El ministro de Relaciones Exteriores, Luiz Alberto Figueiredo Machado, citó el lunes (2) al embajador de Estados Unidos en Brasil, Thomas Shannon, para proporcionar aclaraciones acerca de las denuncias de espionaje a la presidenta Dilma Rousseff y asesores, según notició el programa Fantástico del canal Globo, el domingo (1). En la conversación, Figueiredo reclamó explicaciones “formales y por escrito” al gobierno estadounidense hasta finales de esta semana.

“Convoqué al embajador de EE.UU. para que viniera a mi oficina y le dije de la indignación del gobierno brasileño por los hechos presentados, los documentos revelados, las violaciones de correspondencia de la señora presidenta”, subrayó Figueiredo, quien habló con Shannon durante una hora el lunes (2). En seguida, el ministro se reunió con Dilma.

En la cita con Shannon, Figueiredo dijo que las sospechas sobre Brasil que involucran riesgos a la democracia y solidez del Estado brasileño son inadmisibles. “Brasil es un país democrático, un Estado sólido, en una región democrática y sólida, que busca la convivencia con sus socios de una manera amistosa. No se puede admitir, ni siquiera en sueños, que es un país de riesgo o problemático”, dijo.

Figueiredo aseguró que el diálogo con Shannon fue duro y el tono claro. “Fue una conversación en que él [Shannon] entendió lo que se dijo. Las cosas, cuando tienen que ser dichas claramente, se dicen claramente. Él tomó nota de todo lo que dije”, destacó el ministro.

El canciller brasileño afirmó que Shannon se comprometió a ponerse en contacto con la Casa Blanca para que el gobierno estadounidense envíe explicaciones por escrito acerca de las denuncias, conforme a lo solicitado por el gobierno brasileño. “Quiero que el gobierno de EE.UU. proporcione las explicaciones, no necesariamente el embajador. Estamos esperando la respuesta. En mi habla, quedó claro que esperamos una respuesta aún esta semana”, dijo Figueiredo.

Figueiredo subrayó aún que este tipo de práctica es incompatible con la alianza estratégica entre los países. “El gobierno brasileño quiere rápidas explicaciones”, dijo.