En aquella primera noche, la Comisión de Legal de Sol (CLS) fue creado por abogados y legos. Grupos similares surgieron en otras acampadas en todo el país con el fin de dar respaldo legal al movimiento. Esto nunca fue un trabajo fácil, pero se ha ido haciendo cada vez más difícil.

Desde el 15 de mayo, la CLS ha dado apoyo a más de un centenar de detenidos. Ha habido otros tantos detenidos en Barcelona, y muchos más en el resto del país. Los activistas han sido acusados de minar la autoridad (lo que conlleva condenas de uno a tres años de cárcel), desobediencia y resistencia (de seis meses a un año), y alteración del orden público (de seis meses a tres años). Más que nada, los manifestantes del 15M están siendo castigados a través de medios económicos. Hay cerca de 70 personas con multas en Madrid, de acuerdo a la Comisión Legal de Sol, y en Barcelona, han habido más de 200 personas multadas, por un monto conjunto que asciende a más de 40.000 euros.

La represión es cada vez más y más excesiva. El mes pasado en Málaga, cinco personas fueron acusadas de delitos electorales por portar pancartas con la frase «Los bancos siempre ganan» en un colegio electoral durante las elecciones regionales de Andalucía. Justo antes de esto, a finales de febrero, nueve jóvenes fueron arrestados en una protesta contra la reforma de la legislación laboral y fueron interrogados por policías encapuchados – una práctica común en España con terroristas y abertzales (miembros del movimiento de independencia del País Vasco). Barcelona es el lugar donde el movimiento 15M ha sido más fuertemente amenazado. Dos semanas después del violento desalojo de Plaza Cataluña, los acampados de Barcelona protestaron en el parlamento regional, donde los recortes presupuestarios regionales habían sido objeto de debate. Algunos activistas bloquearon la entrada al edificio y arrojaron bolsas de pintura contra los miembros del parlamento. Veinte personas se enfrentan ahora a entre tres y cinco años de cárcel por sus acciones de ese día.

En los últimos meses, la represión se ha centrado en acciones relacionadas con el derecho a la vivienda. «Hay un mayor énfasis en la persecución de los okupas», informó un miembro de la Comisión Legal de Sol, quien explicó que en Madrid la policía está tratando de hacer un censo de ocupantes ilegales y ya ha identificado a 150 activistas. Las acciones de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) se han traducido en cinco detenciones en Madrid, entre ellos Chema Ruiz, uno de los miembros más activos de PAH en la ciudad. Aunque la táctica de la plataforma ha sido siempre la misma – resistencia no violenta sentándose en el suelo – Ruiz testificó en febrero, respondiendo a acusaciones de atacar a ocho policías antidisturbios. «Pero, ¿cómo es posible que alguien tan delgado como yo podría golpear a ocho policías antidisturbios?», preguntó Ruiz. Aunque el tribunal ha abierto una causa penal contra él, ni siquiera él sabe en última instancia, de qué delito se le acusa.

Ya, desde sus primeras semanas, el movimiento 15M ha ido adoptando medidas básicas de seguridad. Antes de manifestaciones y acciones, los activistas escriben en sus brazos o piernas el número de teléfono del comité de apoyo legal para sus barrios o asambleas de la ciudad, y memorizan el nombre de los abogados de guardia ese día. Las comisiones legales también han organizado talleres sobre los derechos de manifestantes y folletos preparados con los pasos básicos a seguir en caso de ser detenidos: testificar ante un juez, no la policía, y vigilar sus pertenencias para evitar que la policía les ponga objetos incriminatorios. Los folletos explican, además, qué hacer si uno ve a un compañero activista siendo arrestado: asegurarse de que la persona sabe el nombre de un abogado del 15M, averiguar dónde será llevada por la policía, y avisar al abogado de la persona y su grupo de afinidad sobre la detención. Hay herramientas en línea que también pueden ser ayuda para el movimiento. En Barcelona, Madrid y otros lugares, los grupos de medios de comunicación están enseñando a los activistas cómo utilizar sus teléfonos móviles para grabar y subir videos de abuso policial. Twitter y otras redes sociales también se han utilizado para alertar a otros activistas de los ataques de la policía, en Barcelona, por ejemplo, la gente usó los hashtags (#) de Twitter #alerta29m y #copwatch durante la huelga general del 29 de marzo.

La piedra angular de la estrategia de seguridad para los activistas 15M sigue siendo el grupo de afinidad. Pequeños grupos de compañeros cercanos saben mejor que nadie cómo cuidar el uno del otro. “En algunos sectores del movimiento, al igual que en una asamblea en un edificio okupado en Madrid, la primera cosa que siempre hacemos es una ronda de presentaciones con el objetivo de evitar infiltrados: todos los presentes, dicen quienes son y los otros que los conocen levantan su mano para expresar su confianza en que son de fiar”, nos explican.

Ahora, a raíz de la huelga general del 29 de marzo, la represión contra el 15M y otros movimientos sociales en España parece ser más feroz que nunca. El gobierno anunció días antes de la huelga que se había preparado una enorme fuerza policial «en previsión de los piquetes organizados por el movimiento», y cumplió su palabra. Hubo cerca de 200 detenciones ese día, la mitad de ellas en Cataluña, donde la policía usó gas lacrimógeno contra los manifestantes, así como balas de goma, lo que provocó que dos personas perdieran un ojo. El mismo día, después de un partido de fútbol, balas de goma mataron a un joven. Sin embargo, la imagen de la huelga en los principales medios de comunicación españoles fue la de unos contenedores de basura y algunas oficinas de bancos quemándose.

El gobierno también ha anunciado nuevas normas que aumentan el castigo por conducta desordenada de entre dos y cuatro años de cárcel, así como castigar penalmente la resistencia no violenta como atentado contra la autoridad. Tiempos oscuros están llegando a España, pero la gente en el movimiento 15M no parece tener miedo. Como algunos de ellos dicen: «Si la protesta se convierte en un crimen, entonces seremos delincuentes».