Comenzó el Global Media Forum 2012 en Bonn, organizado por la Deutsche Welle y que tiene este año como temática la Educación. En las mesas de debate, las exposiciones y las presentaciones que tendrán lugar a lo largo de los 3 días que dura el evento podemos ver que el abordaje del tema estará atravesado por tres ejes centrales: educación de paz, mundo sostenible y reconocimiento de la diversidad.

Por supuesto que estos temas tienen muchos aspectos que se relacionan: El acceso al empleo, la igualdad, las nuevas tecnologías y su interacción con la educación, el rol de los medios de comunicación y el rol de las universidades en las transformaciones que se operan en el mundo, el diálogo intercultural, la aplicación y el conocimiento de los Derechos Humanos, el consumo sostenible y múltiples miradas sobre la diversidad cultural, religiosa, clases sociales, etc…

El foro continúa guardando como signos de identidad la pluralidad de invitados y la representatividad de nacionalidades. Aunque esta vez, a primera vista, echamos en falta un poco más de diversidad ideológica, de acercamientos menos académicos y menos institucionales para evaluar y desarrollar las proyectos educativos y la interacción con los medios de comunicación.

¿Es un tema informativo la educación? ¿Tienen ráting los programas educativos, los canales educativos? ¿Cuántos ejemplos hay en el mundo? Veremos si a lo largo del foro podemos descubrir si además de buenas intenciones y discursos floridos también hay un compromiso y una acción colectiva para evitar la deshumanización del conocimiento y de su difusión.

En todo caso, mientras el primer plenario está en pleno desarrollo, la intervención del Profesor Franz Josef Radermacher, miembro del club de Roma y Director del Research Institute for Applied Knowledge Processing, es estimulante. Su discurso desarma la manipulación de la que somos víctimas, viviendo en un mundo de la certificación, “Podemos seguir estrellándonos contra un muro, pero con un certificado…” ironizaba. Para también desmontar el mito del éxito, “El éxito, los sistemas de puntuación, no muestran la calidad de la educación, es un sinsentido seguir persiguiendo el éxito alejándose cada vez más de la calidad”.

También fue muy severo con el periodismo, acusándolo de que “es una costumbre que digan que dijimos exactamente lo contrario de lo que hemos dicho”. Ya sea por temor a perder el trabajo, por convicción o por la censura de los jefes de redacción. Él habló de que en realidad hay una discriminación instaurada para cualquiera que proponga salirse de los cauces establecidos, “ya sea mostrándolo como un reaccionario, un inadaptado o un personaje exótico que da un poco de color al noticiero”.

La oposición entre la exigencia de los mercados y la vocación y misión de los educadores ha podido constatarse en las declaraciones del profesor alemán. La necesidad de reformular los programas y los modos de dictar los cursos no va a ser la única vez que se plantee en este marco transparente que es el World Conference Center de Bonn. No es anodino este detalle, ya que forma parte de lo que quiere transmitir la Deutsche Welle, apertura al mundo. Una visión que contrasta con otros gigantes de la comunicación encerrados en un eurocentrismo patológico.