El gobierno español afirmó que no cumplirá con la ley de Seguridad Social por «una razón de excepcionalidad”. Debía incrementar las jubilaciones un 1,9 %. Otra promesa insatisfecha.

El gobierno español de Mariano Rajoy anunció que no ajustará las jubilaciones de acuerdo al incremento de la inflación, renunciando así a su última promesa electoral y sobrepasando la “línea roja” que se había marcado para sus políticas de ajuste.

Además, con esta medida se incumple la ley de Seguridad Social, que en su artículo 48 establece que las jubilaciones deben ser revalorizadas si la inflación del mes de noviembre supera la suba aplicada ese año.

“Si hay algo que no tocaré son las pensiones”, dijo Rajoy, del Partido Popular (PP), en una entrevista con TVE (Televisión Española) el pasado 10 de septiembre.

Dos meses después, la decisión fue anunciada por la vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, tras la habitual reunión del Consejo de Ministros de los viernes y luego de que se conociera que la inflación cerró en noviembre con un incremento del 2,9%, según el dato adelantado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

“Ha sido una decisión muy difícil, dolorosa, es lo último que queríamos hacer, pero la prioridad es cumplir con el objetivo de déficit para poder volver a crecer y crear empleo”, aseguró la ministra de Empleo, Fátima Báñez, en conferencia de prensa junto a la vicepresidenta.

“Quizás sea la decisión más difícil que ha tomado el gobierno hasta el día de hoy”, remarcó.

Según Báñez, lo que se hace “por una razón de excepcionalidad” es suspender la actualización que exige la ley”.

Las jubilaciones subieron un 1% en enero, y con una inflación del 2,9% el gobierno debería compensar a los pensionistas con un incremento del 1,9%.

Sin embargo, “dada la situación financiera de la Seguridad Social- el fondo de donde salen las pensiones- no podemos hacer frente a una actualización”, explicó Sáenz de Santamaría. El ahorro calculado es de 3.800 millones de euros.

Para compensar de forma parcial la pérdida de poder adquisitivo que sufrirán lo pensionistas en 2012, el gobierno aprobó que las pensiones inferiores a 1.000 euros subirán el próximo año un 2%, un punto más que el 1% previsto en general.

Por otro lado, el Ejecutivo habilitó 4.000 millones de euros del Fondo de Reserva de las pensiones para garantizar el pago de diciembre y el pago extra de Navidad de los jubilados.

Báñez intentó matizar el compromiso explícito de Rajoy con los pensionistas y sostuvo que lo que dijo el presidente del gobierno fue que «lo último” que tocaría son las pensiones, es decir, no dijo que no las tocaría.

Sin embargo, desde el opositor Partido Socialista (PSOE), su secretario de organización, Oscar López, acusó a Rajoy de llevar a cabo un recorte “especialmente cruel” y de “incumplir lo último que le quedaba por incumplir de su programa”.

El líder de la central sindical Unión General de Trabajadores, Cándido Méndez, también rechazo la medida: “La compensación del próximo año ni lejos contribuye a enmendar el impacto tan negativo que provoca la no revalorización de las pensiones”.

A pesar de las medidas de ajuste adoptadas este año, España no logrará cumplir con los objetivos de déficit marcados para 2012, 2013 y 2014, según las últimas previsiones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

De acuerdo con el organismo, España cerrará este año con un déficit del 8,1%, en comparación con el 9,4% de 2011 y casi dos puntos por encima del objetivo del 6,3% acordado con Bruselas.

“El gobierno está haciendo todos los esfuerzos para cumplir con el objetivo de déficit, y se está haciendo con importantes esfuerzos de los españoles en un momento de gran dificultad”, remarcó la “número dos” del Ejecutivo del PP.