Intervención en la presentación del libro «Perspectivas desde el Humanismo sobre las encrucijadas del mundo actual»

En primer lugar quiero compartir la experiencia personal de cómo surgieron estas notas de opinión que hoy se publican. En general se trataban de temas fuertes en la agenda mediática y política del país, o de la región, con los cuales me sentía comprometido e interesado. Y al meterme en esos temas, al darle vueltas, al informarme por distintos medios, al reflexionar sobre los mismos, surgía una necesidad de decir algo al respecto. Y cuando estaba esa necesidad, trataba de intencionar, de estar atento a que surja la inspiración. Cuando sentía que esa inspiración surgía, que “me cerraban” algunas ideas, me lanzaba a escribir y a investigar al respecto. Sentía la necesidad de hacer un aporte, de decir desde mi mirada, desde mi visión impregnada de humanismo, dar un punto de vista. Ahí me enfrentaba con la hoja en blanco y me lanzaba sin prisa y sin pausa a darle forma al artículo de opinión.

CONTEXTO SOBRE NOTA QUE SE PUBLICÓ

Respecto al título de la presente publicación “Perspectivas desde el humanismo sobre las encrucijadas del mundo actual”, me parece muy atinado porque considero que el humanismo tiene un importante aporte que hacer en este momento histórico nacional, regional y mundial.

Creo que los que adherimos a esta corriente de pensamiento, los que tenemos a Silo como Guia Espiritual, si nos movemos con la intuición despierta, viendo cuáles son los movimientos, las manifestación que van en dirección evolutiva, que aportan al desarrollo del ser humano, podemos aportar ahí, a que esa dirección, a que esa intención humana se fortalezca.

Porque hoy esa intención está no solo en los movimiento sociales, sino también en muchos gobiernos progresistas. En Latinoamérica tenemos ejemplos claros en Bolivia, Venezuela, Argentina y Ecuador principalmente. Si sabemos encontrar los factores progresivos en esas políticas, si podemos reforzar el aspecto humanista de estos procesos, podemos contribuir a que la humanidad avance, a que se superen las condiciones que generan dolor y sufrimiento, a que avancen la Ciencia y la Justicia.

Si detectamos en esos movimientos sociales, como pueden ser los indignados en Europa, los jóvenes de la Primavera Arabe, los movimiento pacifistas en países belicistas, los estudiantes en Chile o los jóvenes que se suman a la participación política y los masivos movimientos populares en Argentina, Ecuador, Bolivia o Venezuela, si detectamos en ellos sus factores humanistas, su factores progresivos y los fortalecemos, podemos hacer un gran aporte desde el humanismo a las encrucijadas del momento actual.

Y creo que en la no violencia, en la dirección no violenta está el gran aporte del humanismo Universalista en el plano social y político hoy. Porque actualmente podemos coincidir con muchas organizaciones sociales y políticas en los planteos, en las propuestas, en las acciones transformadoras. Creo que los tiempos han cambiado y ahora las propuestas del movimiento humanista ya no son raras, ya no somos “bichos raros”, sino que estas propuestas han impregnado, han sido tomadas, o han encontrado sintonía en otros actores sociales. Entonces es marcando claramente la dirección no-violenta, una marca esencial y distintiva del humanismo siloísta, como podemos aportar a que todos esos procesos avancen en dirección interesante y no se desbanden por el sin sentido de la violencia. Porque los procesos indefectiblemente avanzan, no se puede frenar el devenir histórico, es permamente en avance, el cambio, la transformación de los acontecimientos, la encrucijada está en qué dirección avanza, y sin duda la no-violencia tiene que ser si o si un signo esencial de este proceso que vive la humanidad.