujer tanto en cargos públicos como privados. Pero más allá de lo que digan las cifras, lo cierto es que el rol que viene cumpliendo la mujer ha sido significativo para desarrollar procesos de gran envergadura en la sociedad colombiana. Hasta hace poco más de cincuenta años la mujer tuvo la oportunidad de votar por primera vez y desde ese momento empezó a consolidarse como un actor importante, mucho más allá del rol que cumplía en las labores del hogar. Lo cierto de todo esto, es que hay que eliminar los viejos estereotipos acerca de que la mujer es el sexo débil y que no puede desarrollar labores al igual que los hombres.

La revolución de la mujer en Colombia es un nuevo paradigma que se viene imponiendo con el transcurrir del tiempo. Es más que un cambio de mentalidad, es una razón de ser de las mujeres colombianas. Si bien es cierto que la participación femenina en el Congreso de la República ha venido aumentando de manera considerable, aún falta mucho trabajo para equiparar la cuota de participación de ambos sexos. Justamente, las principales empresas de Colombia y que generan gran empleo en el país, son manejadas por mujeres quienes tienen la responsabilidad de tomar decisiones de gran envergadura. Estos hechos demuestran la fortaleza y arrojo del trabajo de la gran cantidad de mujeres que luchan por abrirse un espacio en un país que precisamente no se ha caracterizado por ello.

Pero no todo es positivo. El conflicto armado en Colombia se ha ensañado especialmente contra la mujer y la ha convertido en botín de guerra para los grupos al margen de la ley. Por esta razón, a la mujer le ha correspondido la tarea de ser la cara más visible de movimientos de víctimas. Su papel como garante del uso de la No-violencia la ha llevado a liderar movilizaciones que buscan la finalización de la guerra en este país. Gracias al trabajo de la mujer en este campo, la justicia viene trabajando por los derechos de las víctimas y la reparación integral tanto de hombres como de mujeres en el contexto del conflicto interno.

La revolución de la mujer ha llevado, incluso, a que en Colombia, sea la esposa quien tome las riendas del hogar. La capacidad de liderazgo y acción han hecho de la mujer una persona con iniciativa y con gran capacidad de trabajo, contrario a lo que muchos atrás se podría llegar a pensar. Esta situación ha hecho que los roles cambien y se abran nuevos espacios de debate en un país marcadamente machista que aún no abre los ojos sobre la gran oportunidad que esta situación pueda llegar a generar.

La lucha de la mujer en distintos espacios de la vida nacional e internacional se ha caracterizado, entre otras cosas, por las reivindicaciones de derechos y demandas por un trato igualitario y acorde a sus necesidades. Esto conlleva a que el mundo debe abrirse a la idea que todo somos iguales y nadie podrá pasar por encima de otra persona por el solo hecho de ser hombre o mujer. Nada justifica que en pleno siglo XX este luchando por adquirir derechos que le son propios por naturaleza.