En el programa Continentes y contenidos de Radio Hache en Argentina se realizó la entrevista al periodista ucraniano Oleg Yasinsky, quien escribió una carta dirigida a sus compatriotas que busca la unión entre ellos y el cese de la violencia en Ucrania. Mail de contacto para la campaña: WeAreAllUkraineNoToWar@Gmail.com


Mariano Quiroga: El periodista que escribe para Pressenza y otros medios, recientemente escribió “Mirando mi país desde lejos, lo veo desgarrado por grandes depredadores imperialistas en su eterna lucha por el control geopolítico. Me duele Ucrania convertida en teatro de guerra entre el decadente y soberbio imperio EEUU/UE y la cínica y calculadora prepotencia de la también soberbia Rusia capitalista. También sé que el poder real en Ucrania, aquel que nos habla tanto de legitimidad e independencia, sigue en manos de grupos oligárquicos siempre aliados de alguna de las potencias extranjeras”. Oleg Yasinsky está en línea con nosotros y vamos a hablar sobre esto que ha escrito.
Oleg Yasinsky: Hola a todos.
MQ: Esta introducción, la verdad, nos muestra un escenario de catástrofe. La gente que ha seguido el programa ha podido ir viendo cómo se han ido desarrollando los acontecimientos hasta este momento en Ucrania.
OY: De hecho, yo creo que si hubieran planteado un escenario como el que vemos hoy día, hace solo un par de meses, nadie de nosotros creería en la posibilidad de que las cosas iban a llegar tan lejos como ahora. Todo esto, para muchos ucranianos, dentro y fuera de mi país, parece realmente una pesadilla que dan ganas de despertar. La situación está tensa como nunca. Mi país ya está, prácticamente, dividido, gracias a los medios de comunicación democráticos. Ha habido una tremenda matanza en Odessa, parece que el mundo habla más de la matanza en Odessa que algunos sectores de la población dentro de Ucrania. El país se está acostumbrando a los muertos, a la sangre, a los ataques armados de los grupos ilegítimos o los que pretenden ser legítimos. La verdad es que lo más terrible es que llega un momento de una pérdida de sensibilidad que todo esto parecen noticias cotidianas.
MQ: Claro, la prioridad en este momento es detener este espiral de violencia, que aparte, están dando muestras los dos lados, tanto los prooccidentales, los que defienden el gobierno ilegítimo, que tiene el apoyo de la extrema derecha, que tiene el financiamiento de EUA. Pero bueno, también los que se sienten más rusos, también están mostrando una violencia desmedida. Creo que lo principal, en este momento, es salir de esa lógica revanchista. ¿Cómo lo ves?
OY: Yo creo que hablando de un conflicto o de una guerra civil, como ahora en Ucrania, la guerra empieza en nuestras cabezas, en nuestra imaginación. En nuestras consciencias primero y luego se lleva a la calle. Esta situación tan trágica, lamentable, como la de hoy, viene de una larga etapa previa cuando los medios de comunicación estaban ablandando la consciencia de nuestros compatriotas, relativizando, absolutamente, todo y una vez instalado en el poder este gobierno de payasos, que ahora se llama gobierno legítimo.
MQ: Unos payasos trágicos.
OY: Digo lo de payasos porque creo que pronto serán despedidos por sus dueños norteamericanos y europeos porque actúan con mucha brutalidad y además, son muy ineptos y no cumplen la misión que se les encomendó. Instalaron en el poder este gobierno con más prepotencia y violencia que el gobierno anterior de Yanukovich, contra quien se supone, alguna vez, lucharon y trata de imponer al resto de Ucrania su manera de ver la historia, su manera de ver la cultura, su manera de ver el país. Yo creo que ahí está la raíz principal de la violencia. Ucrania es un país muy diverso, riquísimo en diferentes culturas, colores, idiomas y maneras de sentir y vivir. La diversidad fue la mayor riqeuza de mi país. Ahora als fuerzas grises, oscuras, que tomaron el poder en Kiev tratan de uniformar todo el país según su parecer y, lógicamente, esto genera mucho rechazo, muchas respuestas, en muchos casos, violentas.
