Los humanistas vemos la economía mundial en desesperación. Una gran proporción de la población mundial vive en la pobreza absoluta, vive para sobrevivir, con la esperanza de no enfermarse el día de hoy.

Por otro lado hay un número ínfimo de individuos que pueden cambiar todo eso y no hacen nada. Un informe reciente indica que en el año 2012, 100 personas ganaron 240 mil millones de dólares. Lo suficiente para acabar con la pobreza mundial 4 veces.

Esta misma élite es la que, como escribí la semana pasada, controla los bancos, la producción de armas, medios de comunicación y los gobiernos de todo el mundo. No comparten la misma ideología en términos de las políticas públicas que impulsan pero sus políticas privadas son las mismas: la posesión personal de dinero es el valor más importante.

Algunos miembros de esta élite pueden incluso «dar» algo de dinero para los pobres del mundo a través de fundaciones de caridad. Sin embargo, la caridad no tiene como objetivo la superación de la pobreza. Existen muchas ejemplos respecto a cómo el dinero de la beneficencia no genera ninguna diferencia y, en ocasiones, ni siquiera llega a la gente a la que está destinado.

Por otra parte, el modelo no cuenta entre sus valores ni al medio ambiente ni a las generaciones futuras. El consumo de nuevos bienes impulsa la explotación insostenible de los recursos naturales del mundo a costa de la destrucción del medio ambiente.

¿Puede todo esto ser bueno?

Por supuesto que no. Aprovecho la oportunidad para jugar con unas pocas imágenes mentales. El tema de la Deutsche Welle Global Media Forum este año en Bonn, Alemania, entre el 17 y el 19 de junio es «El futuro del crecimiento: los valores económicos y medios de comunicación» y nuestra agencia Pressenza coordinará un taller llamado: «Convertir la crisis en oportunidad: humanizar la economía».

Entonces, ¿cómo funcionaría una economía humanizada?

En primer lugar tenemos que considerar cuáles son los valores del Nuevo Humanismo. Silo, fundador del Nuevo Humanismo, definió seis puntos que caracterizan una «actitud humanista»:

  • Situar al ser humano como valor y preocupación central;
  • Afirmar la igualdad de todos los seres humanos;
  • Reconocer la diversidad personal y cultural;
  • Tender a desarrollar nuevos conocimientos más allá de lo aceptado como verdad absoluta;
  • Afirmar la libertad de ideas y creencias, y
  • Repudiar la violencia.

Así que pensar en una economía humanista supone tomar estos principios en cuenta.

Aclaro que no soy economista y que no sé más que lo que veo en los medios masivos y en los medios alternativos y lo que se puede investigar en Wikipedia. Por lo tanto para aquellos que son «expertos» en este campo podría resultar ingenuo. No me disculpo por ello. Estamos comenzando, con un pedazo de papel en blanco, a imaginar una nueva economía. La transición a la economía misma queda para los académicos y los políticos.

Expongo aquí algunas preguntas que me preocupan:

  1. ¿Por qué un médico en una parte del planeta gana más que un médico en otra parte del planeta? Si el valor de la vida humana es central, sin duda, un médico que salva vidas en un país debería recibir el mismo salario que un médico en otro país.
  2. ¿Por qué es que los que cultivan alimentos en el mundo en general, obtienen una compensación tan baja por su trabajo? Sin comida, todos moriríamos. Lo mismo se podría decir de los que producen ropa. Sin ellos, todos estaríamos desnudos.
  3. El sistema bancario no produce nada y sin embargo las personas que trabajan en él se encuentran entre los más ricos del mundo. Los bonos dados por los bancos para su personal proviene de una práctica de especulación repugnante. De hecho, se trata del dinero de los clientes, no del banco.
  4. Tomemos el caso de un producto como el detergente para la ropa. No importa la marca que uno compre, todos contienen las mismas sustancias químicas. En algunos casos, el producto es exactamente el mismo y hecho en las mismas fábricas, pero algunos entran en bolsas de color rosa con un nombre de marca, mientras que otros de los mismos productores se empacan en bolsas de color naranja con una marca diferente. Estas empresas gastan enormes sumas de dinero para convencer a los clientes de que uno es mejor que otro. ¿Qué contribución útil a la sociedad es el dinero gastado en marketing?
  5. ¿Es la tierra una mercancía que debe ser propiedad de las personas?

Una nueva escala de remuneración para reflejar una escala de valores humanista

En la economía del futuro, la remuneración debe reflejar la contribución que una persona hace a la promoción de la vida humana, por lo que nos podemos imaginar que las personas más valiosas son aquellas que contribuyen al desarrollo y la supervivencia de los seres humanos: médicos, enfermeras, maestros, agricultores, científicos de ciertas disciplinas, etc

Luego hay otros que quizás tengan un impacto ligeramente menor: los que hacen ropa, los de la cadena alimenticia, los que limpian y mantienen nuestro ambiente higiénico y los que construyen casas y hacen que funcionen bien, los que trabajan en condiciones peligrosas en minas y plataformas petrolíferas, etc.

Hay quienes coordinan la actividad humana, nuestros representantes electos, gerentes, administradores, los que trabajan en bancos y oficinas que desempeñan funciones de apoyo conjunto a la sociedad, etc

Más tarde podría llegar a los fabricantes de tecnología de consumo y los productos que necesitamos para vivir.

Y así sucesivamente en la escala. En el extremo inferior de la escala lamentablemente estarían aquellos que trabajan en marketing.

Esta lista no es exhaustiva y seguro que hay muchos tipos de ocupaciones más que añadir para hacer un cuadro completo, pero creo que la idea de la escala es clara.

Los que compran y venden acciones para ganarse la vida, los que especulan, los que no producen nada, no añaden valor a la nueva economía.

El nuevo valor central del trabajo sería la eficiencia, no respecto de los beneficios de la empresa, sino en cuanto a completar el trabajo lo más rápido posible cada día!

En la nueva economía no podría haber alguien que en un extremo de la escala pueda ganar 10.000 veces más que alguien ubicado en el otro extremo. Los académicos podrían pulir estos detalles. Tampoco estamos proponiendo que los ricos se ubiquen en las condiciones de los más pobres. Por el contrario, proponemos que las condiciones de los más pobres se equiparen a las condiciones de los países desarrollados. La economía no estará centralmente planificada. Pero tampoco sucederá que el sector privado pueda controlar todo.

Todos podrán trabajar y se sentirán orgullosos de lo que hacen, a sabiendas de que contribuyen a su propio desarrollo y al de la sociedad en su conjunto. Todo el mundo sabe que el planeta no se está gestionando de modo sostenible. Un mantra para la nueva sociedad sería «no dejar el planeta en una situación peor de lo que se lo encontró, mejorarlo para las generaciones futuras».

El mundo tiene los recursos para hacer la transición hacia una nueva economía, el presupuesto militar se puede liberar para otros fines y la pobreza ser puede erradicar. La erradicación de la pobreza conducirá a una estabilización de la población mundial.

Los seres humanos son capaces de hacer cualquier cosa que imaginen – tal vez viajar a la velocidad de la luz está más allá de nuestras posibilidades… Por lo tanto, si un número suficiente de nosotros empezáramos a imaginar cómo una economía humanista puede actuar como fuerza impulsora en nuestra conciencia, con el tiempo vamos a hacer que eso suceda.

Pressenza estará cubriendo el Foro Mundial de Medios de Comunicación y trataremos de conseguir la mayor cantidad de material interesante para empezar a estimular nuestra imaginación.