Por Alejandro Delgado.-

Hoy me levante escuchando noticias en la radio. La muerte de un joven en un ajuste de cuentas por drogas, un accidente de helicóptero donde quedaron dos personas gravemente heridas, la violencia en los partidos de football, después informaron sobre conflictos sociales por los bajos sueldos y la gran represión que ejercían las fuerzas de orden, el valor  del pasaje del transporte público dijeron que subirá y, antes de que apagara la radio, escuché sobre seis muertos por el conflicto armado Israel/Palestina.

Uff! Logré sentir tensiones en mi cuerpo que me impulsaron a dejar de escuchar esas “noticias”. Me quedé pensando en qué
estamos, qué mundo nos toca vivir, sentí como la desesperanza me invadía y aún antes de salir de casa para ir al trabajo. El mensaje de un amigo me recordaba que ese día estábamos invitados a una presentación de un francés, algo relacionado con la paz o con el tema de la noviolencia.

Así, a las 8 de la tarde estaba en el centro cultural Umbral, en el barrio Bellavista de Santiago de Chile, donde se fueron reuniendo varias personas, comenzaron los saludos, abrazos, alegría y conversación, muy grata situación.

Saludé al expositor, Philippe Moal, quien comenzó su presentación sobre «Violencia y Conciencia», dividida en los capítulos de:
violencia, noviolencia, conciencia, violencia personal, violencia social.

A medida en que fue avanzando la presentación, escuché con más atención y comencé a entender poco a poco que mucho de lo que pensaba de la violencia eran temas que no había abordado antes ni mucho menos reflexionado.

Lo primero que me sorprendió es que hay muchos y famosos escritores que hablaban de la paz y de la noviolencia: Ortega y Gaset, Leon Tostoy, Thoreau, etc… entonces este tema se viene conversando y leyendo hace mucho. Después quede  perplejo cuando se expuso que la violencia se veía, hablaba y se sentía como algo natural en el ser humano, sin embargo no hay nada de lógico o de ciencia que fundamente que ello sea natural en nosotros. Que esta visión Darwiniana en relación a que la
evolución o supervivencia depende de la competencia y que gane el mejor, es una visión zoológica del ser humano.

Se dijo también que la violencia no es sólo el hecho armado de la guerra, donde unos hombres destrozan a otros. Esa es una forma de violencia física. Hay una violencia económica: aquella que te lleva a explotar a otro; la violencia económica se da
cuando robas a otro. Hay, además, una violencia racial o étnica: ¿crees que no ejercitas violencia cuando persigues a otro que es de una etnia diferente a la tuya, crees que no ejerces violencia cuando lo difamas, por ser de una etnia diferente a la tuya? También hay una violencia religiosa, cuando no das trabajo, o cierras las puertas, o despides a alguien, por no ser de tu misma religión. Hay otras formas de violencia que son las impuestas por la moral filistea, cuando se impone una forma de vida a otro, ¿pero quién te ha dicho que uno es el ejemplo que debe seguirse? He aquí otra forma de violencia. También está la violencia psicológica: cuando discriminas, oprimes, maltratas verbalmente.

Me quedé preocupado y algo molesto cuando me di cuenta que mucha de la violencia social y también personal está fundada o justificada en que se trata de algo natural a nuestra especie. Comencé a observar cómo actuaba en mí y en otros esa creencia que actúa en todo momento, a cada minuto, todos los días y sobre todo en mi cotidiano, mis relaciones, trabajo, en mi comunicación y es fundamentada fuertemente cuando veo o escucho los noticiarios, porque la información que se trasmite por los medios de prensa está justamente basada en esta creencia.

Philippe Moal en su presentación menciona un diálogo entre Sócrates y Platón que dice que “la violencia se usa para dominar”

Poco a poco fui entrando en el nuevo universo de la Noviolencia, que por supuesto comenzaba hacer sentido. Algo que me gustó y que me dió esperanza fue la proyección hacia el futuro que hizo Moal, emplazándonos a que cada uno de nosotros imaginara o hiciera hacia el futuro pensando en bienestar y saliendo del determinismo de la naturalidad de la violencia en la especie humana.

Luego de una pequeña dinámica que todos los presentes realizamos con indicaciones de Philippe, intentando cambiar nuestro punto de vista en relación a la violencia, me comenzó a hacer sentido otro asunto significativo: la violencia se vincula, dentro de nuestra cabeza, con algo tangible, con un término, con quiebre y la noviolencia es intangible, se relaciona con continuidad, con unidad.

Entonces él dijo: “no hay noviolencia sino no hay conciencia”. La noviolencia es y se expresa gracias a la intencionalidad humana, al esfuerzo de cada individuo por no vivir en la violencia. Por lo tanto uno de los primeros pasos que podríamos dar como personas es intentar des-indentificarnos de la violencia.  Dejar de creer que la violencia está fuera de nosotros y la noviolencia dentro.

Mario Rodríguez Cobos (Silo) sostuvo que la noviolencia debía ser activa,  instaló el concepto de la Noviolencia Activa, una actitud en la vida que nos propone o permite mirar y sentir distinto esta “creencia de naturalidad violenta del ser humano”.

Philippe Moal terminó su presentación con dos elementos importantes y significativos. El primero, del mismo Mario Rodríguez Cobos (Silo): “Sin fe interna hay temor, el temor produce sufrimiento, el sufrimiento produce violencia, la violencia produce destrucción; por tanto la fe interna evita la destrucción”  y lo segundo es que la noviolencia se basa o sustenta en la antigua regla de oro que nos invita a «Tratar a los demás como quieres que te traten a ti”.

Concluyo agradeciendo al autor de esta presentación, a Philippe Moal, que logró despertar en mí un gran interés sobre la Noviolencia. Además quiero compartir  algo dicho por mi amigo Manuel: «los medios han logrado generar la sensación de que la violencia es natural, sin embargo hay una gran diferencia entre el mundo en que vivimos hoy en el que la violencia es habitual pero no es natural. No es natural que alguien mate a otro ser humano, no es natural que las guerras sean preventivas y se maten a miles de personas en nombre de la paz. Todos sabemos que no es natural, aunque la constatemos habitualmente».