MQ: Claro, allí donde se meten los Estados Unidos para levantar este tipod e conflictos, siempre buscan generar esa situación tan maniqueista de identificación, como de blancos y negros, buenos y malos. Daba la sensación que los ucranianos, había una gran parte, el ejemplo de Crimea nos lo demuestra, que se siente más cerca, por ahí, de lo que es el gobierno de Rusia, que se sienten más protegidos por los rusos. Pero, sin duda, en tu carta queda muy claro eso, no es el sentir de todos los ucranianos. Sin embargo, la medicina que les va a aplicar el FMI y la Unión Europea con estos créditos y estos planes de austeridad que se le viene, estos planes económicos que van a dejar a muchísimos ucranianos en la calle, quizás, eso genera la necesidad del pueblo o busque el pueblo escapar a través de esa ventana que puede ser anexarse a Rusia. ¿Lo ves eso posible?
OY: Mira, yo veo que a veces nuestros pueblos tienen como una acumulación de cansancio histórico, como me llamo mucho la atención hace algunos años en Colombia, cuando el Presidente Uribe, conversando con muchso colombianos, o más bien, con pocos que se atrevían a hablar de política y de estas cosas, me dio la impresión que no es que el pueblo apoyara tanto a Uribe y votara tanto por Uribe porque lo quieren como Presidente. No, el pueblo está tan cansado de violencia y debilidad cotidiana que simplemente, desde este cansancio apoya al postor más fuerte, más seguro, más estable. Los temas de justicia ya están fuera de discusión, lamentablemente. Yo creo que esto está pasando con Rusia en algunas regiones y sobre todo en Crimea. No es que los ucranianos tuvieran tantas ilusiones o estuvieran enamorados del gobierno de Putin, simplemente, Rusia ofrece mejor nivel mínimo de vida, mejores pensiones, mejores sueldos y cierta estabilidad política, lo que el gobierno ucraniano no puede ofrecer. Aparte de esto, creo que el momento que estamos viviendo ahora, dentro de unos meses puede parecer un momento feliz cuando el FMI, a quien el actual gobierno de Ucrania regaló el país, va a aplicar sus medidas, es decir, se van a cumplir las condiciones que pone, normalmente, el FMI. Aquí en Latinoamérica, nadie sabe mejor que los latinoamericanos, lo maravillosas consecuencias de las recetas mágicas del FMI.
MQ: Sí, son el sueño de todo país.
OY: Ucrania espera una explosión social mucho más potente que de Maidán y anti Maidán juntos.
MQ: Bueno, con esta carta que escribiste, ¿no? Ha habido una fuerte repercusión, has estado haciendo varias entrevistas, he visto que hoy has publicado cosas en Aporrea.org, que la gente de Telesur se ha puesto en contacto contigo, ¿cómo te imaginás que la gente puede formar parte de esta correntada que intenta frenar ese escenario tan trágico que nos relatas?
OY: Mira, la carta que publicamos yo no quiero verla como un esfuerzo último, desesperado y vacío, nada que ver. Simplemente, estoy, realmente, conmovido y sorprendido por lo que pasa en el país. Pero veo a mucha gente preocupada por lo mismo, pero todavía son voces aisladas. Somos soledades que se buscan, de repente se encuentran y empiezan a organizarse. La idea de  esta carta es buscar sensibilidades entre la gente que se encuentre en la misma frecuencia, que no se diferencia por el color de banderitas, cintitas y otros juguetitos bélicos, sino más bien que está en la sensibilidad humanista, la gente de izquierda, más que nada. Que están dispuestos, ahora, a buscar la solución porque mientras estamos vivos, creo que siempre hay soluciones. Creo que esta primera etapa, publicando la carta, buscamos aliados, cómplices, compañeros y en la siguiente etapa buscaremos algún compromiso, algún acuerdo más preciso, más exacto. Y la tercera etapa, cuando nos conozcamos más y cuando nos acerquemos entre todos ya vamos a pasar a la etapa de la búsqueda de acciones, actividades, actos muy concretos para detener la guerra.
