Según la Justicia el ex dictador superó el máximo legal permitido para la prisión preventiva. Por otra parte, el gobierno de facto anunció reformas para aplacar las críticas.

Un tribunal de El Cairo ordenó hoy la libertad del ex presidente Hosni Mubarak, quien ejerció el poder en forma dictatorial durante 30 años y fue derrocado en 2011 en el marco de la llamada primavera árabe, por lo que podría dejar la prisión en las próximas horas.

El abogado de la acusación a Mubarak, Asaad Hekal, explicó que la Fiscalía no apelará la decisión judicial que ordena la puesta en libertad del ex presidente egipcio de 85 años.

«La decisión de liberar a Mubarak emitida hoy es definitiva y la Fiscalía no puede apelarla», señaló el magistrado Ahmed el Bahrawi, después de que el tribunal, reunido en la prisión de Tora, al sur de El Cairo, donde se encuentra el ex dictador, aceptara el recurso presentado por su abogado.

La corte ordenó hoy la libertad al aceptar un recurso en la causa por la que estaba acusado de recibir anualmente regalos valorados en millones de libras egipcias de manos del multimedios estatal Al Ahram.

La agencia oficial egipcia Mena informó que el abogado de Mubarak, Farid el Dib, pidió su libertad provisional, mientras que el jefe de la Fiscalía de Fondos públicos, Mohamed al Berlisi, reclamó que se confirme la prisión preventiva.

De acuerdo a los medios oficiales egipcios, el tribunal entiende que Mubarak ya recibió órdenes de puesta en libertad provisional en todas las causas por las que está siendo procesado, por lo que deberá ser excarcelado.

Pese a que la confusión predomina acerca del futuro inmediato de Mubarak, todas las fuentes coinciden en señalar que el ex mandatario deberá afrontar todavía varios procesos, comenzando por la sesión prevista para el próximo domingo del juicio por la muerte de manifestantes durante la revolución que lo derrocó.

Hace dos días, una corte había ordenado la libertad provisional de Mubarak por otro caso de corrupción relacionado con el desvío de fondos públicos para construir y rehabilitar sus mansiones particulares.

El ex mandatario afronta además, junto a sus dos hijos y al empresario fugado Husein Salem, cargos de enriquecimiento ilícito y daño premeditado a los fondos públicos relacionados con la venta de gas a Israel.

Anuncian reformas

El Gobierno interino debió ceder a las presiones internacionales y anunció que reformará instituciones y leyes.

Los cambios estarán relacionadas con los derechos humanos para «completar la construcción democrática», según el cronograma fijado tras el derrocamiento del presidente Mohamed Mursi.

Respecto a las reformas de instituciones y leyes, fue el primer ministro egipcio, Hazem al Beblawi, el encargado de informarlas en una conferencia de prensa, donde aseguró que la instauración de la democracia es el principal objetivo de su gobierno, junto con la recuperación de la seguridad y el establecimiento de la justicia social.

Al Beblawi explicó que el encargado de llevar a cabo esas reformas será un grupo de trabajo, que se conformará en los próximos días con representantes de la Presidencia, el Gobierno, los partidos políticos y la sociedad civil.

«El trabajo de seguridad sobre el terreno no es suficiente y se necesitan paralelamente medidas políticas de las que participen todos», agregó en lo que se parece a una respuesta a lo exigido por la comunidad internacional.

Precisamente, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea decidieron hoy suspender la concesión de licencias de exportación de armamento a Egipto, comprometiendose a adoptarla en forma conjunta los Veintiocho miembros de la UE.

«Los Estados miembros acordaron suspender las licencias de exportación a Egipto de cualquier equipamiento militar que pueda ser utilizado para la represión interna», anunció la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, al término del Consejo extraordinario de ministros de Relaciones Exteriores convocado por la violencia en el país árabe.

La jefa de la diplomacia comunitaria, citada por la agencia de noticias EFE, reiteró el llamamiento europeo dirigido «a todas las partes» a que «se detenga la violencia, se terminen las provocaciones y se acabe con los discursos llenos de odio».