El oficialismo y la oposición demuestran una incipiente predisposición a negociar acuerdos políticos, como la fecha de asunción del próximo mandato del presidente Hugo Chávez, ante las posibilidades de que no esté en condiciones de jurar el 10 de enero.

Por un lado, el oficialismo negociaba en la Asamblea Nacional (AN, parlamento) con grupos opositores con el objeto de alcanzar la mayoría calificada de dos tercios que le asegure los votos para designar a tres de los cinco miembros del Consejo Nacional Electoral (CNE) cuyos mandatos vencen en abril.

El gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y sus aliados reúnen 104 legisladores, seis menos que los necesarios para alcanzar los dos tercios de la AN. Ello le permitiría no sólo mantener el control del CNE, sino evitar demoras en la renovación de sus autoridades ante la eventualidad de que fuera necesaria una nueva elección presidencial.

De los tres jueces del CNE que finalizan su mandato en abril, la presidente, Tibisay Lucena, y el rector principal (director) Vicente Díaz -el único no oficialista de los cinco- manifestaron tiempo atrás su intención de dejar el cargo, en tanto la rectora principal Sandra Oblitas está dispuesta a continuar.

La información al respecto publicada hoy por la prensa local y no desmentida por el oficialismo sostiene, sobre la base de fuentes no identificadas, que el propio vicepresidente, Nicolás Maduro, estaría involucrado en las tratativas para alcanzar la mayoría calificada en la AN.

El diario El Nacional, distante del oficialismo, afirmó que las conversaciones van incluso más allá del CNE y también alcanzan a la próxima renovación de dos jueces del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) cuyos mandatos están por vencer, así como a la posibilidad de ofrecer a la oposición una de las vicepresidencias de la AN, que el 5 de enero debe elegir sus autoridades para el año próximo.

En ese contexto cobran un nuevo significado las declaraciones del ex candidato presidencial por la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) y gobernador reelecto de Miranda, Henrique Capriles Radonski, quien anoche, a contrapelo de lo que postulan otros miembros de esa alianza, dijo que considera que la fecha de asunción del 10 de enero es “flexible”.

“Imaginemos que yo voy a tomar posesión de mi cargo como gobernador y ese día tengo una dolencia en el pie y no puedo trasladarme al Consejo Legislativo para tomar juramento; entonces, ¿pierdo la condición de electo?”, se preguntó.

“Eso nunca fue el espíritu del legislador; el legislador ha establecido plazos para que no exista incertidumbre y no sea indefinida la ausencia”, remarcó Capriles en curiosa sintonía con los argumentos de, entre otros, el presidente de la AN y número dos del PSUV, Diosdado Cabello.

No obstante estas señales, el tono de confrontación seguía vigente esta tarde, al punto que Maduro sostuvo que “la derecha miserable pretende tomar de nuevo el poder para entregar a Venezuela”, durante la asunción de la gobernadora reelecta de Falcón, Stella Lugo.

De ese modo rechazó las opiniones de quienes consideraron contradictorio que el propio vice dijera que Chávez estaba “caminando, haciendo ejercicio” seis horas después de que un comunicado del gobierno afirmara que el mandatario estaba “cumpliendo con rigurosidad el reposo absoluto ordenado por el equipo médico”.

Por otra parte, también levantó polvareda entre la oposición que sólo hoy se haya publicado en la Gaceta Oficial el decreto de delegación de facultades a Maduro que Chávez firmó el 9 de diciembre, antes de partir hacia Cuba, donde el 11 se le practicó una nueva operación para controlar el cáncer que padece en la zona pélvica.

De acuerdo con esa norma, el vicepresidente podrá decretar créditos adicionales al presupuesto nacional -previa autorización de la AN-, así como traspasos presupuestarios entre los ministerios, otorgamiento de jubilaciones especiales a funcionarios públicos y exenciones totales o parciales del Impuesto al Valor Agregado.

Asimismo, está facultado para “conocer, aprobar, diferir o negar los puntos de cuentas presentados por los ministros y otros funcionarios del Ejecutivo Nacional”.

En otras palabras, a partir de la publicación de este decreto, Maduro tiene en sus manos todas las herramientas para gobernar el país, al menos hasta el 10 de enero, que es el día establecido por la Constitución para el fin del actual mandato de Chávez.

Quedan 15 días para esa fecha considerada sólo indicativa por el PSUV y, ahora también, por el principal dirigente opositor, Capriles Radonski, con lo que parece que comenzara a allanarse el camino para una solución a la situación inédita que plantea la salud de Chávez.