MQ: Entonces, estamos en una etapa de sensibilización y de ponerse en contacto los unos con los otros. Quería compartir con vos un análisis que publicó el periodista Rafael Poch, que escribe en La Vanguardia de Barcelona. Él dice “si en Bruselas y Washington hubiera buena voluntad, la energía se concentraría en tres aspectos: garantizar la autonomía y los derechos de la población de Ucrania sur oriental, por lo menos la mitad del país, renunciar a plantear el vínculo político-económico entre Ucrania y Occidente como algo incompatible con los vínculos político-económicos de ese país con Rusia (ese era el problema de la Asociación Oriental diseñada por la Unión Europea), y desde luego garantizar la neutralidad y el no alineamiento militar contra Rusia de Ucrania, es decir que ese país nunca entre en la OTAN”. ¿Compartís esa mirada, ese podría ser un poquito el camino político para resolver este asunto?
OY: Mira, más allá de estar de acuerdo o no con esta mirada, yo no estoy de acuerdo con esta manera de enfocar el tema. Porque de nuevo estamos viendo la típica mirada de los países grandes, de los imperios que mandan en este mundo, para definir el destino de los países chicos. O sea, en el fondo Bruselas y Washington y Moscú van a definir por el pueblo ucraniano con quién puede y con quién no puede aliarse el país. Yo creo que esta mirada prehistórica hacia los países es parte del problema del mundo moderno y no sólo de Ucrania.
MQ: Te interrumpo, Oleg. No es que estamos diciendo que estos países son los que tienen que resolver el problema de Ucrania, sino que estamos diciendo que estos países tienen que dejar de interferir para que el pueblo de Ucrania pueda tomar decisiones, ¿no?
OY: Sin duda, sin duda. Hay que ser, yo creo que hay que ser muy idealista para imaginar algo así posible en el futuro cercano. Más bien, yo creo en el pueblo ucraniano, que con el apoyo de los pueblos del mundo, incluyendo el pueblo norteamericano, los pueblos de Latinoamérica, los pueblos rusos y europeos apoyen una verdadera rebelión, ojalá noviolenta, o lo menos violenta posible. Una rebelión de todo el pueblo ucraniano contra todos los grupos oligárquicos que lo controlan. Ese sería un cambio interesante, eso sería algo más esperanzador y verdadero que un acuerdo entre Moscú y Washington, sobre la no participación del futuro gobierno ucraniano y las alianzas económicas y militares. Yo creo que, realmente, si en el poder de Ucrania llega un gobierno decente, quizás un poquito más decente que el actual, se pueden construir relaciones muy interesantes económicas muy interesantes con Rusia, con Europa, con los Estados Unidos y con el resto del mundo, pero desde una base de justicia, de igualdad. Que nadie nos imponga nada.
MQ: De hecho, va a haber elecciones europeas próximamente, quizás, tanto Poch como vos en tu carta, los dos hablan de la necesidad de que este sea un tema para los europeos. Que se manifieste en toda Europa un “No a la guerra”, que haya una presión popular que le diga a la OTAN, que le diga a Alemania y a los gobiernos que dirigen Europa que no quieren volver a esa lógica militar. Me parece que el Premio Nobel que le dieron a la Unión Europea los ha hecho creerse con derecho a hacer cualquier cosa, ¿no? Es como, no sé, me parece que Europa ha recuperado ese rol tan beligerante.
