Ecuador le ha concedido asilo a Julian Assange en su Embajada de Londres. El Ministro de Relaciones Exteriores Británico hace piruetas legales olímpicas para tratar de justificar entrar a sacarlo. Y nos enteramos que el Reino Unido y los EE.UU. han estado ayudando a rebeldes sirios, en secreto, sin consulta con sus parlamentos. Se necesita de Wikileaks para saber lo que hacen nuestros gobiernos.

Reuters informa que «Barack Obama ha firmado una orden secreta autorizando el apoyo de EE.UU. a los rebeldes sirios que buscan derrocar al gobierno de Assad … Una orden de Obama, aprobada a principios de este año que se conoce como una hallazgo de inteligencia en términos generales permite a la CIA y otras agencias de Estados Unidos proporcionar apoyo que podría ayudar a los rebeldes a derrocar al presidente Bashar al-Assad. Reuters

The Guardian informa sobre una entrevista en Radio 4 a William Hague, Ministro de Relaciones Exteriores: «Gran Bretaña por su parte, ya había estado ofreciendo ayuda de apoyo en términos de comunicación. «No comentaré sobre asuntos de inteligencia, pero puedo decir que estamos ayudando a los elementos de la oposición Siria, pero de una manera práctica y no letal», dijo. «Les hemos ayudado con las comunicaciones y asuntos de ese tipo, y se les ayudará aun más.»

Nadie que no sea un megalómano completamente auto-convencido (que todavía andan por ahí, me temo) intentaría sacar de nuevo el truco de Irak con las armas de destrucción masiva para convencer al Parlamento o al Congreso de la necesidad de involucrarse en una guerra. Más bien ahora toca seguir adelante y comprometer a gente y recursos en esta nueva guerra, sin antes decírselo al público, un público cuyos impuestos pagan por ese compromiso, un público que se convierte en el objetivo del «enemigo» sin tener ninguna elección en el asunto. La Prerrogativa Real del Reino Unido permite que el Primer Ministro declare la guerra sin consultar al Parlamento, y de un modo surrealista, el Primer Ministro está expresando su deseo de limitar su uso, al mismo tiempo que la utiliza para dar ayuda a uno de los bandos en la guerra civil Siria. Él diría, imagino, que no hay ninguna declaración de guerra, pero esta es la nueva cara de la guerra, la guerra por el eufemismo. «Dar ayuda no letal», «comunicaciones», «entrenamiento», «aumentar la ayuda financiera» (sin duda los rebeldes sirios no la utilizarán para comprar caramelos!), Etc

En cuanto a los EE.UU., aunque la Constitución establece claramente que sólo el Congreso tiene el poder de declarar la guerra, esto ha sido regularmente eludido por las distintas administraciones con la ayuda de servicios secretos no muy interesados en procesos de cuerpos electos y representados repetitivamente por Hollywood como nuestros salvadores (parecería ser que su tendencia a desobedecer órdenes y actuar fuera de las reglas es parte de le descripción del empleo).

Lo que nos lleva de nuevo a Julian Assange, dedicado levantador de perdices, ahora refugiado en la Embajada del Ecuador en Londres donde se le ha sido concedido asilo diplomático. Según el, no se niega a responder a los cargos (aún no presentados formalmente) de asalto sexual en Suecia, sino que está tratando de evitar la extradición desde Suecia a los EE.UU., donde lo más probable es que sea acusado de espionaje, o traición, y ejecutado. Otro favorito podría ser morir de un disparo a manos de un «loco» que luego sería asesinado por otra persona, con lo que Oliver Stone podría hacer una película sobre teorías conspiratorias no verificables.

Según el derecho internacional, la policía no puede entrar a la embajada sin la autorización expresa del embajador. Esta «regla de inviolabilidad» fue dictada por la Convención de Viena de 1961 sobre Relaciones Diplomáticas y todas las naciones la observan debido a que de otro modo sus propias misiones diplomáticas estarían en riesgo. Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores está amenazando a Ecuador con la revocación del estatus diplomático de la embajada en virtud de una Ley de 1987, dictada para entrar a la embajada de Libia después de que una agente de policía fuera asesinada a tiros, supuestamente desde una ventana. Sin duda, esto sentaría un peligroso precedente en relación al asilo diplomático en todo el mundo.

Como no podría ser de otro modo, el Gobierno de Rafael Correa de Ecuador está siendo objeto en Gran Bretaña de una campaña de desprestigio sólo comparable con la que sufre en su propio país a manos de los tradicionales medios de comunicación corporativos, en la que cualquier intento de limitar sus ataques (que ya han probado su eficiencia en derrocar gobiernos en Honduras y Paraguay) deriva en acusaciones de restricciones a la Libertad de Prensa.

La democracia y los secretos no van bien juntos, y la algarabía que rodea al fundador de Wikileaks habla por sí misma. ¿Cómo pueden los parlamentos tomar decisiones sin información? ¿Cómo puede el público votar sin información, sólo con la propaganda de los partidos políticos? La información es poder y aquellos que están tratando de democratizarla sienten todo el peso de la intención de las élites del sistema de mantener su monopolio.