A partir del próximo año, el Gobierno de Londres adoptará nuevas medidas que reducirán el acceso de los inmigrantes a los beneficios sociales, así lo ha anunciado este lunes el primer ministro británico, David Cameron.

La medida forma parte de los nuevos planes de Londres para endurecer las normas relativas a la cantidad de beneficios que se concederán a los inmigrantes.

La nueva orientación que se introducirá va a crear una “prueba de residencia en el lugar” para dar prioridad a la población local en la lista de espera para viviendas sociales, y asegurar que los inmigrantes solo podrán optar a ellas después de que hayan residido en el país durante dos años.

Asimismo, Cameron ha declarado que el Gobierno británico también se centrará en la inmigración ilegal y duplicará la multa máxima para las empresas que empleen a trabajadores ilegales.

En este sentido, los inmigrantes de otros países de la Unión Europea (UE) perderán sus prestaciones por desempleo al cabo de seis meses, a menos que puedan demostrar que “verdaderamente buscan empleo” y que, además, “tienen posibilidades de conseguir uno”.

Conforme a la prensa, el Gobierno británico busca imponer restricciones, en concreto a los ciudadanos rumanos y búlgaros, que ingresarían al Reino Unido a partir del año próximo, y cuya cifra, según las autoridades, llegaría a unos 13 000.