OY: Sí, también Europa ha sido una gran ilusión de muchos ucranianos, que al principio de todo este proceso veían en Europa una parte del mundo más avanzada, más civilizada, más humanista. O sea que tenían una visión bastante idealista de Europa. Yo creo que ahora, con lo que está pasando en los últimos meses muchos se redefinirán y tendrán la percepción más realista del mundo en que estamos viviendo ahora. Me parece que recién en las últimas semanas muchos en Ucrania se dan cuenta que están solos, que el resto del mundo está jugando con los intereses de Ucrania y los grupos oligárquicos que siguen mandado en Ucrania después de este enroque de los poderes, que fue la reciente toma del poder por Nueva Derecha. Los oligarcas ucranianos ahora están pensando a quiénes les conviene más aliarse, si a los europeos o a los rusos. Yo creo que es un momento muy peligroso y depende más que nunca de los pueblos, del sentido común de la gente y de la capacidad de la gente común en desconfiar de los políticos y de los medios, que los siguen manipulando.
MQ: Pero para eso hace falta recomponer otra vez el tejido social, para poderse cuidar los unos a los otros.
OY: Absolutamente, absolutamente. Hace falta volver a conversar, a comunicarnos, a escuchar al otro, a tener paciencia, a quedarse callado más que a hablar. Y quizás, también, a conversar con gente o con grupos que antes, hace un par de semanas, nosotros pensábamos que era imposible contactar a esa gente. Pero lo que pasó en Odessa, la barbarie del 2 de mayo, con tanta gente quemada y todo lo demás, yo espero mucho, aunque suene feo, que estas muertes servirán de algo. Yo siento una conmoción en general, hay como momentos de reflexión de mucha gente, en Facebook, por lo menos, en correos personales, hace un par de semanas, esto no sucedía. Es como una de las últimas advertencias de que tomemos contacto con lo humano de los otros, podamos contactar con nosotros mismos. Miremos al otro como al espejo, que olvidemos de las diferencias de colores, idiomas, lenguas y todo lo demás. Lo veo muy difícil, pero yoc reo que en los últimos días es un poquito más probable que antes.
MQ: Y allí en Chile tenían la imagen de intentar traer un par de activistas ucranianos aquí a Latinoamérica para que puedan, un poco, inspirarse de los movimientos sociales latinoamericanos que están en un momento tan interesante.
OY: Con nuestros amigos del Movimiento Humanista y otros amigos de izquierda conversamos de esta idea, de hecho, hoy día publiqué la entrevista de dos personas de la pequeña izquierda ucraniana que queda en aporrea.org está publicada la entrevista. Es muy larga la entrevista, ellos explican, un poquito, los procesos desde adentro de la situación. Yo creo que si vamos a poder traer a ellos a Chile, aparte de Chile, puede ser Argentina, Ecuador, Bolivia, para que también vean la experiencia positiva latinoamericana, que tomen contacto con los movimientos sociales de Latinoamérica y devuelvan esas experiencias e impresiones a Ucrania. Creo que puede ser un proyecto interesante, como parte de toda esta cosa más grande para revertir la situación. Ellos están muy interesados en venir a Latinoamérica, uno ya estuvo en Venezuela, en Ecuador, en Cuba. Yo creo que podría ser un aporte interesante este proyecto.
MQ: Vamos a intentar que esta entrevista le llegue a algunos ucranianos, que van a tener que hablar castellano, evidentemente, para entender todo lo que estamos diciendo. Hay en Avaazuna carta donde se puede firmar para entrar en contacto con esto y hay, además un mail donde se pueden poner en contacto con este colectivo que se está creando
WeAreAllUkraineNoToWar@Gmail.com
OY: Tenemos estos contactos, de hecho, nos llegan los correos. Nosotros estamos buscando sensibilidades, estamos buscando a toda la gente buena de todos los países, de todos los continentes, para que nos organicemos de alguna forma y tratemos de hacer algo. Estoy recordando la época de las dictaduras militares en Latinoamérica cuando el pueblo soviético fue solidario, el pueblo ucraniano era parte del pueblo soviético. Yo creo que quizás ahora llega el momento cuando Latinoamérica puede devolver la mano, puede devolver algo al pueblo ucraniano que está en problemas.