De modo, que es una victoria, y
un estímulo a seguir investigando.

Y ¿por qué es tan importante? nos preguntamos los legos en la materia. Porque es lo que explicaría la masa
que tienen las cosas; puesto que sin masa, no existen desde el estricto ángulo de la física. Claro, a nivel
subatómico. De allí la importancia de la pesquisa de esta subpartícula que, además, es muy elusiva, esquiva.
Pero algo se ha encontrado, como en los textos de detectives.

A las nueve de la mañana tomó la palabra el portavoz de uno de los dos grandes detectores de partículas
del LHC, el CMS, Joe Incandela, que durante 45 minutos fue exponiendo los resultados al hacer el anuncio de que habían encontrado una partícula de tipo bosón de masa 125,3 gigaelectronvoltios (GeV). Aunque no dijo
Higgs, el aplauso cerrado en el auditorio dejó muy claro lo que todo el mundo parecía pensar: debe ser el
Higgs. Por fin. Medio siglo después de haberse conjeturado su existencia, se ha descubierto esta partícula
llamada Higgs por el autor de la teoría, presente en el auditorio. Es algo realmente importante, ya que
desde hoy se conoce un poco mejor cómo funciona el universo. Se ha necesitado construir el acelerador de
partículas el más potente, el LHC, con dos colosales detectores y el trabajo y entusiasmo conjunto de miles de
físicos e ingenieros de todo el mundo volcados en la investigación.

¿Por qué es esto tan importante? Pues, porque el bosón (partícula) de Higgs, dicho de modo muy sencillo,
ayuda a explicar por qué existe la masa de las partículas elementales. Si el electrón, por ejemplo, no tuviera
masa no se formarían los átomos y sin átomos no existirían ni estrellas, ni planetas, ni nosotros, las personas.
¡Increíble!

Así fue el anuncio, en medio de una expectación mundial y en un auditorio abarrotado de gente emocionada
en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), junto a Ginebra, los científicos que trabajan con
el gran acelerador de partículas LHC anuncian este martes el descubrimiento. *“Hemos alcanzado un hito en
nuestra comprensión de la naturaleza”*, afirmó Rolf Heuer, director del CERN.

Peter Higgs, veterano físico teórico de 83 años, fue quien en los años sesenta, fue quien propuso esta teoría
para explicar el origen de la masa y en cuyo honor se llama así a la partícula, estudios que hizo basándose
en trabajos previos. El se encontraba en el auditorio del CERN y fue cariñosamente vitoreado. Dijo: *“Estoy
extraordinariamente impresionado por lo que ustedes han logrado. Mis felicitaciones a todos los implicados en
este increíble logro, y es una felicidad haberlo vivido”*, citando a los colegas que colaboraron en aquella teoría,
hace ya casi 50 años, dejando todo protagonismo a los físicos del LHC que han hecho ahora el descubrimiento.

Después del muy nervioso Incandela, llegó el turno de su colega Fabiola Gianotti, la portavoz del otro gran
experimento, el Atlas, quien fue explicando los pormenores técnicos de la investigación hasta que al final dijo
que su equipo tenía la firma de esa nueva partícula con 126,5 GeV de masa (perfectamente consistente con la
medida del CMS, como aclaró más tarde).

Pero ¿Están seguros? En sus mediciones, la certeza obtenida, según explicaron, es de 5 sigma (en el caso de
Atlas) y 4,9 (en CMS), lo que implica una probabilidad de error tan baja, menor que 0,3 en un millón, que

los físicos consideran efectivamente descubrimiento. Aunque como científicos, Heuer, Incandela y Gianotti
precisaron una y otra vez que los que los datos de los experimentos muestran es la existencia de una nueva
partícula, un bosón con esa masa. Antes de seguir, aclaremos que un bosón es partícula elemental que,
como el fotón, ejerce la interacción entre fermiones y ésta, es, a su vez, una partícula elemental, que, como
el protón y el electrón, sigue la estadística de Fermi-Dirac. Y ahora tendrán que avocarse en la investigación de sus características para estar seguros de que se trata del famoso bosón de Higgs predicho en el Modelo
Estándar, la partícula que lo completa, la que faltaba en el puzzle universal.

Por su parte, nos aclaran que el Modelo Estándar describe, con suma precisión, las partículas elementales y
las fuerzas de interacción entre ellas. Pero hay, o había, una ausencia importantísima al no poder explicar por
qué tienen masa las partículas que la tienen. ¡Nada menos! Y la respuesta la propusieron hace medio siglo el
británico Peter Higgs y otros especialistas, era la presencia de una partícula diminuta nueva, esta explicaría
ese origen de la masa de algunas partículas. Esta partícula nueva, el llamado bosón de Higgs, es el que por fin
ahora, asoma en los detectores del LHC.

Para que entendamos mejor, nos dicen: *“Sin masa, el universo sería un lugar muy diferente”*, explican los
científicos del CERN. *“Por ejemplo, si el electrón no tuviera masa, no habría química, ni biología, ni personas*
– con lo cual, entendemos, no se descubriría nada de esto -. *Además, el Sol brilla gracias a una delicada
interacción entre las fuerzas fundamentales de la naturaleza que no funcionaría si algunas de esas partículas
no tuvieran masa”*.

Ese es el porqué de la importancia de la partícula de Higgs. / CERN

Y como no, no falta quien hable de *‘la partícula de Dios’*…

El mecanismo de Higgs es algo tremendamente técnico, pero a lo largo de los años se han propuesto
numerosos paralelismos para aclararlo. Una de las ideas más aclaratorias es la del Gian Francesco Giudice
en su libro A Zeptospace Universe, donde explica que las partículas adquieren masa al interaccionar con el
llamado campo de Higgs. Piense en agua en la que nadan delfines y se bañan hipopótamos, dice Giudice; aquí
las partículas que no tienen masa, como el fotón, el agua es totalmente transparente, como si no existiera,
mientras que las que tienen masa, pero poca, se deslizan fácilmente sin apenas interactuar con el líquido,
como los delfines. Pero las partículas muy masivas, son como si fueran hipopótamos, se mueven con dificultad
en el agua. Bien el campo de Higgs, el agua en el símil, se expresa en determinadas condiciones como una
nueva partícula, como una ola en el agua, que es la que probablemente han encontrado ahora los físicos del
LHC.

Aclaran además que aunque muy sofisticados y complejos estos experimentos, se trata en rigor de ciencia
básica, del conocimiento fundamental de la naturaleza, y ante el tema de por qué gastar recursos en ella en
tiempos de crisis, Heuer fue clarísimo: *“Si uno tiene un saco de maíz puede comérselo todo o guardar parte
para sembrar después; la ciencia básica es esa parte del maíz que siembras después”*.