Por Federico Barrago.- En España los periódicos generalistas no hablan acerca del Tratado Trasatlántico Internacional de Comercio e Inversión. Sólo algunos blogs, autoridades ambientales y de salud o algunos partidos políticos, se ocupan de informar sobre este tema.

El Tratado Trasatlántico Internacional de Comercio e Inversión, en inglés, TTIP (Transatlantic Trade and InvestmentPartnership), es un acuerdo comercial de libre comercio en proceso de negociación entre Estados Unidos y la Unión Europea.

El tratado entre EEUU y la UE se ha empezado a negociar en el noviembre 2011. En la base de la negociación, estaba la necesidad de incrementar el comercio y la inversión entre los dos continentes. Se prevé que se pueda aprobar el tratado durante 2014.
Aunque la Comisión Europea ha insistido en que la negociación es transparente, lo cierto es que el proceso de negociación es prácticamente secreto. Basta pensar que los eurodiputados pueden leer el proyecto del acuerdo pero no pueden tomar notas del mismo.

 ¿Qué sabemos de este acuerdo?

El proyecto del tratado incluiría limitaciones en las leyes que los gobiernos nacionales podrían adoptar para regular los diversos sectores económicos en particular los bancos y casi todos los servicios públicos.

Por ejemplo, si un gobierno adopta una ley a favor de los consumidores o a favor del medio ambiente o de la salud y una multinacional (las multinacionales están dictando las negociaciones con la Comisión Europea) cree que tal ley daña sus intereses, puede  promover un pleito contra el gobierno.

Hasta aquí no hay nada extraño, pero, necesitamos saber que el pleito no se desarrollará en un tribunal normal sino en un tribunal arbitral con sentencia irrevocable. Es claro que un escenario de este tipo pondría en dificultad el estado de derecho porque una ley nacional se vería sobrepasada por este tipo de juicios y tribunales.

Desde el principio de precaución que actualmente existe en la comunidad europea se pasaría al principio de liberalización a cualquier precio. Pensemos en este sentido, como la liberalización puede provocar una guerra de precios entre las empresas en la que el fin último, cada vez más, sea el lucro, a expensas de la calidad del producto. Por lo tanto, pensemos cómo podría estar en peligro el medio ambiente y cómo todo ello podría afectar a los alimentos que comemos.

Según sus defensores, este tratado hará crecer el PIB mundial de 5 puntos porcentajes y permitirá el crecimiento económico de los países participantes.

Simplemente, porque es el acuerdo de libre comercio más grande que podría ser firmado, la negociación tiene que ser transparente. Los ciudadanos tienen el derecho de ser informados acerca de lo que está sucediendo.