Por la Mujer Lapicera

Shile es un país-pasillo y sus gobernantes tienen mentalidad de pasillo, estrecha, lineal. Esto hace un tanto peligroso vivir en la “copia feliz del edén”.

Peligroso comer, los alimentos orgánicos contienen mayor cantidad de pesticidas, el aceite de oliva es un combustible, las galletas altísimos niveles de grasas saturadas, un detergente contiene limón –de verdad-, eso dice su publicidad, por lo que podríamos aliñar con lavalozas las ensaladas. Los envases tienen rotulaciones engañosas. Carnes y aves contaminadas, pero agrosuper dice que son súper-pocas y entrega como información un porcentaje con hartos ceros por delante. De los transgénicos ni hablar y la lista es larga, entre lácteos, verduras y frutas.

Peligroso trabajar, más peligroso aún si eres dirigente sindical. De repente una bala por causas desconocidas se dirige directamente a la cabeza de éste. Una bala-loca; que no es lo mismo que aquél fenómeno de las vacas-locas.

Peligrosas las AFPs, estas famosas administradoras de fondos de pensiones, se esfuerzan a lo largo de toda tu vida laboral, en robarte y especular lo más posible con tus fondos. De hecho, es peligroso jubilar. Aquí viene una parte de la artimaña donde te cuentan un cuento de las mil y una noches, donde un ente invisible hizo que todos tus ahorros quedaran convertidos en puros papelitos de colores y sanseacabó.

Peligrosas las ISAPRES. Según señala la revista economía y finanzas de un des-prestigiado semanario, durante el año 2012 éstas obtuvieron ganancias sobre los $80.000.0000, sí, ochenta mil millones. ¿No será mucho? Enfermante, no? Inmoral.

Peligrosas todas las instituciones. Peligrosa la –justicia-, peligroso el Servicio Nacional de Menores (SENAME), peligroso el Servicio de Impuestos Internos (SII).

Peligrosa la sexualidad, peligroso ser homosexual, peligroso ser diferente, peligroso ser mujer, peligroso tener útero, más peligroso aún ser adolescente embarazada. El cuerpo pasa a ser propiedad de todos; de los diarios, de los opinólogos, de las sotanas, de la farándula politiquera y moralizante, de discursos buenoides y de algunos extraños seres que defienden la vida sólo cuando se trata de un cigoto.

Así es la copia feliz del edén, como dice el himno nacional. Le cambiaría una de las frases siguientes: agria patria recibe los Bonos.